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Por ANTONIO GARRIDO RUIZ / El Athletic Club pasó por encima del Atlético de Madrid en la vuelta de las semifinales de la Copa del Rey (3-0), y se verá las caras en la gran final de La Cartuja ante el Mallorca, que dio la sorpresa el martes apeando en los penaltis a la Real Sociedad en la otra semifinal.

Lo cierto es que no hubo partido. El Athletic Club fue superior al equipo colchonero de principio a fin. Ya antes del encuentro, el ambiente en San Mamés hacía presagiar que sería una gran noche para los leones. Y es que la energía que irradiaban los aficionados antes, durante y después del partido pasó directamente a las piernas de los jugadores bilbaínos, que se encargaron de hacer lo propio sobre el césped.

Los hermanos Williams portaron la batuta y la maza en ataque. Iñaki enganchó, a pase de Nico, una volea espectacular para anotar el primer tanto del partido. Las tornas se intercambiaron en el segundo tanto, cuando Iñaki le presentó a Nico un balón para que el pequeño de los Williams pusiera el 2-0 y prácticamente el cierre a la eliminatoria.

La superioridad fue manifiesta en la primera mitad y el Atlético no parecía mejorar en la segunda, todo lo contrario. Encajó el tercer tanto tras un error clamoroso de Oblak, que regaló un balón para que Guruceta marcara el definitivo 3-0, dejando unas caras muy largas en la parroquia colchonera.

Así pues, y tras un global sonrojante de 4-0, el Athletic Club se enfrentará al Mallorca en la gran final de la Copa del Rey, que se disputará en el estadio de La Cartuja de Sevilla. Una final inédita en una competición que cuenta con más de un siglo de historia, con dos equipos que llevan muchos años sin celebrar un gran trofeo con los suyos y que tienen la ilusión por las nubes.

Foto: Los hermanos Williams celebran uno de los goles del triunfo.

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