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Mañana, día 4 de febrero, se cumple un año que nos enteramos por informaciones en internet, no por comunicación directa y oficial a las autoridades, como hubiera sido normal, que el Gobierno de Pedro Sánchez había decidido conceder a Córdoba la Base Logística del Plan Colce. Un día que aunque muchos de los que entonces fueron protagonistas han pretendido olvidarse y pasar página, va a quedar para siempre en los anales de la historia, para unirse a otras experiencias similares, como ejemplo palmario de afrenta, de maltrato a Jaén, que por otra parte ya es una ciudad y una provincia acostumbrada a este desprecio de los poderes. Y ya no me refiero solo a que no nos concedieran la importante infraestructura militar, sino por el procedimiento utilizado, la falta de respeto a la ciudadanía, también a las autoridades, a las que se les había dado a entender oficiosamente que la capital del Santo Reino sería la plaza elegida.

Para quienes en este tiempo han planteado acusaciones peregrinas o han dudado de la solidez de la candidatura jienense les invitaría a consultar la hemeroteca e interesarse por las varias ciudades que como en el caso de Jaén también optaban, como Toledo, que parecía ser la principal competidora, al premio gordo de la lotería. Jaén tenía, además, otro sumando a su favor, y era la decisión unánime del Parlamento de Andalucía, tras la iniciativa de la diputada de Ciudadanos, Mónica Moreno, por cierto desaparecida en combate, pronunciándose en favor de Jaén como la única ciudad andaluza aspirante al Colce. A la hora de la verdad ninguna instancia oficial hizo valer este acuerdo, no ya en Madrid, donde se le negaba a nuestro territorio el pan y la sal, una vez más, como ha ocurrido también con la ITI, el tren, etc., sino también en la propia Junta de Andalucía, primera administración obligada por el mandato de la cámara autonómica, que se saltaron a la torera.

No me voy a entretener en contar las vicisitudes que ha habido a lo largo del año, porque todo el mundo las conoce, lo que sí es obligado recordar es que la actitud hacia Jaén del Gobierno de Sánchez ha supuesto un antes y un después, porque la ciudad y en general la provincia esta vez se habían hecho a la idea de que por fin nos tocaba ese premio para paliar los efectos de una situación socioeconómica desfavorable, lejos de la convergencia con otros territorios de la misma Andalucía, necesitada por tanto de un impulso para sacarnos del pozo del desempleo y del vagón de cola. La discriminación positiva tan demandada a los sucesivos gobiernos.

En un primer momento, dos o tres días, no más, los políticos con responsabilidades directas, sobre todo en el Ayuntamiento, el alcalde, Julio Millán en primer término, junto a María Cantos, que había sido la gestora política, -y que a la postre se quedaría sola hasta su renuncia-, no ahorraron críticas a quienes habían dado la espalda a Jaén y por el contrario favoreciendo a Córdoba, que objetivamente se sabe que presentó su candidatura en último lugar, y se hizo realidad la frase evangélica: “los últimos serán los primeros”. De lo que siempre me acuerdo es de la carta que al día siguiente dirigiría el alcalde al Presidente del Gobierno, gesto que la inmensa mayoría de los jienenses aplaudimos, si ese día hubiera habido elecciones sale Millán por unanimidad, porque la carta valiente, exigente en la petición de explicaciones, recriminaba a Sánchez el trato recibido y aludía clara y terminantemente al “dedazo” de la entonces vicepresidenta Carmen Calvo, y de esto se enteró toda España porque esta política no se escondió para agradecer el favor del jefe para con “su” Córdoba. Por eso podemos aventurarnos a opinar de la existencia de un “robo” a todo un pueblo confiado, el nuestro. Aquí está precisamente la madre del cordero, en que tras esta confesión de la vice y el malestar de Jaén, totalmente comprensible, nadie se ofreció a venir para dar explicaciones, de hecho siguen sin dar argumentos convincentes, de ahí que este asunto se encuentre judicializado por las acciones de la plataforma “Jaén Merece Más” y los contenciosos planteados por el Ayuntamiento.

Quienes peor parados han salido para la opinión pública han sido los políticos, en primer lugar los del color del Gobierno. El partido, con su disciplina férrea, logró callarlos a todos en un santiamén, empezando por el alcalde, el de la gesta de la carta de la que no queda nada, y el presidente de la Diputación y secretario general, el señor Reyes. Si algún día escriben sus memorias es posible que nos enteremos de la verdad de esas horas tan amargas para la ciudad, en la que les tembló el pulso y optaron por el silencio o en inventarse el discurso de las oportunidades y de que hay que seguir buscando alternativas a un asunto cerrado. Por supuesto no se encontrará ninguna reacción de apoyo a la sociedad por parte de los parlamentarios socialistas, todos haciendo piña con su presidente y secretario general, que ni siquiera tuvo el atrevimiento cuando vino a un mitin de inicio del presente curso, de hacer una mínima alusión y se limitó a pronunciar frases que se repiten en todos los escenarios, en este caso que Jaén iba a salir reforzada de esta crisis, sin que nadie se inmutara, todo lo contrario, fueron muy expresivos los aplausos, en Jaén somos así.

En una ocasión anterior, en campaña, siempre en campaña, Sánchez se atrevió a decir que “los socialistas jienenses son la fuerza del socialismo andaluz”, para añadir acto seguido: “Reactivaremos el Plan Activa Jaén cuando lleguemos a La Moncloa”. Promesa incumplida.  Por su parte, el máximo responsable de los socialistas jienenses, Francisco Reyes, aprovechaba la presencia de Sánchez para recordarle que la provincia necesita de mejoras en infraestructuras, incluidas las ferroviarias, que garanticen una mejor conexión con Madrid y con el resto de provincias, ¿cuántos años con la misma letanía? Y añadió: «Cuando mejor le ha ido al PSOE ha sido con un gobierno socialista en La Moncloa, un gobierno como el tuyo capaz de demostrar que es posible hacer las cosas de otra manera», apuntado que la provincia necesitaba «medidas serias y urgentes». Sin comentarios.

Y del resto de los partidos, también han estado sometidos a presiones en el asunto Colce, el PP porque Córdoba tiene alcalde de este partido y bien quejoso que estaba el hombre y pidió ayuda a la dirección nacional, de lo que podría ilustrarnos el señor García Egea, y Ciudadanos, porque el propio Juan Marín mandó callar a María Cantos por su enérgica protesta, y nada, a cerrar filas.

En relación con la ciudadanía, creo que no se ha conocido mayor reacción social en Jaén hasta el fracaso del Colce, demostrado palpablemente en las manifestaciones habidas con la participación de miles de personas, con la convocatoria de Jaén Merece Más y con la presencia masiva y constante en las redes sociales, que también fue un revulsivo para las plataformas ciudadanas que desde entonces se crecieron, las ya existentes y las que fueron sumándose a la vista de tan malas noticias. También es significativo el papel de la militancia de los partidos, que se ha visto reflejada en este tiempo tratando de distanciarse del ambicioso proyecto y buscando en él excusas para descalificarlo y dar así oxígeno a sus formaciones y líderes. Incluso muchos que se colocaron a favor, buscando la foto llegado el momento, optaron por situarse enfrente por si acaso podía ser más rentable electoral o personalmente.

Expreso mi absoluta decepción por el trato de los políticos y tampoco recuerdo haber visto explicaciones de los personajes vip que estuvieron asistiendo a las reuniones de coordinación y los viajes a Madrid, que por las razones que sea creo que se juramentaron en no hablar para no molestar. Pues eso, que se cumple un año de lo que pudo ser y no fue, un año en el que soñamos despiertos porque Jaén necesitaba y merecía, y todo hace indicar que se daban las condiciones para ello, porque en todo el proceso lo que recibió fueron adhesiones, la primera la de toda la sociedad jienense que dio un ejemplo impresionante, histórico. Una vez más la política actuó de espaldas a Jaén, como siempre. Sinceramente y aunque están los procesos abiertos, no tengo ninguna esperanza en que se aclaren los hechos y en que se den satisfacciones a Jaén, aquellas a las que tenía derecho y en vez de dar la cara prefirieron enterrar la ilusión, y quisieron conformarnos con el teatrico de unos cuantos ministros que consiguieron lo contrario de lo que pretendían, pensaban endulzarnos el mal trago y a una gran parte de los jienenses nos inyectaron en vena mayor indignación. Y todavía hay quien se extraña.

Pasado un año pensamos que silenciar a una inmensa mayoría de la gente que se manifestó el domingo día 14 de febrero de 2021, no va a ser posible, espero que nunca más, porque al levantarse,  se dieron cuenta de que hemos perdido mucho tiempo dejando a los políticos mover ficha en tanto que el paro lleva décadas estancado, y las administraciones, cada una en su cuota parte, han contribuido a hacer de Jaén una provincia condenada a la salida de los jóvenes, porque entre unos y otros se han encargado de despojarla de futuro. Los que queremos a Jaén sobre todas las cosas, aunque seamos solo voces entre tantas, vamos a estar aquí apoyando y clamando por justicia y dignidad.

Foto: Una imagen de la manifestación del domingo 14 de febrero de 2021, convocada por la plataforma Jaén Merece Más, en protesta por la decepción sufrida por Jaén con el Plan Colce.

 

 

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