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El alcalde de Jaén, Javier Márquez, se ha despachado hoy a gusto contra la Junta, por el mero hecho de que la opinión pública se haya enterado antes que el Ayuntamiento de que la Comisión de Patrimonio de la Consejería de Cultura en Jaén haya echado para atrás el proyecto de la Plaza del Pósito, cuya actuación se considera “lesiva y agresiva” y el alcalde todavía no lo entiende. En esto lleva razón el regidor, porque lo mínimo es que por una llamada telefónica o por un escrito oficial el alcalde sea el primero en enterarse. Llueve sobre mojado y de poco parece que ha servido el conflicto del tranvía para frenar los enfrentamientos porque con este tema de las plazas las aguas vuelven a su cauce del enfrentamiento. No es que le dé la razón al Ayuntamiento, que tiene que dar muchas explicaciones sobre las plazas de la polémica que han generado tanto clamor social, pero cosa diferente es que hay que mantener las normas de mínima cortesía y lealtad institucional y que no se dé a entender que algunos grupos de la oposición que tienen hilo directo con el organismo que ha de decidir, esté en conocimiento de la información de manera privilegiada.

Pues eso, el alcalde se ha desahogado al calificar de “cacicada” la actitud de la Junta, en gran medida por una regla de proporcionalidad con referencia a proyectos de similar naturaleza llevados a cabo en la capital, y acto seguido, seguro que para quitarse de problemas y evitar un debate que podría ser eterno, ha preferido retirar el proyecto de la Plaza del Pósito y dedicar este dinero a otro lugar de los muchos que hay en la ciudad que esperan de una actuación municipal. Y ha hecho bien. Aunque tengamos que reconocer que en este conflicto de las plazas haya llegado el tío Paco con las rebajas.

Dicho esto lo que me parece evidente es que ningún ayuntamiento puede contra la voluntad de un pueblo. Estos días una serie de colectivos ciudadanos se han levantado contra la decisión municipal de actuar en dos plazas emblemáticas del centro, Deán Mazas y Pósito. Se están recogiendo firmas tanto presencialmente como en las redes sociales, puede decirse que se han movilizado la mayor parte si no todas las organizaciones y colectivos que están demostrando su interés por evitar desmanes en la ciudad desde cualquier punto de vista. Todos los grupos que alertan sobre las actuaciones que promueve el Consistorio consideran, resumiendo, que se va a dañar la identidad de estos rincones del viejo Jaén que tienen mucho sabor y que en realidad tampoco necesitan que se les trate, simplemente demandan que el Ayuntamiento dé prioridad a los espacios públicos para disfrute de la gente y no plazas y lugares tomados por las terrazas de los bares que no dejan hueco a veces para el paso de transeúntes.

El Ayuntamiento y su equipo de gobierno han hecho muy mal en no dar cuenta a la ciudadanía y en primer lugar a colectivos que pudieran estar implicados, que los hay, sobre los proyectos que persigue en estas dos plazas que son referentes del centro de la capital. Lo ha colgado en la web municipal y punto. No informa o lo hace a destiempo, pero algunos concejales han utilizado las redes sociales para mostrar su complacencia y para asomar actitudes prepotentes, entendiendo que muchos de los que han criticado las obras a realizar ignoran en realidad los proyectos a llevar a cabo, y no es cierto, por lo menos en bastantes casos que conocemos que no hablan de oídas sino con la información precisa.

Lo que más me ha llamado la atención ha sido el pronunciamiento del edil no adscrito Iván Martínez, que se ha mostrado más papista que el papa en relación con este debate, supongo que para ganar posiciones en la carrera electoral en el PP, claro. No está mal que dé su opinión, pero no es de recibo que tache de ignorantes a todos los jienenses que discrepan de su postura. Mala consejera es la soberbia y el creer que se está en posesión de la verdad absoluta. No es de recibo la actitud a la defensiva de responsables municipales que a la vista del clamor ciudadano, que lo hay, y basta seguir los medios de comunicación y las redes sociales, deberían haber recogido velas y plantearse qué hacer, antes de encarar la huida hacia adelante y utilizar la legitimidad y la autoridad para imponerse. En parte el alcalde ha respondido hoy ante esta encrucijada, ha movido ficha de manera certera a mi juicio. Porque acalla voces y neutraliza los casos, que también los hay, de oportunismo y demagogia.

Porque las plazas del Deán Mazas y Pósito, para una mayoría, están bien como están, y como el dinero es un bien escaso, estos fondos deberían haberse dedicado a otras necesidades más perentorias, como ese casco histórico que se nos cae a pedazos y en el que no se actúa con la diligencia que su situación merece, y a pesar de que siempre se acude a él como tema recurrente parece que para tranquilizar conciencias, nos debería avergonzar a todos, y antes que nada a los políticos municipales, que nos hayamos olvidado de nuestras señas de identidad y el Jaén de siempre siga sometido al olvido y la indiferencia, y esto no es opinión, es la simple constatación de la realidad.

No entiendo el motivo de que en proyectos tan singulares, si es que hay que hacerlos, se tenga tanto miedo a provocar la comunicación y el debate de ideas. Resultado, manifestación el próximo domingo en la Plaza del Deán Mazas y parón en seco de la Junta al proyecto del Pósito, por lo ya comentado. Estamos en un momento en el que ya Jaén no es esa capital con mando en plaza en la que se hacía y deshacía al antojo de sus regidores. Hoy, por fortuna, existe una militancia ciudadana que es capaz, como viene demostrando, de plantear su rebeldía cívica para que nadie gobierne a sus espaldas. Se entiende que la voluntad del Ayuntamiento ha de ser buena, no quiero pensar que se actúe para provocar el conflicto y molestar al vecindario, pero en una democracia y en ella estamos, mal nos irá a todos si se agrede el clamor social y la posición imparable de tantas voces como estamos oyendo.

En fin, no debe molestar una ciudadanía comprometida y responsable que parece haber dicho adiós a la apatía y al conformismo. Por el contrario los jienenses quieren ser protagonistas y no convidados de piedra. Cuidado, la voluntad del pueblo es sagrada y quien no lo entienda así tiene un grave problema.

(Comentario difundido hoy en el espacio La Colmena, de Radio Jaén)

Foto: Una imagen de la popular Plaza del Pósito de Jaén.

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