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Por MARTÍN LORENZO PAREDES APARICIO / Vuelven los ensayos, después de dos años, arrinconados en el almacén de la pandemia. Vuelve el rito en el que los costaleros se hacen fuertes para acunar de nuevo a Cristo crucificado. La primavera es el símbolo que reconoce su esfuerzo por hacer de sus hombros el mejor pedestal en el que llevar al Señor.

En la plaza de San Bartolomé, el azahar desprende su aroma. Su luz se cuela por las rendijas de una iglesia dispuesta a recibir a los hermanos expirantes: entran y salen, quieren estar con ÉL, y decirle que este año, sí, lo llevaran por las calles de un Jaén, que necesita verlo.

La alegría del domingo, a pesar del cambio de hora, hace que el costalero no tenga pereza en levantarse y acudir a su cita colectiva para fortalecer con su comunidad, la fe en Jesús. Reunidos, todos, esperan con ilusión la llamada del fabricano, que le dice el lugar que va a ocupar dentro del paso. Aunque Él todavía no está arriba; ellos sienten su presencia y el ensayo, aunque duro como todos, ni pesa ni duele. La fuerza de su Cristo, los guía y protege. Con la diligencia debida, cumplen con su obligación.

Plaza de San Bartolomé por calle Coches, el adoquín se clava en sus pies. Pero, no hay inconveniente, pronto llegarán a la llanura de la calle Maestra y en un suspiro encararán la hermosura pétrea de la Catedral de Jaén.

Mientras el turista, que pasa por la calle más ajedrecística de Jaén, se sorprende ante tan magno espectáculo; y pregunta y se interesa. Quizá, sea oriundo del Levante o de un Norte crepuscular… No importa, se sorprende por este teatro que ve, en las calles de una capital, que como dijo Lorca, es el prototipo de población de Andalucía La Alta.

No esperaba encontrarse con esto. Su corazón es un contraste de sensaciones: la noche anterior, una carrera festiva alumbró la ciudad, y ahora, aprende como la fe de un pueblo salva todas las dificultades. Asombrado, no tiene más remedio que preguntar. Y con un gesto asiente y admira las explicaciones de los costaleros.

La una de la tarde, el turno de costaleros se junta en la Plaza Mayor de Jaén. El lienzo catedralicio los cobija. Queda muy poco, para que su Cristo de la Expiración recorra sus caminos.

Plaza de San Bartolomé por calle Coches…


Foto: Costaleros a las puertas de la Catedral. (COFRADÍA DE LA EXPIRACIÓN).

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