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A los diez meses y unos días del incendio de Onda Jaén el gobierno municipal ha decidido hoy en pleno la extinción de este servicio público, su entierro, en plena época de estado de alarma, cuando los sepelios son más íntimos. El titular publicado ayer por el diario ABC, lo clava: “El pirómano consigue el cierre de Onda Jaén”. Visto ya con cierta perspectiva la justificación de cerrar una televisión municipal a causa de un incendio, que no fue total, y en pleno siglo XXI, es una soberbia tomadura de pelo, al menos a mi juicio. PSOE y Ciudadanos no solo no han dado marcha atrás sino que, por el contrario, han mostrado su prisa por acabar cuanto antes, seguramente confiando en que la memoria es frágil y los jienenses se olvidarán de esta arriesgada medida. Porque lo han hecho muy mal, no ya en el fondo, que también, sino en las formas, manifiestamente mejorables. Los trabajadores afectados, 52 familias, que han luchado lo indecible en estos meses tan difíciles, para tratar de cambiar el rumbo de la decisión del equipo de gobierno, no se resignan y hoy mismo han acordado denunciar al alcalde por malversación y prevaricación, según informa ABC en su edición digital, firmado por el periodista Javier López. También hay actuaciones que comprometen a los concejales África Colomo, María Cantos y Carlos Alberca. Todo hace indicar que la última palabra, y ya se sospechaba, la tendrá un juez.

A la postre no han servido para nada ni las reivindicaciones de la plantilla, ni sus propuestas de solución, tampoco la recogida de miles de firmas de jienenses que se supone que tenían algo que decir al respecto, ni tampoco el pronunciamiento en contra de los grupos de la oposición municipal, que suman casi la mitad de la representación de la ciudadanía. Hoy el gobierno municipal de PSOE y Ciudadanos, en pleno extraordinario, ha llevado a término su propósito de cerrar Onda Jaén, una radio y televisión local con casi veinte años de existencia, con una trayectoria de aciertos y errores, pero que pensamos que era reconducible, y así lo han manifestado también el Colegio de Periodistas y la Asociación de la Prensa. La hoja de ruta estaba planteada desde el minuto uno, antes incluso del incendio, se trata, no lo puedo decir de otra manera, que de una decisión muy calculada. Al PSOE no le gustó nunca esta televisión, supongo que como a otros jienenses, pero lejos de optar por ensayar un nuevo modelo, con reducción de costes, con una plantilla aligerada, en fin, para tratar de encontrarle encaje dentro de la complicada situación económica municipal, optó por la solución más drástica, el cierre, el negro para siempre, y ahora se verá qué pasa con la plantilla, si definitivamente es reubicable en los servicios municipales, unos profesionales que en su mayoría saben de lo que saben y podrían estar haciendo su trabajo. Todo es posible menos que la televisión local siga funcionando. 

Cuando surgió el incidente del incendio, que por muchas razones no se puede considerar casual, a la vista de los hechos que se han ido sucediendo, ya se empezaba a intuir que iba a producirse una relación de causa-efecto, y no ha decepcionado el pronóstico. Además no hay rastro del pirómano, aunque en redes sociales muchas se jactan de conocer la identidad, y hay quien privadamente apunta pelos y señales, que me reservo porque no lo puedo acreditar. Lo cierto es que la Policía tuvo un sospechoso, esto sí es oficial, incluso anunció en un momento dado que la detención estaba próxima, pero al parecer contaba con coartada y finalmente no fue posible acusarlo. Escenario perfecto y asunto cerrado.

Los argumentos económicos que el gobierno local ha presentado para el cierre de la televisión podrían haber sido considerados razonables, pero siempre que se discutieran en los foros oportunos, siempre con dos acotaciones. Por un lado, lo antes dicho de que esta televisión local era posible ajustarla en el aspecto económico y laboral, para ahorrar costos importantes. Pero, además, si tanta preocupación tienen los regidores por la ruina económica, lo extraño es que no se hayan extremado las medidas en otros ámbitos, por ejemplo en los sueldos de los corporativos, en la reducción de liberaciones que es un asunto sangrante para un Consistorio tan tocado económicamente y donde hay tantos ediles cobrando de las arcas municipales; y, por supuesto, en un Ayuntamiento con este panorama tan adverso, tampoco tiene sentido haber llenado el Ayuntamiento de asesores y personal de confianza, que en conjunto suponen un gasto considerable e innecesario, habida cuenta de que hay una plantilla excesiva y de la que deberían salir todos los puestos a ocupar. Se argumenta asimismo que mantener una televisión son competencias impropias para el Consistorio, pero ¿cuántas emisoras de televisión hay en todo el país dependientes de administraciones públicas, también de ayuntamientos? Lo que no vale para unas, no debe utilizarse para el resto. Por tanto aparecen argumentos que explican que la principal razón es precisamente la sinrazón. Supongo que no se trata de una medida agradable de adoptar para el alcalde, pero ignoro los motivos reales que le han llevado a certificar esta defunción. Le oí decir que hubiera sido más fácil cerrar los ojos y utilizar el medio para mayor gloria de él y los suyos. Excusatio non petita accusatio manifesta.

Otro razonamiento que se le echa en cara a los trabajadores es que informes oficiales certifican que el PP gobernante tenía la máxima cuota de pantalla, por tanto la lectura que se hace es que la tele estaba al servicio del PP. Y así sucesivamente. Inaudito, porque ya conocemos de sobra lo que ocurre cuando los medios de comunicación se ponen al servicio de la política o, mejor dicho, cuando la política “toma” los medios de comunicación. Que le pregunte Julio Millán al presidente Pedro Sánchez, que algo tiene que saber del asunto. El equipo de gobierno ha tenido la oportunidad de reordenar Onda Jaén, profesionalizarla, mejorarla, hacerla de todos los jienenses. Conozco a los profesionales del medio, y puedo asegurar que su inmensa mayoría están por esta labor y es lo que siempre han deseado y no les han dejado. La gestión del PP en la televisión municipal, lo diré para que no haya la menor sombra duda, ha sido nefasta, un aprovechamiento descarado de este recurso, pero esto no solo ha ocurrido en tiempo del PP, porque el PSOE, aunque menos tiempo, también ha gobernado el Ayuntamiento y pudo aprovechar para cambiar su modelo de gestión. Ambos se han caracterizado en sus diferentes periodos de responsabilidad en el medio por sus cacicadas políticas. Aunque en redes sociales hay un aluvión de apoyos para la plantilla, también hay críticas, especialmente relacionadas con la forma de selección del personal. Responsabilidad achacable por supuesto a decisiones políticas, y acabo de señalar que el mal de Onda Jaén ha sido su dependencia, como el resto de los medios públicos, sálvese quien pueda, de los políticos que la han dirigido en cada momento.

En fin, me preocupa como periodista y también como ciudadano la situación personal, familiar y profesional de los trabajadores de una empresa que lleva casi veinte años de vida y han sido tratados sin consideración, y que se han visto abocados, presos de la desesperación, a responder a veces como cualquier ser humano que se ve acorralado y con su puesto de trabajo en peligro. Lamento mucho que se haya llegado a esta situación límite y espero que la Justicia, en su momento, ponga a cada uno en su lugar.  

 

 

 

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