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Por JESÚS MARÍA PEGALAJAR CANO / Las matemáticas, que son ciencias exactas, han dejado claro el escenario político en Andalucía para los próximos cuatro años. Con rotundidad y contundencia, sin paliativos. Juan Manuel Moreno Bonilla y el PP-A han ganado las elecciones autonómicas en Andalucía el 19J de 2022 de una manera incontestable y por primera vez en mucho tiempo, desde la última victoria de Feijóo en Galicia, con mayoría absoluta. Y pongo ese orden, Juanma y PP, no porque menosprecie el valor que la marca ha tenido en esta campaña y en estos comicios, pero sí es cierto que ha sido la campaña electoral de una comunidad autónoma que yo recuerde más centrada en el candidato, y en la consideración de un partido claramente andaluz.

En los últimos años, de continua campaña electoral, nos habíamos acostumbrado a la dificultad de conseguir mayorías absolutas, y a una nueva política de pactos de gobierno.

Sin embargo parece que el bipartidismo vuelve a instalarse o al menos a recuperar posiciones, y en todo caso nos vamos a encontrar con partidos políticos a izquierda y derecha para moderar los partidos clásicos. Esta sin duda ha sido desde mi punto de vista una de las claves de la victoria de Moreno, la centralidad política. Por ello los trasvases de votos han sido importantes tanto desde Ciudadanos como desde el PSOE. Si son o no prestados lo veremos en próximas convocatorias, pero lo que sí ha quedado claro en Andalucía es que el miedo a la derechona (término acuñado por Alfonso Guerra) ha desaparecido y este bloque ha quedado muy por encima del tradicional de izquierdas en Andalucía, tanto en generales como en autonómicas.

Cuando el presidente de la Junta de Andalucía tras tres años y medio de gestión de un gobierno de coalición con Ciudadanos decidió apretar el botón rojo de las elecciones, muchos dentro y fuera del partido vieron con mucho escepticismo cuál podría ser el resultado electoral, teniendo en cuenta que en las elecciones de 2018 el PP había conseguido uno de sus peores resultados, con solamente 26 diputados, muy lejos de los 50 que en su momento consiguió Javier Arenas en 2012. Pero como todos sabemos Andalucía inició un cambio político y la suma de PP+Cs+VOX permitió con esos malos resultados buscar la alternancia en nuestra comunidad autónoma y sorprender a muchos con un primer Gobierno del PP, la entrada de Ciudadanos y el apoyo puntual de Vox.

Con estos resultados de 58 escaños para el Partido Popular de Andalucía, las otras cuatro fuerzas políticas se reparten menos del 50% de los 109 escaños del Parlamento andaluz.

El PSOE ha conseguido unos malos resultados en su principal feudo electoral, empeorando incluso los resultados de Susana Díaz de 2018 y que permitieron el primer Gobierno de derechas en nuestra comunidad. Muy significativo incluso la mayoría holgada del PP en provincias como Sevilla, Huelva y Jaén. Juan Espadas venía respaldado por su buena gestión como alcalde de la capital pero no ha sido capaz, con una errónea campaña electoral de enfrentamiento, de despertar el interés de los votantes de izquierdas que han ido muy perdidos a estos comicios de 2022. Y como dato relevante Sevilla capital, donde ha quedado como segunda fuerza política a más de 17 puntos de los populares.

Realmente preocupante es la situación de los dos partidos a la izquierda del PSOE, con una falta total de planificación que llevó a la primera coalición, Por Andalucía, a preparar las listas y el nombre de la coalición sin tiempo apenas para darse a conocer antes de la campaña electoral. Reconocimiento especial a su candidata Inmaculada Nieto, que ha sabido reconocer el error cometido por las izquierdas al no concurrir juntos a las elecciones del 19J, ya que de haberlo hecho hubieran duplicado escaños y posiblemente la mayoría absoluta del PP hubiera sido más difícil de conseguir. Y por otro lado la candidata de Adelante Andalucía, Teresa Rodríguez, se retrató ella misma tras los penosos resultados conseguidos por su coalición al no reconocer los errores de ir juntos en las listas y atacar sin embargo a la candidata de la ultraderecha que había conseguido 7 veces más escaños que su partido. Incomprensible reflexión.

VOX por su parte tiró de arrogancia con su candidata Macarena Olona y su negativa a no dar apoyo al PP si no era vicepresidenta y no cumplió las expectativas, si bien creció respecto a las anteriores elecciones sumando dos diputados más y cuenta con el tercer grupo parlamentario más importante de la Cámara.

Y  por último Ciudadanos sorprendió como muchos esperaban y no ha sabido sacar rédito electoral del Gobierno de coalición y sus 21 diputados. Una pena que el partido naranja que dio estabilidad a Susana Díaz en 2015 y al PP en el gobierno en 2018 se vea como fuerza extraparlamentaria y con una dificultad real de rearmarse políticamente, aunque recordemos cómo Pedro Sánchez, como un Ave Fénix, resurgió de sus cenizas y ahí lo tenemos nada más y nada menos que como Presidente del Gobierno de España.

Finalmente y como politólogo reconocer y felicitar a Narciso Michavila y GAD-3 porque cuando los que nos gusta la política nos sentamos a ver la TV como Dios manda, a las 20 horas, nos vimos sorprendidos por los 58 escaños que otorgaban al PP los sondeos telefónicos realizados por esta consultora de investigación. Y es que como decía las matemáticas son ciencias exactas y con el número 58 el nuevo Gobierno no dependerá nada más que de sí mismo para afrontar los retos que nuestra comunidad autónoma, la más poblada de España, tiene por delante y que son muchos. Presidente, me quedo con una de las frases de la noche electoral, que sus jefes somos los andaluces. Mucho ánimo en esta etapa y que los 109 diputados elegidos por los andaluces den lo mejor de sí para que Andalucía siga la senda ya iniciada y pongamos en valor el talento y la riqueza de nuestra tierra.

Foto: Juanma Moreno celebrando su victoria electoral con una mayoría absoluta.

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