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Se dice, y al refrán no le falta razón, que poco dura la alegría en la casa del pobre, y es lo que ha ocurrido en el Real Jaén, que toda la ilusión se ha esfumado y en este preciso momento nadie da un euro por su futuro. Todavía recuerdo las prisas que entraron para desalojar de su puesto al anterior presidente, Rafael Teruel, sin siquiera posibilitar un traspaso de poderes normalizado, para poder enterarnos de la herencia, de la que después se ha sabido por lo que unos y otros han querido contar.

La crisis ha vuelto a aparecer y una vez más el panorama se pone bien negro. Veamos. Desaparecen de la escena tanto el presidente Higinio Vilches como el vicepresidente Juan Carlos Hidalgo, en un acto de desacuerdo con las decisiones del principal amo del club, Juan Miguel Hitos, que desde fuera ha querido imponer su criterio y pilotar la nave, pero la verdad es que lo más importante para resucitar al club en lo deportivo y en lo administrativo era el dinero y éste sigue siendo el gran ausente mientras que las deudas representan un riesgo incluso para pensar en lo peor, en la desaparición del histórico club de los jienenses.

Todavía se sigue insistiendo desde algunos ámbitos en la pretensión de grupos empresariales, por ejemplo uno de Granada, interesado en coger las riendas del Real Jaén a cambio de nada. Permitan que no me lo crea, llevo tantos años en esto y he visto tantos burros volar, que me parece poco serio que haya propuestas de este tipo, no hay tan buenos samaritanos que se acerquen al fútbol con tan benéficas pretensiones. Sí hay, porque algunos conozco, personas individuales, empresarios entre ellas, que han estado en determinados momentos en disposición de apoyar al club de buena fe y por sentimiento jaenero, pero se trata de excepciones muy contadas, y en efecto las ha habido.

Tras la obligada salida de Teruel, Hitos cumplió con su hoja de ruta de volver a hacerse con las riendas de la entidad. De hecho nunca había perdido la esperanza y la ocasión se la pusieron en bandeja. En mi opinión más que volver al club lo que pretendía el empresario era que se le restituyera de algún modo su honor deportivo en la plaza, ya que tuvo que decir mutis en extrañas circunstancias. Juan Miguel Hitos, del que dicen que tiene tanto dinero, ha apostado poco en el aspecto económico por el Real Jaén, pero fue habilidoso para recuperar el control, aprovechando que podía contar con Juan Carlos Hidalgo, el otrora presidente despechado, al tiempo que vio el cielo abierto cuando se metió de por medio el Ayuntamiento, que quiso tomar vela en este entierro, no sabemos por qué ni para qué, el caso es que comprometió a Higinio Vilches y todos juntos creyeron que podían obrar el milagro. Un proyecto marcado por los buenos propósitos, no lo dudo, pero inviable porque lo primero que hay que hacer en estos casos es poner el dinero sobre la mesa, y es justamente lo que no se ha hecho, todo lo demás han sido fuegos de artificio y brindis al sol.

La situación ha podido seguir durando, pero la pésima campaña del equipo, ya en zona de descenso, ha encendido de golpe todas las alarmas, la de la marcha del Real Jaén en la Segunda B, y la preocupación y diferencias en los despachos, donde a última hora Hitos cesó a Hidalgo y Vilches parecía un hombre de paja puesto ahí para aprovecharse de sus supuestas cualidades para echar una mano en el camino de la salvación. Creo que tanto Vilches como Hidalgo han hecho su trabajo, incluso lo han hecho medianamente bien, pero han sido un tanto ilusos porque se han metido en un proyecto cerrando los ojos a las evidencias.

Recuerdo que cuando se inició esta nueva etapa en la que se llamaba a la confianza de los jienenses, ya dije, con respecto al Ayuntamiento, que “zapatero, a tus zapatos”. La institución municipal está para echar una mano cuando se pueda a los intereses del Real Jaén, pero no le compete en absoluto ponerse en la tesitura de conseguidor, más que nada porque en este momento se encuentra entre las víctimas del fracaso. Fue un error que el alcalde pensara que su amigo Vilches era la tabla de salvación para el club desde la presidencia, y no lo digo ahora, a toro pasado, lo escribí en su momento y además lamento no haberme equivocado. Los experimentos pseudopolíticos de este tipo no suelen funcionar, esta puerta giratoria tampoco ha sido posible.

El Ayuntamiento no está para quitar o poner presidentes, de hecho ahora debe asumir su responsabilidad por el protagonismo que indebidamente asumió en su momento. Bastantes temas urgentes hay en la ciudad para sumarle un asunto que, con todas las singularidades que se quieran, es estrictamente privado. Se le debe favorecer, como a cualquier otra empresa, con la cesión administrativa u otras medidas que puedan ayudarle a su desenvolvimiento, pero el Consistorio no puede asumir otras obligaciones.

Aprecio mucho al Real Jaén, sé que es un activo de la ciudad y hay que ayudarle en lo posible, pero se trata de una Sociedad Anónima Deportiva y lo mismo que los jienenses en general y los socios en particular saben poco de las cuentas del club, o así ha sido hasta ahora y durante mucho tiempo, la implicación pública debe ser medida y puntual. Y ojalá que tengamos suerte con los empresarios, entre ellos Hitos y los que puedan acompañarle, si es que les quedan fuerzas, ganas y dinero para ello, y traten de resucitar a este enfermo al que entre todos, con responsabilidad, compromiso, realismo y transparencia, debemos sacar hacia adelante, no están los tiempos para seguir perdiendo más señas de identidad, vale que no avancemos, pero que por lo menos no retrocedamos. Espero que el Real Jaén tenga allanado el porvenir, pero desde luego en las circunstancias actuales deportivas y económicas, el pronóstico es reservado.   

 

Fotos:

Juan Miguel Hitos, el dueño del club, solo ante el peligro. Higinio Vilches por su parte ha denunciado a la presidencia.

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