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Se ha anunciado por la Junta de Andalucía que el próximo lunes, día 7, la reunión del Consejo de Gobierno, que de vez en cuando peregrina por escenarios de la comunidad, últimamente Almería y Cádiz, va a hacer parada en la ciudad de Linares. En un momento de gran interés político, porque se espera que de un momento a otro el presidente convoque elecciones, para lo cual parece que aguarda conocer el resultado de las urnas en Castilla y León, y otros asuntos propios de Andalucía, Juanma Moreno decide volver a Linares con todo su equipo de consejeras y consejeros, también en unas circunstancias especiales para la ciudad y para el Ayuntamiento. El presidente andaluz ha debido entender que es la hora de la política y acude a mostrar su apoyo al gobierno de coalición entre PP y Ciudadanos, regularmente avenidos dicho sea de paso, con alcalde del partido naranja, Raúl Caro, por lo que es bastante probable que esta visita se haya preparado al alimón por presidente y su vicepresidente, Juan Marín, porque la preocupación incumbe a ambos.

El apoyo explícito a Linares y los linarenses es de suponer que quedará reflejado en algún tipo de acuerdos para beneficiar a la ciudad de las minas, aunque hay que reconocer que en los últimos tiempos el gobierno andaluz ha ido adoptando algunas de las medidas demandadas por las autoridades linarenses. Es conocido que la crisis del 2008 y ahora la de la pandemia han castigado seriamente a la población, que aún arrastra el triste balance de Santana y aquel Plan Linares Futuro que quedó en agua de borrajas. Hay mucho que hacer en Linares, pero no es menos cierto que en determinados ámbitos se han abierto oportunidades empresariales y determinadas infraestructuras alentadas por los gobiernos tanto estatal como andaluz, que pueden actuar de bote salvavidas, aunque se necesitará inversión y dotarla de todo cuanto le ha sido negado durante muchos años, porque a pesar de que el PSOE linarense trate de sacar pecho en este momento y de promover una moción de censura, para lo cual busca los correspondientes apoyos, también corresponde a los socialistas hacer autocrítica de su propia gestión y de las administraciones competentes, la primera de ellas la Junta que le dio la espalda, los presidentes que le temían como una vara verde a pasar por Linares, aunque lamentablemente hay mucha amnesia social y parecen olvidados tantos malos ratos pasados por una sociedad que nunca mereció el trato dispensado.

Me alegraré por Linares, porque pienso que tiene derecho a un mejor futuro y a que no se hable de ella solo para situarla en el mapa del desempleo, porque Linares es mucho más.

Pues bien, hace un año, el 21 de enero de 2021, que Juanma Moreno pasó por Linares para inaugurar la sede del Ayuntamiento. Algunos creían que con la situación tan difícil y tensa que se vivía, recuerden el cierre de El Corte Inglés y otras noticias de similar calado, el presidente iba a suspender su visita. Se equivocaron, mantuvo su viaje y aguantó el chaparrón, consciente de lo que le esperaba, porque en la plaza del remozado Ayuntamiento, varios cientos de personas aguardaban su llegada, expresando entre abucheos y consignas como “YoCreoEnLinares”, “Linares no se cierra” o “Linares no se rinde”, el malestar, el hartazgo y la indignación. Los linarenses han estado y están irritados con los políticos, pero con todos, desde el primero hasta el último. El propio Moreno reconoció en su intervención ante los asistentes al acto de inauguración del edificio municipal, que era consciente de que no iba a ser bien recibido, vamos que sabía que no lo iban a esperar con palmas y olivos. Quiero destacar la actitud del gobernante, no fue por ello un héroe, porque en el cargo va la carga y esto es lo que se pide de los responsables públicos, que asuman su responsabilidad, pero hay antecedentes de dirigentes de la Junta a quienes les temblaban las piernas solo de pensar que tendrían que viajar a Linares, por ejemplo, la anterior presidenta, Susana Díaz, y su antecesor, José Antonio Griñán, pues Chaves se salvó porque todo eran parabienes y Linares se lo creyó. En concreto de Griñán se conoce, en el peor momento de sus relaciones con Francisco Reyes, una etapa cumbre en el desencuentro entre Sevilla y Jaén, una visita a la provincia de la que se zafó por un ataque de pánico a enfrentarse con un problema. Chapó por Moreno, y no soy de su club de fans, pero estoy en el lado de quienes entienden que hay unas exigencias mínimas que hacer a los políticos con responsabilidades y de ellos en asumirlas.

Es verdad que en la actual Junta han tardado en fajarse en torno a la realidad de Linares, y está por ver el resultado del llamado Plan de Reacción Inmediata anunciado, esto es así, pero tampoco es justo culpar a Moreno y con él a su gobierno de un par de décadas de políticas erráticas por parte de la Junta de Andalucía, porque es verdad que invirtió mucho dinero para tratar de apagar el fuego prendido en la ciudad tras el cierre de la emblemática Santana, pero los problemas que surgieron no se solucionaban a golpe de talonario, como se hizo, sino con actuaciones imaginativas y con proyectos generadores de empleo.

Juanma Moreno tiene comprometidas una serie de iniciativas para tratar de combatir la adversidad de Linares y es un hecho la puesta a disposición del parque empresarial de Santana, donde ya está anunciada la inversión de seis millones de euros para ponerlo al servicio de las iniciativas empresariales y, muy especialmente, el presidente fue receptivo con el documento suscrito por agentes sociales, económicos y políticos locales, en torno a un pacto por Linares, muy bien trabajado, donde se recogía la lista de urgencias a las que la ciudad no puede renunciar en este momento histórico, buenos propósitos pero el lunes habrá que conocer todas las respuestas y si se avanza o por el contrario se recurre a los aplazamientos y a más de lo mismo.

No me puedo olvidar de que en enero de 2020, Juanma Moreno trajo a la provincia otro Consejo de Gobierno, en aquella ocasión discurrió en el edificio del Hospital de Santiago de Úbeda, y fue entonces cuando se anunció una inversión de 810 millones de euros para la provincia en dos años y medio con el objetivo de “capitalizar” la economía y el desarrollo de la provincia. De los dos años y medio ya han pasado dos y el balance es plenamente insatisfactorio, porque de aquella cantidad que el gobierno andaluz lanzó no se han vuelto a dar más explicaciones, por lo que la legislatura termina sin que ese compromiso se manifieste. Úbeda antes y Linares ahora. La ciudad de Jaén, que tanto sigue esperando por parte de la autonomía, se queda compuesta y sin novio. No vendría mal alguna acción demostrativa para dar satisfacción a esta ciudad siempre en edad de merecer.

A estas alturas no pongo la mano en el fuego por nadie, menos por las promesas de los políticos de cualquier signo, han sido muchas decepciones, una detrás de otra, y así en décadas, y no solo en Linares. Por eso es bueno terminar dirigiendo un mensaje a las diferentes administraciones, porque unas por otras, y es algo que vengo repitiendo casi cada día, aunque con la sensación de estar predicando en desierto, que la provincia toda sigue aguardando resignadamente, y cada vez con mayor impotencia y desafección hacia la política y los políticos, que en algún momento nos vengan a rescatar de este lastre de olvido e indiferencia. Hoy le toca a Linares, ciudad a la que me siento muy ligado y a la que quiero. Pero me duele mucho mi Jaén, y nadie se pone de frente para resolver sus problemas con decisión. Espero que algún día los gobiernos, empezando por el de Pedro Sánchez, que ni está ni se le espera, y les puedo explicar cuáles son las carencias, con pelos y señales, además de la Junta de Andalucía, que tiene muchos de los proyectos pendientes en lista de espera, sean conscientes, y nosotros se lo hagamos ver con la misma contundencia clamando que estamos en el mapa y dispuestos a decir ¡basta ya!

Foto: El día 21 de enero del pasado año Juanma Moreno visitó Linares y soportó el chaparrón de las protestas.

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