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Cáritas Diocesana ha presentado hoy los datos correspondientes a la memoria del pasado ejercicio. Suele hacerlo todos los años ante la próxima llegada del Corpus Christi, el próximo domingo, que es el Día de Caridad. El responsable de la organización eclesial, Rafael López-Sidro, en acto presidido por el obispo, Amadeo Rodríguez Magro, ha ofrecido un panorama muy real y bastante preocupante, porque la crisis se ha hecho “crónica”, como refleja la memoria, que además añade la palabra “severa”. Los datos desnudos son que Cáritas atendió directamente a casi 14.000 personas en 2019, en cambio de sus actuaciones se vieron beneficiadas alrededor de 30.000, pero la labor humanitaria llevada a cabo se proyectó sobre muchos miles más de jienenses, en concreto se prestaron 369.339 ayudas. Han leído bien. De nuevo los recursos empleados han vuelto a situarse por encima de los recibidos y el presupuesto fue de casi 4,5 millones de euros para el conjunto de su tarea social, con el dato significativo de que se han reducido los ingresos provenientes de las ayudas públicas. El director diocesano a la hora de explicar los datos ha puesto de manifiesto que se trata de cifras que producen escalofríos y que deben llevar a la reflexión “sobre qué estamos haciendo como sociedad y adoptar las medidas que frenen esta demanda”. El obispo ha pedido «que se despierte nuestra actitud de ayuda a todos, especialmente a los más pobres y marginados». El director también se ha referido a las personas mayores, subrayando que «continúan sin recibir la atención que merecen».

La labor de Cáritas abarca a diferentes ámbitos, como los comedores sociales, en los que el pasado año se ofrecieron nada menos que 171.851 comidas, que ya dice bastante. De un tiempo a esta parte, el objetivo de la institución humanitaria, se centra en no ser “un expendedor de alimentos” para asumir un nuevo modelo de acompañamiento de la persona, sobre todo con el horizonte puesto en el empleo, ya que López-Sidro ha señalado que ”disponer de un puesto de trabajo es clave para erradicar la pobreza”. De ahí la apuesta en la que figura el lema “El poder de cada persona”.

Si Cáritas dedica tantos recursos y la situación no mejora, por el contrario se agrava, como se ha visto palpablemente durante estos meses de pandemia, por lo que la próxima memoria se encargará de reflejarlo, lo que está bien claro es el estado de precariedad en el que viven una cantidad ingente de personas y familias. Hace muy poco dábamos otros números escalofriantes referidos a Cruz Roja. Estos de Cáritas los anotamos con decepción, también con pena, porque son un reflejo de que el tiempo parece haberse detenido en Jaén, al no registrarse una mejora del estado de las familias, ahora que nos transmitían algunos políticos a diario que el panorama económico había experimentado un notable crecimiento, pues nos referimos a la memoria de 2019. ¿Dónde y cómo?, les preguntamos. De hecho Cáritas encuentra dificultades para llevar a cabo su labor, porque la gente que no tiene recursos llama a sus puertas, llega a donde no llegan los poderes, y la institución eclesial se nutre de las aportaciones de los jienenses y de los convenios con las administraciones, pero éstas han rebajado su apoyo a Cáritas. Qué decir…

Esto no es todo. Cáritas Interparroquial de la ciudad de Jaén, ha denunciado en estos días, que se ha visto obligada a multiplicar por cinco su atención a familias de la capital. Antes atendía de manera habitual a un centenar de ellas y con motivo de la crisis por la que estamos atravesando, han de atender a unas 500 familias, con lo cual demanda ayuda para poder cubrir debidamente a esta demanda, por tanto se hace un llamamiento urgente a la solidaridad. Y menos mal que Cáritas no está sola, que hay otras instituciones que tienen la misma finalidad, caso de Cruz Roja o el Banco de Alimentos, y por supuesto la Concejalía de Asuntos Sociales, a la que se reconoce un gran esfuerzo a pesar de la situación económica por la que atraviesa el Ayuntamiento, pero la labor que realiza Cáritas es insustituible. Hacen falta recursos, nunca se agradecerá bastante el trabajo de las instituciones humanitarias.

Las conclusiones a las que llega la memoria económica pueden hacer pupa, no creo que muchos políticos estén especialmente interesados en conocerla, para hacer bueno el refrán de “ojos que no ven, corazón que no siente”. Cáritas en Jaén siempre se muestra muy preocupada en cómo atender mejor sus responsabilidades con las personas más vulnerables. Los datos que se aportan en la memoria, en concreto, hacen que no actúe a ciegas cuando plantea soluciones a los problemas de necesidad que tienen tantas familias jienenses. Hay números, esos números tan especiales porque tienen rostros, y lo verdaderamente importante es saber utilizarlos para seguir actuando en un panorama un tanto desalentador. Nada se gana negando la evidencia, hay que apoyar las soluciones. El diagnóstico de la provincia es efectivamente para preocupar, pero las causas son muy diversas, y entre ellas se cuenta la propia manera de ser de muchos jienenses, que no es que quieran ser pobres o vivir en el umbral de la pobreza cuando no en la pobreza severa, pero que han admitido con mayor o menor resignación una subsistencia precaria.

La memoria de Cáritas viene a colocar el dedo en la llaga, y debería alertar conciencias e interpelar a la sociedad. No se trata de buscar alarmismos exagerados y urgentes, pero sí de ir mentalizando sobre la necesidad de un entorno que todos, la propia sociedad en su conjunto y las administraciones responsables, tienen que resolver y tardan demasiado tiempo en hacerlo. En esta provincia se ha generado un escaso mecanismo de autodefensa mientras seguimos esperando manás. Y encima, cada vez que aparece un trabajo que puede aportar algo se inician los fuegos artificiales estériles. La verdad a veces duele.

Foto: Cáritas Diocesana de Jaén ha presentado la memoria de su gestión en el pasado año. (Europa Press).

 

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