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Hay que saludar la buena nueva que representa para la provincia la llegada a las cuentas de casi 100.000 olivareros de casi cien millones de euros (95,3 para ser exactos) provenientes de las ayudas de la PAC, que suponen un buen aguinaldo para estas celebraciones navideñas que ahora se inician. Con independencia de los efectos positivos y negativos de la Política Agraria Común, sobre la que los responsables de las distintas administraciones no se ponen de acuerdo en la defensa de nuestros intereses, al menos se compensa de alguna manera con esta importante cantidad de dinero la adversidad que a veces proporciona nuestro cultivo, ese que a pesar de sus dificultades está unido inseparablemente con el futuro de Jaén.

La inyección millonaria de estas fechas es una especie de lotería anticipada que se multiplica por toda la provincia y que estimula la economía, que es a fin de cuentas para lo que están las ayudas, para que lleguen sobre todo al jienense más pegado a sus olivares, aunque luego, por ampliación, se beneficien otros que no siempre lo invierten aquí, donde hace tanta falta. Pero, alegría al fin y al cabo porque es dinero contante y sonante para que Jaén se anime.

Mientras tanto y con el permiso del tiempo, sobre todo la presencia de la siempre benéfica lluvia, se desarrollan por toda la provincia, ya de forma generalizada, los trabajos de la recolección de la aceituna, con el pronóstico de una cosecha media y con una situación bastante estable en lo que se refiere a los precios. Jaén y su provincia viviendo en este momento una época favorable de su principal riqueza, con los ojos puestos en la inminente Expoliva, que es la gran manifestación del sector, ese gran acontecimiento que es capaz de hacer Jaén para demostrar que es la principal productora, y además ha sido capaz de organizar un evento cada dos años de manera impecable para fortalecer su capacidad de liderazgo sobre el oro líquido en todo el mundo.

 

 

 

 

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