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Por ANTONIO GARRIDO / Hoy, 30 de mayo, San Fernando, es una fecha con gran simbolismo para mí, se cumplen 50 años de mi llegada a la ciudad de Jaén, para incorporarme a la Redacción de Ideal, en la calle Álamos, y algo después, a los servicios informativos de la cadena Cope, entonces Radio Popular, donde dirigí dos informativos (mañana y noche), con mi compañero, recientemente fallecido, Ignacio Quesada Menduiña, además del espacio ‘Buenos días, señor alcalde’, que sí era personal. Llegaba nada menos que de la señorial y majestuosa Úbeda, donde se quedó parte de mi corazón, y mi primer encuentro con esta “bella ciudad de luz”, lo recuerdo muy bien, se preparaba para las fiestas de la Virgen de la Capilla, que ya cubrí informativamente. No tengo más que palabras de gratitud para esta ciudad en la que, aunque resisto, como defiendo en mi libro y en mi blog, no es menos verdad que me lo ha dado todo y he sentido un especial idilio con ella. Esta ciudad me ha llenado completamente, de hecho rechacé durante este tiempo varias oportunidades para salir… Un anterior director de Ideal y siempre amigo, Melchor Saiz-Pardo, que también nos dejó no hace mucho, solía decir que era impensable que yo pudiera respirar lejos de la bellísima Catedral de Jaén y a mucha distancia de mi querido Ibros, o de Úbeda y Baeza. Y decía la verdad.

Jaén, con todo lo bueno y todos los defectos, más de lo primero que de lo segundo, me ha llenado por completo y me ha hecho feliz. Jaén y los jienenses. Me siento orgulloso y un privilegiado de haber hecho esta opción y de toda la trayectoria recorrida en la que pienso que el balance de tantos proyectos realizados ha sido satisfactorio. Desde el punto de vista profesional y personal, por la labor desarrollada siempre tan gratificante, por vocacional, y por el gran regalo que ha sido toda mi familia, ha merecido la pena y doy por ello cada día muchas gracias a Dios, en el que creo, y que no tengo duda de que ha guiado mis pasos. He olvidado sinsabores, que algunos ha habido, y, sobre todo, aunque produce cierta pena, la decepción que me produjeron algunas personas, en realidad nada ajeno a la condición humana.

Quería compartirlo con todos mis amigos y amigas de Facebook desde la emotividad que dan la experiencia y el actual estado de jubilación (de júbilo), aunque ya ven que precisamente quieto no estoy. Siempre traté de hacer mía, no sé si pude lograrlo, y además lo digo con toda humildad, la máxima expresada por el reportero de leyenda Ryszard Kapuscinsk: “Para ejercer el periodismo, ante todo, hay que ser buenos seres humanos. Las malas personas no pueden ser buenos periodistas. Si se es buena persona se puede intentar comprender a los demás, sus intenciones, su fe, sus intereses, sus dificultades, sus tragedias”.

Hace unos días, con motivo de mi cumpleaños, recurrí al poeta, nada menos que Vicente Alexandre, porque hay un deseo que me gustaría alcanzar, el de ser “una conciencia puesta en pie hasta el final”, con el único aliento de, en la modestia, porque no soy nada y a nada aspiro, tratar de seguir siendo útil a mi tierra. Al menos puedo confesar que lo he intentado y que mi voluntad es la de seguir resistiendo en esta ciudad maravillosa que es Jaén, a la que quiero tanto como me duele, porque son sentimientos compatibles. El año que viene será medio seglo y un año más, espero poder celebrarlo y contarlo ¡¡¡Gracias Jaén!!!

Foto: En efecto, 50 años separan estas dos imágenes, a mi llegada a Jaén con las alforjas cargadas de ilusión, y a día de hoy, cuando ese compromiso de ser útil a mi tierra se mantiene intacto.

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