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Tras el caudal de información sobre la ruina económica del Ayuntamiento y la evolución de la deuda, tanto a entidades bancarias como en general, donde aparece el Consistorio jienense en cualquier ranking que se precie como uno de los más endeudados de España, de los que más tarde pagan, la realidad es que a los populares se les ha acabado, a casi seis años de llegar al equipo de gobierno, el argumento de la “herencia recibida”, porque los números han demostrado que han contribuido en su cuota parte a la situación tan desastrosa de las arcas municipales que, según los datos conocidos, presentan un agujero de varios cientos de millones, y con cifras que se van engordando porque las operaciones económicas no han conocido el fin. En cualquier próximo pleno habrá que seguir aprobando operaciones financieras para asegurar las nóminas y los gastos de primera necesidad. El concejal de Hacienda ya ha dicho que las provisiones de liquidez terminan con el mes de septiembre, con lo que es previsible que en breve se lleven medidas al pleno para refinanciar deudas a largo plazo o solicitar un préstamo que permita llegar como mínimo a fin de año.

Está claro que ninguno de los que han gobernado la ciudad en los últimos diez o quince años pueden pedir que se les saque de la foto del desaguisado, de la mala gestión y administración de los recursos. Unos y otros a través de sus palmeros defienden gestión y postulados en las redes sociales, pero la ciudad sabe que hay una responsabilidad compartida y en cierto modo lo que llama la atención es que durante los últimos años ha habido una actitud en el gobierno local un tanto paradójica y es que mientras se ponía verde a “socialistas y comunistas” por el demoledor balance de las cuentas, y éstos asistían un tanto abochornados a los plenos, los nuevos regidores iban, sin prisa pero sin pausa, engordando los números rojos, sin ningún rubor o muchas veces también, ante la falta de otros argumentos de peso, haciendo ver lo blanco negro. El exalcalde Fernández de Moya se pone de ejemplo en el pago a proveedores y otras medidas, y es cierto, pero también echaba balones fuera cuando estaba aumentando la deuda al tiempo que fustigaba sin compasión a los exmandatarios del ente municipal, a los que en absoluto pretendemos absolver de sus pesadas culpas y de sus delirios de grandeza que estamos pagando los jienenses.

Los datos que recientemente ha publicado en un cuadro concienzudo “Expansión” explica la evolución de la deuda en Jaén desde el año 2008 hasta 2016, es decir nueve años. En el primer ejercicio que se recoge, en una ciudad con 116.417 habitantes, la deuda estaba en 87 millones. Hasta 2011 fue creciendo poco a poco hasta llegar en dicho año a 91 millones. El cambio drástico se produjo en 2012 cuando la deuda total ya se situaba en 298 millones, es decir, más que triplicarse, y ya se fue consolidando de la siguiente manera: 336 euros en 2013, 326 en 2014 (algo menos), 403 en 2015 y 435 en 2016. Paralelamente la deuda per capita, que en 2008 estaba en 749 euros por habitante, se ha ido incrementando en la misma medida que la deuda y ahora estamos (al menos el pasado año) en 3.796 euros por habitante, que es una auténtica barbaridad, en una población total que se ha reducido y ahora está en 114.658 habitantes.

Ahora la “herencia recibida” es de todos y está bien que se conozcan los datos con pelos y señales, para que los jienenses los conozcamos y le pidamos responsabilidades a quienes corresponda, por una sencilla razón y es que la mala política y la deficiente gestión económica ha lastrado el progreso de la ciudad y lamentablemente no la van a pagar quienes propiciaron este panorama sino que el elevado costo de una política errática ya lo estamos asumiendo con creces los ciudadanos. Por lo menos que se nos conceda el beneficio de quejarnos amargamente de esta sinrazón que ha cercenado, tanto como todos dicen quererla, el futuro de Jaén.

Señalemos finalmente, para tratar de ser justos, que hay dos tipos de causas para llegar a la situación límite en la que actualmente se encuentra el Ayuntamiento de Jaén. Por un lado hay que contabilizar todas las obligaciones a las que debe hacer frente y que no tienen correspondencia con los ingresos que deberían llegar, sobre todo por parte de las demás administraciones, por lo que falla el modelo de financiación de los entes locales. Este es un asunto que se está orillando y que se debe resolver porque son muchos los ayuntamientos que están pasando fatigas financieras por esta causa. La otra razón sí es más doméstica, son las decisiones políticas que se han adoptado sin ton ni son y que han contribuido a endeudar al Consistorio hasta las cejas. Con frecuencia los políticos, especialmente los locales, se olvidan de que un Ayuntamiento debe de funcionar como una casa, haciendo que se cumplan los presupuestos y que haya el necesario equilibrio entre ingresos y gastos. Se puede y se debe emprender el endeudamiento puntual de un gasto necesario y urgente en situaciones muy excepcionales, pero nunca para poner en riesgo, como aquí se ha hecho, la estabilidad del Ayuntamiento y con ella, en gran medida, el futuro de la ciudad, que está atado de pies y manos.

Es bueno que los jienenses conozcamos la trayectoria de la deuda, y no ya sólo para que cada palo aguante su vela, como es de justicia, sino para que la sociedad civil organizada, ahora sí, esté alerta y tenga posibilidades de hacer oír su voz para que nunca más se comprometan de esta manera las expectativas de una ciudad que hoy está huérfana de recursos para aquello a lo que tiene derecho, crecer y modernizarse. ¿O es mucho pedir?

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La jornada ha tenido, en el ámbito político, por parte del PSOE, el inicio de la campaña de diez días de los que disponen los tres precandidatos para conseguir avales para las primarias. El próximo día 16 finaliza el plazo y se sabrá el capital de apoyo de cada uno de ellos. Mientras tanto el comité ejecutivo provincial del PP se ha reunido esta tarde en la ciudad de Úbeda, plaza en la que, como en otras muchas poblaciones, hay una enconada lucha de cara al congreso local del partido con dos candidatos que en la fase previa están protagonizando un duro enfrentamiento a través de las redes sociales, síntoma de que el PP atraviesa por un momento muy delicado del que no sé si sus dirigentes son plenamente conscientes.

Por otro lado ha habido reacciones a un pronunciamiento municipal, del equipo de gobierno por más señas, en el Ayuntamiento de Jaén, en el sentido de que la manifestación de agosto, para reivindicar una actuación en el paraje de Los Cañones, ha podido perjudicar el futuro del proyecto. Sólo faltaba que la ciudadanía sea la culpable de la inacción política.

Por último saludar el nombramiento del ubetense Marcelino Sánchez como nuevo director general de Bienes Culturales, en la Consejería de Cultura de la que es responsable Miguel Ángel Vázquez. El nuevo consejero parece más receptivo con los asuntos de Jaén, hasta el punto de contar con un jienense para su equipo, un puesto donde hace años ya estuvo el propio Sánchez, que repite.

 

Foto: Datos publicados recientemente por el diario “Expansión” sobre la evolución de la deuda en Jaén.

 

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