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BUENOS DÍAS. Por ANTONIO GARRIDO / “Pocos ven lo que somos, pero todos ven lo que aparentamos” (Nicolás Maquiavelo). En efecto hay dos “yo” en cada uno de nosotros, el que ven los demás, es decir, el que aparentamos, y el que realmente somos, incluso es posible que a veces los dos coincidan, pero normalmente parece que no es así. Las personas proyectamos una imagen y es notorio especialmente cuando nos exponemos mucho, como ocurre hoy con las redes sociales mediante las cuales llegamos a tanta gente. Esto da para una reflexión mayor, pero lo que quiero subrayar es que por encima de todo si la imagen que proyectamos es coherente con los valores personales que defendemos, no debe preocuparnos demasiado lo que otros puedan opinar. Esta inicial es una de las muchas frases del legado de Nicolás Maquiavelo, el filósofo político, uno de los pensadores más influyentes de la historia occidental, nacido en Florencia y fallecido un día como hoy de 1527, que pasó a la historia por su labor como escritor. Su obra El príncipe, que aborda un patrón de doble moralidad, ya que para él la moralidad gobernante es distinta a la del ciudadano, fue un tratado de doctrina política que se publicó cuatro años después de su muerte. A Maquiavelo se le atribuye la frase “el fin justifica los medios”, pero El príncipe abarca mucho más, porque una de sus grandes aportaciones a la política fue su concepto de la razón de estado. Sus teorías, además de valerle para ser considerado uno de los teóricos más importantes del Renacimiento, asienta las bases del concepto de política de la modernidad. Maquiavelo, aparte de haber dejado escrito que “la política es el arte de engañar”, que no creo que sea muy del agrado de quienes se dedican a esta actividad que debería ser noble pero está un tanto desacreditada, tiene otras sentencias dignas de recordar: “El vulgo se deja cautivar siempre por la apariencia y el éxito”, “No son los títulos los que honran a los hombres, sino que los hombres honran a los títulos” y “No puede haber grandes dificultades cuando abunda la buena voluntad”…Una frase muy conocida de Leandro Fernández de Moratín: “A la sombra del mérito se ve crecer la envidia”. La cita corresponde al poeta español y relevante autor de teatro del siglo XVIII, fallecido un día como hoy en 1828. Sus obras, numerosas, recogieron la vida social de su tiempo como nadie, y las preocupaciones del ciudadano medio. Su trabajo más conocido es sin duda El sí de las niñas, una comedia en prosa dividida en tres actos que llegó a ser prohibida por la Inquisición. Nos fijamos también en estas otras frases de Moratín: “¡Querer y ser querido! Ni quiero más ni aspiro a mayor fortuna”, “El decir la verdad francamente es la prenda más digna de un hombre de bien” o “Con fortuna, cualquier hombre es virtuoso”…Un día como hoy, de 1905, vino al mundo el que sería filósofo y escritor francés Jean Paul Sartre, exponente del llamado existencialismo y del marxismo humanista. Fue el décimo escritor francés seleccionado como Premio Nobel de Literatura, en 1964, pero lo rechazó, explicando en una carta a la Academia Sueca, que él tenía por norma rechazar todo reconocimiento o distinción y que los lazos entre el hombre y la cultura debían desarrollarse directamente, sin pasar por las instituciones establecidas del sistema, en definitiva no quería que tal premio acabara con su identidad de filósofo. Por cierto, Sartre fue pareja de la también filósofa Simone de Beauvoir. He aquí algunas de sus frases para reconocerlo mejor: “Un ser humano adulto no puede ni debe estar defendiendo sus defectos en hechos ocurridos durante su infancia, eso es mala fe y falta de madurez”, “No perdamos nada de nuestro tiempo; quizá los hubo más bellos, pero este es el nuestro” o “Trata de amar al prójimo. Ya me dirás el resultado”…Una mención también para otro personaje nacido un 21 de junio, en este caso de 1912, la escritora estadounidense Mary McCarthy, importante novelista y ensayista de gran talla intelectual. Esta declaración suya es elocuente: “Todos vivimos en suspense, día a día, hora a hora; en otras palabras, somos el héroe de nuestra propia historia”. Igualmente en este día nació Shirin Ebadi, abogada iraní, militante por los derechos humanos y la democracia, que fue la primera mujer iraní y la primera mujer musulmana en recibir el Premio Nobel de la Paz en 2003. Este personaje nos ha dejado también hermosos testimonios a través de su palabra y de su obra: “Los gobiernos son elegidos por personas. La cultura de una sociedad también es importante, pero el gobierno es una especie de reflejo de lo que pasa en la sociedad”, “Cada cosa que hagas en la vida requiere un precio. Lo más importante es que uno esté preparado emocionalmente para pagarlo”, “Si pierdo la esperanza dejo de trabajar. Cada día me digo: “No tienes derecho a cansarte”, “El pueblo siempre gana, la historia lo confirma” o “Mientras se nieguen los derechos humanos a las mujeres, en cualquier parte del mundo, no puede haber justicia ni paz”…Otro nombre a incorporar es el de la escritora francesa Françoise Sagan (21 de junio de 1935), autora de la conocida novela Buenos días, tristeza, entre otras. Entre sus temas favoritos destacan la vida fácil, los coches rápidos, las residencias burguesas, el sol, una mezcla de cinismo, de sensualidad, de indiferencia y de ociosidad. Dos sentencias de esta escritora gala: “Amar no es solamente querer, es sobre todo comprender” y “La felicidad para mí consiste en gozar de buena salud, en dormir sin miedo y despertar sin angustia”…Registramos un último personaje, el nacimiento tal día como hoy, en 1947, del filósofo, político y escritor español Fernando Savater, que siempre ha destacado en el campo del ensayo y el artículo periodístico y que, recordamos, fue Premio Planeta en 2008 por su novela La Hermandad de la Buena Muerte. Dos ideas destacadas del escritor vasco: “El secreto de la felicidad es tener gustos sencillos y una mente compleja, el problema es que a menudo la mente es sencilla y los gustos son complejos” y “Después de tantos años estudiando la ética, he llegado a la conclusión de que toda ella se resume en tres virtudes: coraje para vivir, generosidad para convivir, y prudencia para sobrevivir”…

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