Hace pocos días saludaba el nacimiento en Jaén de la Plataforma en Defensa de la Sanidad Pública y de Calidad, pero si recordarán llamaba la atención sobre el ‘totum revolutum’ de representantes de casi todo lo que se mueve en Jaén, se habían integrado. No tengo nada que decir respecto a la mayor parte de ellos, pero no me producía buena impresión que entre la veintena de colectivos se hubieran colado algunos que de manera específica tienen otras vías para la interlocución y reivindicación, como es el caso de partidos políticos y sindicatos.
Cualquier Plataforma, y en concreto la de Jaén en Defensa de la Sanidad Pública tiene su sentido como interlocutor para hablar con las administraciones de los problemas generales de la sanidad, la calidad asistencial y todos los aspectos que desde un punto de vista objetivo puedan ser mejorables, todo ello con la mirada puesta en que aprovechando la movida sanitaria que hay en Andalucía en este momento, en la provincia no nos quedemos una vez más descolgados porque hay asuntos pendientes y no pocos. Creo que he transmitido en distintas ocasiones con nitidez que soy un defensor a ultranza de la cierta rebeldía cívica, pero bien organizada, con un sentido de la proporción y de la prudencia, porque en todos los órdenes de la vida debe imperar el respeto y unas reglas del juego para que las cosas, en este caso una Plataforma, funcione y tenga crédito social reconocido.
Digo esto porque tampoco me extraña demasiado que se publique un mensaje de un dirigente del PP presuntamente dando instrucciones a su gente del argumentario que han defender en la Plataforma en la que se integran. Suele pasar, no estoy especialmente alarmado. Cuando están de por medio los partidos políticos el fracaso está asegurado, y con él las suspicacias, las diferencias, en definitiva trasladar situaciones a un plano de confrontación política, que es capaz de acabar con la Plataforma en el momento en que no inspire la más mínima confianza y se perciba que en su seno hay algunos agentes a los que solo les interesa el argumento de “qué hay de lo mío”, me da igual que sea con un sesgo político, laboral, sindical, etc. Como tengo memoria puedo recordar que en los últimos lustros de la historia de esta ciudad han fracasado iniciativas, la Mesa por Jaén, la Mesa por el Ferrocarril, etc., cuando los partidos políticos utilizaron esos instrumentos para sus tradicionales y perversas peleas, que tanto daño han hecho a esta tierra en lugar de sumar esfuerzos y resolver los problemas de la gente, que es para lo que se les elige.
Con respecto a los participantes, no soy yo el que debe entregar la credencial para estar presente en la Plataforma, pero en principio chirría un poco que puedan sentarse en una misma mesa representantes de algunos de los entes que se han alistado, no porque las situaciones generales de mejora de la sanidad no sean posibles de asumir por todo el mundo, incluso desde el propio sentido común, lo que ocurre es que tradicionalmente vienen defendiendo posiciones contrarias, incluso muy contrarias, y difícilmente armonizables. Me alegra como ciudadano que surja en Jaén un movimiento abierto en defensa de la sanidad, creo que sus objetivos son loables, aunque hayan nacido a la sombra de situaciones que se estaban dando en otras provincias hermanas, en torno a las mareas tan de moda, hubiera preferido que hace tiempo los jienenses contáramos con instrumentos legitimados por su peso y su credibilidad social, para ser interlocutores ante las administraciones de nuestros problemas propios, que no son nuevos.
Por otra parte entre los colectivos que se integran en la Plataforma una mayoría ya estaban funcionando, tenían encauzada su misión, unos desde el ámbito sindical sanitario, otros como organizaciones ciudadanas, incluso los partidos políticos. No sé si es que se considera que han fracasado en la labor que realizaban cada uno en su ámbito o se han percatado de que la fuerza solo la da la unidad. ¿Desisten todas esas organizaciones a reivindicar en sus propios órganos?, ¿no tienen los partidos políticos cauces, como los parlamentos y en su caso los gobiernos, para plantear sus propuestas? Más que este tipo de batiburrillo con algunas posiciones ‘contra natura` hubiera preferido viento fresco, como está surgiendo en los ámbitos de la cultura y el patrimonio de la ciudad, por ejemplo, nuevos brotes de sociedad civil inquieta y con nuevos bríos, en lugar de hacer una apuesta por más de lo mismo. No le quito ni un gramo de legitimidad, incluso alguna de la gente que está en la Plataforma no tiene que demostrar nada porque le avala la experiencia de una trayectoria. Además en Jaén existe la necesidad de aprender de los errores.
En el caso que nos ocupa de nuevo PSOE y PP vuelven a la guerra, a su guerra, los socialistas no pueden estar dentro porque creen que se ataca a la Junta y han aprovechado para efectuar un chequeo de las necesidades sanitarias de Jaén, tal y como ha anunciado hace unos días Francisco Reyes, y no vamos a negar que principio quieren las cosas siempre y cuando esa propuesta novedosa sea negociada con los profesionales, que son los que conocen la realidad. Por su parte el PP tiene toda la legitimidad para sus posicionamientos, pero por el momento ya se le ha visto el plumero, se trata de hacer política a costa de lo que sea, y la sanidad jienense si algo merece es consenso, un acuerdo de mínimos, porque lo contrario es jugar con las cosas de comer, como con tanta frecuencia se hace en Jaén. A todo esto hay que añadirle que en los partidos políticos la situación es absolutamente opuesta cuando se gobierna o se está en la oposición. No es casual que el PSOE se haya quedado fuera en Jaén, y si mañana llegara al gobierno andaluz el PP inmediatamente tomaría el mismo camino, no lo duden.
Digo que abogo por colectivos nuevos porque hay que luchar en muchos casos con problemas viejos, que son los que tiene esta provincia en materia de sanidad como en otros ámbitos, pero en sanidad también. Tampoco me gusta ser alarmista, hay muchas cosas en la sanidad jienense que funcionan muy bien, existen cientos de profesionales que se dan al cien por cien todos los días y medios materiales y equipamientos muy dignos. En una empresa tan grande los problemas existen y no es demasiado difícil llegar a un consenso sobre cuáles son las debilidades de la sanidad pública, aunque haya fórmulas distintas para tratar de darles solución.
Pero digo lo del principio, no le voy a negar a la Plataforma el pan y la sal, es más, le deseo éxito y me gustaría además equivocarme en las prevenciones que me suscita el elenco de su representatividad tan variada. Esto no necesariamente tiene que ser malo, pero me gustaría ver con hechos que en efecto es algo que funciona y da resultados.
En fin, vamos a dar tiempo al tiempo y habrá oportunidades para ver cómo funcionan unos y otros. Eso sí, me sigue pareciendo extraño que se ponga el acento en el caso del Neveral, que sin duda es importante y hay que darle solución, pero que nadie hable, desde la Plataforma, de la reivindicación de la Ciudad Sanitaria, un compromiso formal del gobierno andaluz, retirado por los efectos de la crisis, pero pienso que Jaén, todas sus fuerzas vivas, deberían de reclamar esta deuda todos los años, al menos para que quede constancia de que es una necesidad y no se ha producido ninguna renuncia.
Cuestión diferente es la petición que se ha hecho desde la Plataforma de solicitar la dimisión de la delegada de Salud, Teresa Vega. No es que sea lo más importante, aunque yo mismo también la haya demandado. Su problema es que no ha sido capaz de ponerse al frente y liderar con energía y autoridad el estado de la sanidad en Jaén, con sus pros y sus contras, y ha tenido que salir el secretario general del PSOE, su paisano Francisco Reyes, a dar la cara por la sanidad y de paso, por ella. Esto nos lleva directamente a hacer la afirmación de que al frente de los puestos de responsabilidad ha de haber personas con conocimientos, claro, pero también habilidosas, dialogantes, para no incluirse en una parte más de los problemas, sino que puedan contribuir a solucionarlos. Me da la impresión que no es el caso y el PSOE debería contemplar que aquí también hay una dificultad que salvar.
Foto: Hace varias semanas quedaba constituida en Jaén la Plataforma en Defensa de la Sanidad Pública y de Calidad.