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Sobre las lumbres y la fiesta de San Antón, donde todas las posiciones podían ser respetables, creo que ha faltado comunicación, probablemente de todos y para todos, pero también no exigir renuncias y no establecer imposiciones tajantes. Tal vez lo que ha resultado más doloroso y difícil de entender, al menos en mi criterio, es que se desautoricen las veinte lumbres que pretendían hacerse el mismo día 16, por las asociaciones de O.CO, un gesto evidente de autoridad que nos ha parecido como un mensaje expeditivo para cerrar una polémica y para saber quién tiene la sartén por el mango. Oído cocina.

Al final se ha dividido a la ciudad y con el ordeno y mando, legítimo pero con el que es difícil estar de acuerdo, en aras de no sé qué, que algunos han presentado como el maná del cielo, se ha preferido perpetrar una afrenta contra una de las grandes tradiciones de la ciudad y muchas hogueras no se van a levantar. Una pena, con lo que ha costado recuperarlas, y si no que se lo pregunten a José Montané, que en la década de los ochenta fue el padre de la criatura de un gran revulsivo que movilizó a la ciudad.

Lo acepto pero no lo comparto. He defendido la Carrera y también por supuesto las lumbres, no son  incompatibles y sí complementarias, algún año a causa del tiempo se han dividido y no ha pasado nada. Ahora la parte ganadora no ha dado lugar a esa concesión en aras del consenso y a expensas, en su caso, de una consulta como Dios manda a la ciudadanía.

Pero no. Lo respeto, pero no lo comparto, y les juro que llevo más de 40 años defendiendo los intereses de Jaén. Puede que se me haya parado el reloj o que no sepa distinguir lo bueno de lo malo…o simplemente que otros, ya más jóvenes, tengan las esencias del apasionado cariño a la ciudad y hayan establecido la hoja de ruta para ponerla en el escaparate. Ojalá que estén en lo cierto.

 

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