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He estado viendo por internet, en directo, la apertura solemne del curso en la Universidad de Jaén. Tengo querencia por la institución universitaria a la que he estado ligado desde 1993 hasta hace bien poco, en mi calidad de miembro del primer consejo de administración, convertido después en Consejo Social. Aunque dejé de pertenecer a este órgano, y aunque no me inviten, porque evidentemente no tienen que hacerlo, durante muchos años he ido junto a mi amigo Vicente Oya, al que sigo echando de menos. La cuestión es que me siento concernido por algo que me interesa y preocupa, siempre he dicho que la Universidad es lo mejor que le ha ocurrido a la provincia, pero no en los últimos 25 años, como algunos acotan, creo que es el gran logro desde los Reyes Católicos para acá, sin duda de ninguna clase. Y siempre he defendido que la Universidad de Jaén es la única que puede propiciar el cambio mental y material que sigue pendiente en esta tierra.

Del solemne acto de hoy me quedo, sobre todo, con el discurso del rector, Juan Gómez Ortega, que ha estado reivindicativo, sobre todo ante la Junta, que es la que tiene posibilidades por medio de la transferencia de fondos, de apostar o no, por un sistema universitario andaluz de calidad. Y lo ha hecho en presencia del consejero de Economía y Conocimiento, Antonio Ramírez de Arellano, éste sí más optimista y prometiendo la luna, si posible fuera.  Creo que es un acierto que se digan las cosas con claridad.

El rector no tiene que defender a la Junta, es el responsable de hacer que la UJA funcione y tiene que pedir, es más, exigir, en nombre de ella. Lo ha hecho con educación y con respeto, un poco en la línea de “suaviter in modo, ortiter in re”, es decir, suave en la forma y firme en el fondo, pero ha dibujado con claridad las principales preocupaciones de la institución universitaria jienense, empezando por la deuda que todavía mantiene la Junta con las universidades, entre ellas la nuestra, que impide afrontar algunos proyectos que son necesarios para seguir volando. La UJA reivindica como el resto de las universidades, autonomía y suficiencia financiera, porque sin esas premisas cualquier nuevo modelo, como el que anuncia la Junta, se puede estrellar. Los rectores andaluces, ha dicho el de Jaén, tienen la máxima disposición para hacer del sistema universitario andaluz una gran oportunidad y en un marco más competitivo, pero hay que hacer que las universidades avancen y con el actual escenario de los números no es muy fácil hacerlo.

El rector magnífico ha tenido otro reproche más hacia la Junta, la lentitud del Plan Andaluz de Investigación, que ha hecho que se pierdan cuatro años que ahora son difíciles de recuperar, si no imposibles. Con la investigación mermada se ataca a una de las columnas que dan sentido a la institución universitaria y a la sociedad del conocimiento. Rebajar presupuestos en esta materia es un enorme error y se pagarán sus consecuencias. Creo que la Junta se compromete mucho con las palabras, seguramente porque es bastante su voluntad, no lo pongo en duda, pero a la hora de la verdad los hechos no le acompañan, por esta razón su política crea escepticismo y desconfianza.

Creo que el rector ha estado sembrado, ha hablado de potenciar el papel del Consejo Social de la institución para llegar más a la sociedad, ha prometido una reflexión en profundidad sobre la oferta académica de la UJA para adaptarla a las demandas formativas que la provincia demanda, lo he visto especialmente satisfecho de la presencia de la UJA en algunos rankings, que no son un motivo para obsesionarse, ha dicho, pero sí lo es para observar las fortalezas y trabajar sobre las debilidades; ha anunciado novedades sobresalientes como la creación de un portal de empleo, se ha referido a la movilidad estudiantil que este curso permite que salgan 650 alumnos y entren 1.100, ha aludido a objetivos ambiciosos, especialmente a que la Universidad mejore el futuro de las próximas generaciones de jienenses. Y, sobre todo, ha vendido con pasión y entusiasmo, esto al menos he querido ver en sus palabras, lo que se ha venido en llamar Generación UJA, es decir, un estilo, un compromiso que se constituye en el instrumento que quiere ser punta de lanza de toda una provincia y que está formando precisamente a unas generaciones que en lugar de salir fuera deberían ser las que cogieran el timón de esta provincia que tiene derecho a un futuro mejor. Y que confía en que el lema de la UJA “Comprometidos con tu futuro” se haga realidad.

 

 

 Foto:

El rector y el consejero en la tradicional foto de familia con los doctores de la Universidad de Jaén.

 

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