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Para mí la del 1 de marzo es una fecha que puede quedar para la historia de esta ciudad resignada y conformista como pocas. Ese día, la semana que viene, ya, a la vuelta de la esquina, va a nacer una plataforma ciudadana denominada ‘Jaén merece +’ en la que bastante gente ha estado trabajando en los últimos meses en una labor de captación, poco a poco, pero que ha dado frutos abundantes hasta el punto de reclutar a sesenta colectivos de todos los ámbitos, empresariales, vecinales, ecologistas, deportivos, sociales, culturales, profesionales…Un hecho inédito en esta ciudad que un grupo tan amplio, tan heterogéneo, dé un paso adelante, se ponga en marcha y caiga en la cuenta de lo que une en lugar de lo que separa. Y lo que une en este caso está bien claro, es la ciudad de Jaén, hoy un tanto perdida, sin ilusión y sin expectativas.

Llevamos décadas, qué digo décadas, siglos, lamentándonos de nuestras desdichas, soportando adversidades, sufriendo desplantes e incomprensiones, especialmente de los poderes públicos que, se pongan como se pongan, lo cierto es que nunca nos han tenido en cuenta, nos han  ninguneado, nos han brindado las sobras y encima nos han exigido que no saquemos los pies del plato, que seamos dóciles. La historia ha sido injusta con Jaén, la democracia también, Madrid nos negó el pan y la sal a excepción de un Plan Jaén que fue más propaganda que otra cosa. Andalucía se contagió, el centralismo sevillano ha sido cicatero y a veces hostil, a pesar de la contribución de personajes que aportamos a los gobiernos. En cuanto a nuestro Ayuntamiento no es el momento de opinar sobre lo que ha ocurrido en todos estos años, pero resumiré diciendo que unos por otros tenemos un Consistorio en la ruina y una ciudad con infinidad de carencias, con cientos de vecinos que viven en situación infrahumana, con barrios abandonados, y con muchos sueños para los que nunca llega la hora. De espaldas a muchas conquistas que otras capitales ya disfrutan desde hace tiempo.

Creo en la democracia y en la política cuando es capaz de dar respuesta a los problemas, pero el futuro de nuestros hijos no podemos fiarlo a que haya o no voluntad y ganas. Este es el primer paso. No ha funcionado. El siguiente es espolear a las administraciones desde la sociedad civil organizada, de manera responsable, para reivindicar todo aquello a lo que esta ciudad cree tener derecho. La plataforma tiene que ser tan decidida, tan valiente y tan entusiasta, aparte de aparcar los carnés políticos, quienes los tengan, no solo para resultar fiable, sino para tener legitimidad de llamar a todas las puertas y que se abran. Si con la unidad de sesenta voces al unísono no se obtienen resultados creeremos que existe una especie de maldición sobre Jaén. Pero no lo creo, es decir, pienso todo lo contrario. O al menos lo deseo.

Esta iniciativa llega en buen momento porque algo ha empezado a cambiar en la ciudad, lentamente pero algo se mueve. Tiene tarea por delante porque la lista es interminable, aunque hay que ir despacio y cubriendo etapas. A partir de ahora mejor que no nos regalen nada, mejor ganárselo con argumentos. Es una aventura valiente, para mí la valentía es levantarse para defender lo que uno cree justo. El secreto es no rendirse, despertar del sueño profundo de tantos años y hacerle caso a nuestro hijo adoptivo Miguel Hernández. Ya es hora de levantarse. Todo sea por Jaén.

(Comentario emitido hoy en el programa La Colmena, en Radio Jaén)

 

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