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Hoy, no sé bien el motivo, me ha venido al recuerdo la película cómica de finales de los 50, “Los jueves, milagro”, de Luis García Berlanga, a propósito de la reunión celebrada por cuatro administraciones en torno al futuro del Museo Íbero. El argumento de la película a la que aludo trata de un pequeño pueblo español que decide seguir el ejemplo de Fátima, Lourdes y otros lugares que han progresado gracias a las apariciones de carácter religioso, y sus «fuerzas vivas» deciden inventarse un milagro que promocione su balneario. Para ello cinco personajes del lugar (el alcalde, el maestro, el médico, el terrateniente y el propietario del balneario) deciden hacer creer al pueblo en la aparición de un santo, con el fin de revitalizar las visitas al pueblo y la venta de las aguas termales del destartalado balneario. El resto ya lo saben o se lo imaginan. Pues algo parecido, salvando las distancias, se ha producido hoy martes, día 11 de julio, en Jaén, una especie de milagro porque hay muy pocos antecedentes de acuerdos a cuatro bandas para resolver problemas de la ciudad. Loado sea el Señor. 

Bueno, todavía no hay que cantar victoria porque quedan algunos trámites que esperamos se resuelvan satisfactoriamente, pero tenemos que felicitarnos los jienenses de que ya haya un asunto importante para la ciudad de Jaén que pase a la historia como un logro debido a la lealtad institucional de las diferentes administraciones. Un día para anotar en los registros donde se encuentran tantos proyectos paralizados por falta de comunicación y por los estériles enfrentamientos que no conducen a nada. Lo que ha ocurrido hoy, que se sienten a la mesa cuatro administraciones y que lleguen a un acuerdo en beneficio de Jaén, es finalmente lo que aplauden los ciudadanos y sirve para valorar satisfactoriamente a todos los interlocutores, que en este caso han sido Ayuntamiento, con el alcalde Javier Márquez; Junta de Andalucía por medio de la Delegación del Gobierno, y en concreto su titular, Ana Cobo; Diputación Provincial, con su presidente, Francisco Reyes Martínez, y Administración central y Ministerio de Hacienda, representados por la subdelegada Francisca Molina y por José Luis Arquillos.

A pesar de algunas declaraciones fuera de tono que se han producido en los últimos días, que pensábamos podían caldear el ambiente y estropear los buenos augurios, lo cierto es que había más posiciones a favor de un acuerdo a cuatro bandas para despejar todas las interrogantes y no aparecer ante la opinión pública como incapaces para la negociación. Hay que alabar la iniciativa del propio alcalde, Javier Márquez, que fue quien convocó la reunión, convencido de que era la manera de frenar especulaciones y de seguir aireando las diferencias en lugar de las coincidencias, y es que Jaén necesita que cuanto antes esté en funcionamiento el Museo Íbero, porque se trata de un nuevo recurso cultural y turístico que se pone al servicio de la ciudad.

Los problemas para que entre en funcionamiento, de orden administrativo, son los que tienen que resolver las instituciones que para eso están, no para embrollar los asuntos, sino para buscarles solución, pensando siempre en los ciudadanos, que van a ser los beneficiarios de la nueva infraestructura. Al final el Ayuntamiento renuncia a los terrenos que pasarán a manos de la Administración del Estado, para que ésta, como se ha comprometido, los ceda a la Junta de Andalucía que es quien ha construido el Museo y ha invertido en él más de 26 millones de euros. En realidad se trataba de una cuestión de voluntad política, cuando se quiere se puede y en este caso los obstáculos, de existir, eran perfectamente salvables.

Felicitamos a estas personas que se han reunido hoy por la altura de miras que han demostrado y sobre todo porque no es habitual, por desgracia, que tengamos que hacernos eco en este Jaén nuestro, de este tipo de encuentros, más bien lo que se manifiesta en el día a día son los enfrentamientos con una cantidad de proyectos en lista de espera que producen desesperación y hartazgo en la opinión pública. Ojalá que el ejemplo del Museo Íbero sea aplicable al resto de cuestiones pendientes y en poco tiempo se pueda avanzar adecuadamente y dar un impulso a esta ciudad que tan necesitada está de consenso para sacar adelante un conjunto de cuestiones que son vitales para el salto a la modernidad.

Tras este acuerdo de hoy ya no hay vuelta atrás, esperemos, y ahora está en el tejado de la Junta el compromiso de abrir el Museo Íbero antes de fin de año, en el último trimestre, con la exposición temporal que se ha ido demorando a causa de las adversidades. Al tiempo se espera la pronta licencia de apertura por parte del Ayuntamiento y que todos los trámites que hoy se han acordado, se lleven a efecto con la mayor celeridad para que se cumplan las previsiones.

Entre otras cosas porque los jienenses tenemos ya ganas de ver abierto el tan deseado Museo. No hay que olvidar que se ha hecho de rogar nada menos que la friolera de una veintena de años, desde que se comenzó con el clamor, sobre todo por colectivos como la Asociación de Amigos de los Íberos, que encabezaron la petición a la Consejería de Cultura de este centro a la vista de la riqueza arqueológica que se atesora.

En efecto, uno de los banderines de enganche importantes que tiene la capital jienense para el futuro inmediato, es poner en un sitio vistoso del escaparate al Museo de Arte Íbero, que en unos meses abrirá sus puertas. Ahora ya no es momento de quejas ni de mirar hacia atrás, se han hecho todos los reproches por una obra que ha durado muchos años y que costó lo suyo poner en órbita. Estamos por tanto en el momento de aprovechar este importante recurso y sumarlo al resto de atractivos de los que disponemos para “vender” Jaén.

Hace poco asistía a un agradable encuentro donde tuve la oportunidad de compartir mesa con los profesores Arturo Ruiz y Manuel Molinos, que han dedicado muchísimos años a la investigación arqueológica y suyas han sido las principales contribuciones sobre esta riqueza ibérica que nos distingue y que tiene, por lo que respecta a la capital, dos lugares emblemáticos, Puente Tablas, y ahora el nuevo Museo.

Se habló ampliamente sobre lo que supone para la ciudad de Jaén contar un nuevo espacio museístico que va a ser único. A la vista de la espectacularidad del edificio que se ha levantado en pleno centro de la población, que por cierto divide a los jienenses, a unos les gusta y a otros menos, como por otra parte es normal, surgen interrogantes como las de si no hubiera sido mejor construir en esta manzana el teatro y llevar el Museo Íbero a otra zona, sobre las características de la edificación, y la importancia de la obra que va a ser expuesta de manera permanente en lo que va a ser en poco tiempo un nuevo aliado para el desarrollo de la ciudad. Por supuesto hay cosas de las que ya no tiene sentido hablar, como el debate sobre la ubicación, es más, pienso, cada día más convencido, de que este Museo tiene el lugar y el espacio que se merece.

Pues bien, los expertos citados pero además las personas que han conocido ya las dependencias del Museo, han elogiado la calidad y la terminación de la obra, unas instalaciones dotadas de todos los medios y de acuerdo con la importancia del tesoro que albergará, lo mejor de la riqueza arqueológica ibera de la provincia. El Museo se va a convertir en poco tiempo, sin duda ninguna, en un foco de atracción para los jienenses y visitantes. En este caso hay que felicitar a la Consejería de Cultura de la Junta, porque con independencia de los tiempos, ha sido capaz de brindar a Jaén una infraestructura que es justamente la que merecía y demandaba nuestro rico patrimonio. Y por supuesto hay que valorar el trabajo concienzudo de Arturo Ruiz y sus colaboradores, y el de la asociación “Amigos de los Íberos”, que fue providencial para sacar adelante este proyecto que ya es una realidad.

En la reunión citada, uno de los empresarios, que está en el mundo, y sabe mucho de marketing, hablaba de la importancia de dar al nuevo Museo Ibero una adecuada promoción, buscarle un icono que lo simbolice, en fin, no desaprovechar esta magnífica oportunidad para darle la dimensión que se merece el hecho de que Jaén sea un referente en arte ibero y por fin hayamos conseguido un Museo del que pronto nos vamos a sentir orgullosos.

Pues eso, que nos alegramos de que finalmente el Museo no sea el culebrón del verano, de que se haya producido el milagro, y de que los políticos se unan para hacer grande a la ciudad.  

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