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BUENOS DÍAS. Por ANTONIO GARRIDO / «El pensamiento es donde las palabras deben dormir mucho tiempo, con el fin de nacer nuevas y puras» (Stéphane Mallarmé). Muchos autores, además del poeta y crítico francés, han descrito en sus obras la importancia del pensamiento, que de alguna manera todos ejercitamos, y reconozco que es un tema que me apasiona. El físico e inventor Thomas Alva Edison, afirma que “quien no se resuelve a cultivar el hábito de pensar, se pierde el mayor placer de la vida”. Calderón de la Barca lo expresa de otra manera, “quien vive sin pensar, no puede decir que vive”. Antonio Machado tiene su propia conocida versión: “En España, de cada diez cabezas, nueve embisten y una piensa”. El filósofo Voltaire afirma que “una colección de pensamientos debe ser una farmacia donde se encuentra remedio a todos los males”. El poeta Ralph W. Emerson, se pregunta: “¿Cuál es la tarea más difícil del mundo? Pensar”. Y el filósofo y ensayista José Ortega y Gasset, no deja lugar a la duda: “El pensamiento es la única cosa del Universo de la que no se puede negar su existencia: negar es pensar”. Ya lo dijo el filósofo y matemático René Descartes, con toda contundencia: “Pienso, luego existo”. Aunque quien ha hecho una definición a la que me apunto, con su habitual clarividencia, es el filósofo español al que admiro, Emilio Lledó, al plantear este atinado mensaje: «A mí me llama la atención que siempre se habla, y con razón, de libertad de expresión. Es obvio y hay que tener eso, pero lo que hay que tener, principal y primariamente, es libertad de pensamiento. ¿Qué me importa a mí la libertad de expresión, si no digo más que imbecilidades? ¿Para qué sirve si no sabes pensar, si no tienes sentido crítico, si no saber ser libre intelectualmente». No se puede expresar mejor lo que constituye una radiografía muy de nuestro tiempo…Además traemos el recuerdo del nacimiento tal día como hoy de 1867 del novelista y dramaturgo británico John Galsworthy, autor de La saga de los Forsyte, Premio Nobel de Literatura en 1932. Suya es esta frase: “Solo hay una regla para todos los políticos del mundo: no digas en el poder lo que decías en la oposición”…También un 14 de agosto, en 1956, nos dejaba el dramaturgo y poeta alemán Bertolt Brecht, uno de los autores más influyentes del siglo XX. Una de sus citas más memorables se refiere al esfuerzo incesante de los hombres buenos: “Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años, y son muy buenos. Pero los hay que luchan toda la vida: esos son los imprescindibles”…Más nombres. El de William Randolph Hearst, fallecido el 14 de agosto de 1951, magnate de la prensa y medios estadounidenses, que emergió como uno de los más poderosos personajes de la escena política y empresarial de dicho país. Ampliamente conocido por usar los medios como instrumentos políticos, además de ser un gran promotor de la prensa amarilla, se valió de generar escándalos y de la manipulación política para beneficiar a sus intereses comerciales y políticos. Su historia sería llevada a la gran pantalla por Orson Wells en la afamada película Ciudadano Kane. Una conocida frase de Randolph: “Si no pasa nada, tendremos que hacer algo para remediarlo: inventar la realidad”…Dos expresiones del escritor y pensador en lengua alemana Elias Canetti, Premio Nobel de Literatura en 1981, fallecido un día como hoy de 1994: “La palabra más imprecisa de todas: ‘yo’” y “Amo demasiadas cosas. Debería amar todavía más”…Por último, el recuerdo va dirigido a otro grande, el poeta y escritor polaco Czeslaw Milosz, autor de El pensamiento cautivo, maestro del pensamiento libre en Polonia y una leyenda para varias generaciones, ya que su poesía era como fruta prohibida. Milosz nació y vivió en una tradición humanista cristiana que tuvo un efecto importante en su sensibilidad. Su poesía expresa la existencia del hombre del siglo XX, el ser anónimo de las grandes ciudades, integrando religión y vida social, patriotismo y confianza en el ser humano. Una sentida confesión de este autor: “Doy gracias por haber sobrevivido. Por haber conocido la desgracia. Por haber dejado de ser el que fui. No quiero olvidar el común destino de los hombres ni reclamar para mí una suerte especial. Quiero encontrar el camino de la justicia y librarme de lo superfluo y no conservar sino lo que merezca ser conservado”…La cita final es del escritor, filósofo y músico de La Ilustración, Jean Jacques Rousseau: “Hay un libro abierto siempre para todos los ojos: la naturaleza”.

UNA HORA

Czeslaw Milosz 

Hojas que brillan con el sol, celoso zumbido de abejorros.

Desde lejos, desde algún lugar allá del río, ecos de prolongadas voces.

Y lentos sonidos de un martillo, me dieron la alegría no solamente a mí.

Antes, los cinco sentidos, estaban abiertos, y, más temprano

que en cualquier comienzo.

Esperaron, listos, por todos los que a sí mismos se llamaron mortales,

para que de este modo ellos pudieran alabar, como yo hago, vida,

eso que es la felicidad. 

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