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Por ANTONIO GARRIDO / No esperaba menos de la visita de la embajada del equipo de gobierno del Ayuntamiento de Jaén a la sede del Ministerio de Hacienda. Fueron a por lana y volvieron trasquilados. Pensar que se le iban a abrir todas las puertas, y más que se podía hacer realidad la quita de la deuda, una ensoñación, porque lo que no puede ser, no puede ser y además es imposible, no formaba parte de las expectativas realistas. Ahora bien, el jarro de agua fría es que ni siquiera se ha dado la posibilidad de negociar algún tipo de SOS, de ahí que entiendo como comprensible la decepción del alcalde, Agustín González, porque al menos esperaba que nos aliviaran la carga en lugar de que sigamos con la soga al cuello. El alcalde se lamenta de que ni siquiera se aceptan aplazamientos ni facilidades y que a su juicio esto significa dejar a los jienenses “en la estancada”. El portavoz de Jaén Merece Más, Manuel Vallejo, también presente en la reunión con la directora general de Estabilidad Presupuestaria y Gestión Financiera Territorial, Mónica García, afirma sentirse “engañado”, él se creyó o le interesó creerse en su momento la oferta que le brindaba el PSOE de Jaén para hacerse con la Alcaldía, que ahora nadie reconoce, ni siquiera ellos mismos, y en absoluto me creo que esos castillos en el aire tuvieran credibilidad alguna, porque si así fuera deberían tomar nota los jienenses y hacérselo pagar al Gobierno de Sánchez, porque no es de recibo que por razones políticas haya salida a un problerma gravísimo y que en caso contrario la alternativa sea poco menos que condenar al Ayuntamiento de Jaén a seguir navegando en la indigencia y cada vez con la Espada de Damocles más acentuada. Es decir, instalada en la UVI económica y con escasas vías de pasar a planta.

Es normal que el alcalde de Jaén haya querido mantener reuniones con quienes en teoría pueden echar una mano a que la ciudad salga del pozo en el que se encuentra, pero probablemente conoce que desde hace años todos los regidores lo han intentado, y en especial los últimos. Javier Márquez lo peleó reiteradamente; el siguiente alcalde, el socialista Julio Millán se reunió personalmente con  la ministra Montero, esa que ahora no ha dado la cara, pero es igual, tampoco se esforzó en ayudar a Millán, y si acaso obtuvo algunas migajas, lo que ocurre es que los socialistas no pusieron el grito en el cielo por no ir contra su partido, pero fracasaron en su intento, la ministra jamás movió un dedo por Jaén, pese a que ha venido repetidamente a los mítines y sus correligionarios la han recibido con aplausos. Cuando realmente se pudo resolver, al menos en parte, y buscar el camino para ir rebajando la deuda, fue en la etapa del jienense Cristóbal Montoro como ministro de Hacienda y de José Enrique Fernández de Moya como Secretario de Estado de Hacienda, es decir, en tiempos del Partido Popular, sobre todo porque Fernández de Moya había pasado por el Consistorio y algo más de lo que hizo seguro que estaba en sus manos. Por tanto hay que repartir responsabilidades. Como en toda la acción política, ni PSOE ni PP han tenido vocación de ayudar a Jaén, así de sencillo y así de claro. De modo que habrá que buscar otros caminos, y uno de ellos puede ser pedir auxilio a la Federación de Municipios y Provincias como órgano de interlocución, ya no digo para la quita de la deuda, que se me antoja casi imposible, por razones de agravio sobre todo, no se puede castigar a los ayuntamientos que gestionan bien sus recursos económicos,  pero sí para buscar mecanismos que faciliten oxígeno al caso de Jaén y a los que se encuentren en parecidas circunstancias.   

En consecuencia, es cierto lo que en más de una ocasión hemos comentado de que se hace campaña en verso pero a la hora de la verdad hay que gestionar en prosa, más si se trata del Ayuntamiento de Jaén donde el agujero económico imposibilita cualquier avance y hay que buscarse la vida como sea. También es verdad que nadie escarmienta en cabeza ajena, y los últimos alcaldes llegaron al cargo en la creencia de que iban a resolver por su bella cara el gravísimo problema de la deuda municipal, esa que desde hace años dicen que se eleva a 600 millones y de la que nadie se atreve a dar cifras concretas, aunque me imagino que ya debe estar por las nubes, de modo que si hace poco hacíamos las cuentas de que tocábamos a 5.000 euros por habitante, a día de hoy supongo que ha debido aumentarse. Hay un secretismo incomprensible, que se contradice con la promesa electoral del hoy alcalde en el sentido de que se pondría un contador a las puertas del Ayuntamiento para que los ciudadanos tuvieran información al minuto. No se ha hecho, y tal vez sea lo mejor, porque que los responsables del equipo de gobierno tengan que enfrentarse a esta realidad, al fin y al cabo están ahí por voluntad propia y queremos entender que a sabiendas del panorama, no creo que fueran tan cándidos, a pesar de que en el caso del PSOE y la Alcaldía en manos de Julio Millán fuera Juan Espadas el que le hiciera el pronóstico de que acabaría con la deuda del Ayuntamiento, y tampoco acertó, pero es que con Agustín González fue él mismo el que con más fe que Antoñete unió su suerte a la de Juanma Moreno, y vino a tratar de convencernos de que con su modelo acabábamos con la deuda sí o sí. Otra frustración. Lo que hace pensar que los políticos parece que viven en las nubes y en el Jaén de ahora, para los unos y para los otros, lo que hace falta es lo primero de todo poner los pies en el suelo, aceptar la realidad, la herencia de gobiernos irresponsables y con esas mimbres tratar de buscar apoyos para salir de una situación muy difícil, pero no es lógico que las administraciones que puedan hacerlo no le presten auxilio al Ayuntamiento, sí, a sabiendas de que lo ha hecho mal, que no actuó con prudencia, pero por encima de las instituciones están los ciudadanos, se gobierna para ellos y quienes no somos responsables del desaguisado tampoco tendríamos que pagar las culpas de los excesos. Lo he repetido hasta la saciedad, lo primero que tendríamos que conocer los jienenses es el importe exacto de la cuenta de la ruina y desde luego el resultado de una auditoría para poder localizar a los responsables de la trayectoria de la deuda, de manera que en lo posible no se vayan de rositas.

No estamos acostumbrados a este discurso ni en la capital ni en la provincia, pero es bueno que aflore esta nueva visión de la política reivindicativa y sin paños calientes, para ponernos en el mapa y que nos tomen en serio, también la Junta de Andalucía, que se baje del pedestal y de la arrogancia y sencillamente cumpla con lo que ha firmado. Hoy está en Jaén para mitinear el propio presidente, Juanma Moreno, y puede ser la ocasión para que no llegue de vacío, y para que los políticos locales del PP además de las loas se muestran exigentes, hay que mirar a Europa, por supuesto, pero como dice el refranero la caridad bien entendida empieza por uno mismo. Hay algo en lo que coincido con el espíritu de Jaén Merece Más, esto no quiere decir darle ningún cheque en blanco ni asumir todos sus postulados, pero que hay que luchar por Jaén sin importar quemarse en el empeño, incluso desaparecer si los votantes lo deciden, me parece algo digno. Lo demás, el seguidismo a los poderes de cada momento, a quienes nos negaron el pan y la sal, así estamos como estamos, eso no debe consentirlo un pueblo que tenga fortaleza y quiera abrirse paso en la convergencia, esa que cada día se nos aleja más.

Foto: Esta imagen fue distribuida ayer por el Ayuntamiento. Agustín González y Manuel Carlos Vallejo, cara a cara, tras su infructuosa visita al Ministerio de Hacienda.

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