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Ha finalizado hace unos días una nueva edición, la XVII, del Festival de Otoño de Jaén y se han cumplido las mejores expectativas. Hay que felicitar a la concejal de Cultura, Francisca Molina, porque con toda la normalidad y naturalidad del mundo ha sabido gestionar esta joya de la corona de la ciudad y la ha dotado de un selecto programa en el que no se han resentido ninguna de las características de esta cita con la cultura, ni la calidad de las actuaciones, ni las colaboraciones habituales como la de la Asociación de Amigos, ni, por supuesto, la implicación que ya venía existiendo por parte de otras administraciones y el papel de la iniciativa privada que ha sido en los últimos años una aportación valiosa.

Este Festival de Otoño hay que mimarlo porque se ha hecho desde el principio con mucha voluntad y esfuerzo, y ha logrado hacerse un sitio entre los grandes eventos anuales de toda Andalucía. Cristina Nestares fue su gran creadora y Francisca Molina lo ha dejado en esta nueva edición, en su segundo año, en lo más alto.

Tanto ella como el alcalde se han reunido con la Asociación de Amigos del Festival de Otoño, que preside Luisa Gutiérrez, para haber un balance muy positivo. No es para menos, porque se han vendido 15.800 entradas aara los 21 espectáculos, conciertos y obras teatrales, en distintos escenarios, tanto de carácter municipal como en la calle, y en lugares emblemáticos como el Parador de Santa Catalina, los Jardines de la Ciudadela del Tesoro, o los balcones de la Catedral.

La clausura ha estado a cargo de la Orquesta Sinfónica del Festival de Otoño, con la participación de la conocida soprano Mariola Cantarero y el tenor Yuici Yanes, bajo la batuta de Ángel Luis Pérez, en un concierto memorable como broche de oro. Larga vida a este enorme Festival de Otoño de Jaén.

Foto: La Orquesta Sinfónica del Festival de Otoño, con las voces de Mariola Cantarero y Yuici Yanes y la dirección de Ángel Luis Pérez. (Imagen del Diario Jaén)

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