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Como dicen los ingleses el tiempo de vacaciones para la mayoría “is over”.- Toca, por tanto,  enfrentarse  de nuevo con la rutina diaria, encarar los problemas cotidianos y,  sobre todo,  los que escapan a nuestro control como  son los derivados de la dinámica socio-político-económicos que afectan a nuestros bolsillos  y que, en principio,  pueden sembrar las mayores inquietudes.

La economía de nuestro país, según nos han anunciado recientemente, sigue recuperándose a un ritmo más acelerado del previsto, gracias a la positiva evolución de la inversión interna, el consumo, las exportaciones y, en menor medida, la construcción. Es bueno que los datos de crecimiento del PIB incluso rebasen las previsiones iniciales,  sin embargo, a pesar de que las estadísticas nos presentan incrementos  muy positivos del empleo,  crece la duda sobre la idoneidad  y calidad del  mismo, ya que de los nuevos contratos la mayor parte están  concertados  a tiempo parcial  con una alta temporalidad  y de escasa  estabilidad,  sobre todo en el sector de la restauración.

En lo relativo a otros aspectos que afectan  a nuestros bolsillos, debemos considerar el precio de las gasolinas.  Aunque el precio del petróleo no ha experimentado  fluctuaciones ostensibles en los últimos meses,  el  reflejo en los precio de los combustibles  ha deparado leves oscilaciones, supeditado a esa misma dinámica  sin que se atisben grandes oscilaciones a pesar de los esfuerzos de algunos países productores por impulsarlo al alza.

Quizás el tema que centra la  mayor atención entre  expertos y analistas sea la evolución de los tipos de interés.  Alemania insiste en que el BCE  acelere los cambios de su política monetaria, poniendo ya  fin a  sus programas de compra de deuda  y activos como primer paso para abordar el inicio de los incrementos de los tipos de interés.

Se olvida Alemania que en el camino diseñado por el BCE, se ha cruzado un enemigo inesperado, en forma de una revalorización del euro con respecto al dólar del 14% en este año, que amenaza con poner en  peligro las exportaciones de los países miembros y  dar al traste con la aparente recuperación que muestran  además de afectar negativamente  a los niveles de inflación, que se han fijado  en el entorno del 2%. 

Esta circunstancia y las  parecidas reservas mostradas por la Sra. Yale, Presidenta  de la Reserva Federal,   expuestas en la conferencia anual, parecen condicionar las decisiones del futuro más próxima y retrasar nuevas modificaciones al alza.  Nuestra opinión, en definitiva, coincidente con la mayoría de analistas y expertos, es que hasta bien entrado 2018 y dependiendo de la evolución de algunas variables básicas, no habrá espacio para efectuar cambios que afectan a los tipos de interés actuales.

Las bolsas, aunque parecen  seguir definiendo  una tendencia alcista, no acaban de consolidar esa senda  y por el momento entrar para los menos avezados debería ser una decisión  bien meditada y asesorada.

La palma de las inquietudes sigue estando abonada por la evolución del Sistema de Pensiones, ya que el gasto sigue creciendo de forma constante como consecuencia de que en relación con el 2007 el número de cotizantes se reduce  en un millón cuando el número de pensionistas aumenta en más  de un millón. 

 

 

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