Por A.G. /El Foro Jaén de Opinión y Debate, aprovechando que está próxima la campaña para las elecciones municipales, ha celebrado en la noche del lunes, día 13, un encuentro para analizar desde diferentes puntos de vista el actual diagnóstico de la ciudad y algunas reflexiones sobre el futuro. El resultado ha sido muy elocuente por el contenido de las diferentes intervenciones y porque a lo largo de dos horas se ha hecho una radiografía bastante exacta de la capital de la provincia de Jaén, con sus fortalezas y debilidades. El título de la convocatoria era el de “La ciudad que tenemos y la ciudad que queremos” y se ha llenado por completo el salón de la sede del Foro, el Colegio de Arquitectos. Muchos jienenses, y en especial los políticos locales o que aspiran a serlo, deberían haber tenido la oportunidad de seguir este debate, porque ha arrojado luz sobre inquietudes y preocupaciones ciudadanas.
Los ponentes han sido Manuel Rodríguez, arquitecto municipal y exgerente de Urbanismo, en la actualidad jefe del Área de Planeamiento y Gestión del Ayuntamiento; Julio Terrados Cepeda, profesor de la Universidad y vicepresidente del Foro; Pepi Alcántara, presidenta de la Federación Vecinal “Objetivos Comunes” (O.CO) y el también profesor de la Universidad y experto del Consejo Económico y Social de la Ciudad de Jaén (CES Local), José García Roa. Antes de iniciarse las intervenciones hizo uso de la palabra el presidente, Pablo Carazo, para señalar el objetivo de este nuevo acto con la intencionalidad de aportar propuestas sobre “la ciudad que queremos los jienenses”, para aumentar la conciencia ciudadana y que la información sea conocida por los políticos que van a concurrir a los ya próximos comicios del 28 de mayo.
EL CERRO DE SANTA CATALINA, REFERENTE DE LA CIUDAD
El primero en hacer uso de la palabra fue el arquitecto municipal Manuel Rodríguez, relacionando la evolución histórica vivida por la ciudad de Jaén desde la Prehistoria hasta nuestros días, para referirse después a las a su juicio graves consecuencias de los PGOU de 1952 y 1971, así como al tratamiento que se ha ido dando al casco histórico y la cirugía urbana en lugares como el Gran Eje, Polígono del Valle o de Los Olivares, entre otras zonas. Se detuvo en la necesidad que existe de redactar un nuevo planeamiento, de hecho el alcalde ya ha dado las primeras instrucciones para ponerse en marcha en este objetivo. Ha hecho afirmaciones como que en la Jaén romana fue cuando el Cerro de Santa Catalina empezó a ser el referente de la ciudad, y fue analizando las diferentes etapas, por ejemplo cuando la Catedral estuvo conformada y se levantaron en Jaén grandes palacios o ya en el último tercio del siglo XIX cuando se proyectó el Paseo de la Estación y se favorecía el ensanche de la ciudad hacia el norte. A principios del siglo XX, siguió comentando, nace la calle Bernabé Soriano y surgen algunos de los barrios que hoy conocemos. Luego se detuvo en lo que vino en llamar la ciudad planificada, con su máximo exponente, el Ensanche de Berges, proyectado en 1923, la única apuesta urbanística de alcance hasta el Plan de 1952, pero que finalmente no se llegó a ejecutar tal como se proyectó. Fue enumerando pros y contras de los planes urbanísticos, empezando por el de 1952, el Plan Bonilla, que proyectaba el trazado ferroviario y nuevas viviendas, comentando que en torno a él surgieron procesos especulativos. El Plan General de 1971, el Rodríguez-Acosta, nació con una importante dinámica inmobiliaria, se permitieron alturas excesivas tanto en el Gran Eje como en la Avenida de Madrid, entre otras. Seguidamente, en el 86, Plan Torroja, planeaba zonas como Las Fuentezuelas y numerosos residenciales, al tiempo que se ponía coto a los desmanes del plan anterior, lo que permitió a Manuel Rodríguez dejar constancia de que desde 1971 a 1986 desaparecieron edificios (algunos están en la mente de todos, como el Teatro Cervantes) y se eliminaron calles. Ya en el 1996, el Plan contenía la segunda fase del Bulevar y más crecimiento, al que considera que fue un buen instrumento, a pesar de contener fallos, y que se complementó con el Plan Especial del Casco Histórico. Así llegó al último documento, el de 2014, Plan Seguí (siempre le he llamado Plan Márquez), que podría estar hoy vigente pero que fue anulado por la Justicia por cuestiones ambientales, por una mala interpretación de la normativa europea al respecto. En su opinión un buen plan, en términos generales, pero con un defecto, contenía un excesivo crecimiento de la ciudad. Ahora se actúa sobre un planeamiento antiguo, por lo que espera que una de las primeras acciones de quienes accedan al gobierno municipal sea emprender un nuevo Plan General. Entrando en otras consideraciones lamentó que la ciudad le diera la espalda a nuestra razón de ser, el monte de Santa Catalina, haciendo hincapié en que ese cerro debe ser recuperado.
UN PLAN ESTRATÉGICO QUE SE QUEDÓ EN UN CAJÓN
El siguiente en intervenir fue el también profesor de la UJA y vicepresidente del Foro Jaén, Julio Terrados Cepeda. En este caso defendió el Plan Estratégico para la Ciudad de Jaén, que él lideró con un equipo desde 2009 por encargo de la entonces alcaldesa, Carmen Peñalver, con el respaldo de la UJA, trabajo que se culminó en 2011, ya con cambio de gobierno en el Ayuntamiento, con José Enrique Fernández de Moya de alcalde, por lo que de aquel minucioso trabajo solo queda a día de hoy un libro voluminoso con todas sus propuestas…sin ejecutar, se quedó en algún cajón. Bueno, sí, algunas han visto la luz, pero por la voluntad municipal y no porque se siguieran los dictados del documento. Julio Terrados comentó que en ese Plan Estratégico se plasmaba un claro modelo de ciudad, y en su día fue muy participado, se dio a conocer a las instituciones, CES Local, agentes sociales, movimiento vecinal, y su contenido eran un total de 255 proyectos u acciones, desde hacer de Jaén el Centro Mundial del Olivar y del Aceite de Oliva, hasta erigirse en el núcleo fundamental del área metropolitana, una capitalidad potente, o reclamar la presencia y altas prestaciones del ferrocarril, todo ello en el marco de una ciudad del conocimiento, donde se revitalizara el casco histórico, un Jaén sostenible, con una estación intermodal que optaba por la actual estación de Renfe, mejora del resto de comunicaciones, la declaración de Patrimonio de la Humanidad de la Catedral, etc. De las pocas conquistas, destacó Terrados Cepeda la construcción del Palacio de Deportes, que también se contenía en el documento de referencia y del que nunca más se supo porque así no lo quiso el entonces regidor municipal. Todo el trabajo, eso sí, está recogido en un libro que se puso a disposición de los asistentes. Inconcebible, pero muy cierto, porque al fin y a al cabo era un conjunto de ideas para mejorar Jaén.
“NO EXISTE EL MOVIMIENTO VECINAL”
Le tocó el turno a continuación a la presidenta de la federación vecinal “Objetivos Comunes”, Pepi Alcántara, que, como ella misma reconoció, transmitía una impresión bastante negativa de la ciudad. Empezó por aludir a la suciedad existente, que en determinadas zonas es crónica, para relatar que en la capital jienense hay barrios de primera, de segunda y de tercera, porque en su opinión hay distinto trato por parte del Ayuntamiento. Afirmó con rotundidad que el Ayuntamiento no considera a las asociaciones vecinales y que Jaén se está convirtiendo en un gueto. Lamentó que las calles de San Juan y La Magdalena no le hagan honor a estos barrios, haciendo referencia a algunos de los proyectos contemplados para el casco histórico que duermen el sueño de los justos. Volviendo a los políticos, criticó que solo se acuerdan de los vecinos cuando llegan las elecciones, pero para prometer y “hacerse la foto”, y lamentó que haya muchos problemas estancados, entre ellos el de las Viviendas Protegidas, “otro gueto”, dijo, razón por la cual, y al no darse soluciones, las familias van abandonando el barrio. Pepi Alcántara confesó llevar quince años en el movimiento vecinal e hizo el comentario de que en su día la entonces alcaldesa llevó a los representantes de las asociaciones a un tour por la ciudad para visitar lugares como el que iba a ser parque acuático, el que estaba llamado a constituir la sede en Santa Isabel del centro de participación activa para mayores, o el aparcamiento del Hípico, además de las instalaciones del tranvía en Vaciacostales, ya terminadas, para dejar constancia de que a día de hoy no se ha avanzado, y lamentar con dolor que unos equipos de gobierno suceden a otros y no se hacen responsables de las actuaciones anteriores, con lo que se produce un gran daño desde el punto de vista económico y de prestación de los servicios, poniendo el ejemplo más hiriente, el del parque acuático, permitiéndose que en cuatro días quedara desmantelado, criticando la falta de responsabilidad política, para llegar a la conclusión de que “tenemos lo que nos merecemos”, aludiendo al fracaso del Plan Colce y la retirada de la denuncia, con el silencio de la ciudadanía, y se preguntó: ¿cómo vamos a conseguir que Jaén avance? Presentó el peor panorama del movimiento vecinal al que pertenece: “Ya no existe, lo que hay son sucursales de los partidos políticos”, mostrando su preocupación porque no se pueda llegar a conseguir el comprometido Puerto Seco, porque su destino eran precisamente los terrenos cedidos para el Cetedex. Volvió a comentar que “el Ayuntamiento no escucha al movimiento vecinal” y se van cerrado asociaciones porque no obtienen ayuda ni se pueden mantener, y da la impresión de que solo interesan las fiestas, no que “la ciudad se viene abajo”. Para terminar lamentó que no haya alicientes para los jóvenes, que optan por marcharse e insistió en su denuncia de desigualdad entre los barrios de la capital.
SUBIRSE AL TREN DE LA “OLEADA DE CAMBIO”
La última intervención estuvo a cargo del profesor de la UJA y miembro del CES Local, José García Roa, que aludió de principio a algunos de los comentarios de sus compañeros de mesa para entrar a ofrecer un “cierto mensaje de esperanza”, al entender que hay unanimidad en desear para Jaén que sea una ciudad pujante, abierta, y dedicó los siguientes minutos a explicar su visión de cómo conseguirlo. Centró su análisis en la “oleada de cambio” que nos ha tocado vivir, y más en el futuro inmediato. Cambios en el modelo de industrialización; en el comercio, con el que se va a ver afectado, de hecho ya lo está, el comercio tradicional, en beneficio del comercio electrónico; cambios también en la actividad financiera; en los gustos de la población, cada vez con un mayor nivel de exigencia, ya que lo que antes era trabajar, tener hijos y vivir dignamente, ahora tiende a prestar más atención al ocio, el deporte, la cultura, es decir, el bienestar por encima de la familia tal y como está concebida. Abundó en que hoy se reclaman servicios de calidad, escenarios competitivos a los que hay que adaptarse, por supuesto a las nuevas tecnologías. De la misma manera entiende que estamos posiblemente a un paso de la generalización del teletrabajo por ordenador, y este hecho lo considera una oportunidad. Abogó por una mayor inversión pública, que el 0,5% del PIB que se destina a Jaén debería convertirse al menos en el 3%, lo que necesita de una clara voluntad política, hoy inexistente. Se detuvo también en el ferrocarril, un sector que conecta “y que tiene mucho futuro”. Invitó el profesor García Roa a repensar las ciudades, a crear actividades relacionadas con el escenario competitivo y de las nuevas tecnologías, para alentar también la colaboración público-privada, por encima de los plazos y los periodos electorales. Invitó a aprovechar las grandes ventajas que tiene Jaén y la provincia, su baja densidad de población, por ejemplo, 620.000 habitantes para 13.500 kilómetros cuadrados, y para la pérdida de demografía, que es evidente, buscar que Jaén capital asuma el liderazgo provincial y captar recursos. “Necesitamos atraer población, atraer a gente joven formada, hay que convertir a la capital en una ciudad atractiva y como ha hecho Málaga, dotarla de identidad propia”, utilizando todos sus recursos, desde naturaleza, patrimonio, etc., es decir, tener un objetivo claro, y con independencia de los vaivenes políticos.
Y LA PASIVIDAD DE JAÉN
Tras la exposición de los cuatro ponentes se pasó a un coloquio. El arquitecto municipal, Manuel Rodríguez, en respuesta a una de las preguntas, señaló que el principal problema del Pepri “es que no se cumple”. También salió a relucir la situación del casco histórico, que pierde población, y se llegó a coincidir en que plantea dificultades, en concreto los jienenses le dan de lado por su principal obstáculo, la accesibilidad. En cuanto a las nuevas normas a tener en cuenta de cara al PGOU, Manuel Rodríguez puso de manifiesto que la sostenibilidad tiene que ser su hilo conductor, porque es así como está contemplada la normativa. En otro momento se comentó entre los asistentes que en numerosas ocasiones la voluntad política se ve mediatizada por la propia sociología de la ciudad, de la sociedad de Jaén “que es pasiva”. Otro hilo conductor del debate fue la necesidad de comunicaciones para que la ciudad avance. Alguien planteó al aire esta pregunta: ¿Tendrá que ver el éxito de Málaga con que el alcalde lleva 20 años en el cargo y no se van sucediendo unos a otros? Por último, otro mensaje al aire, contestado por asentimiento: ¿Qué priman en las actuaciones municipales, el criterio de los políticos o de los técnicos? El Foro Jaén, como hace siempre, invitó a ver la realidad de la ciudad de Jaén desde diferentes puntos de vista. Salimos plenamente concienciados de la ciudad que tenemos y convencidos de la ciudad que queremos.
Foto: De izquierda a derecha Manuel Rodríguez, Julio Terrados, Pablo Carazo, Pepi Alcántara y José García Roa, en el encuentro del Foro Jaén de Opinión y Debate sobre «El Jaén que tenemos y el Jaén que queremos».