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Sin duda uno de los temas de esta semana para que los somos y nos sentimos de Jaén, es el recuerdo de la gran manifestación caravana del pasado año, que hizo historia y que nos reconcilió como sociedad civil de que al fin llegaba la hora de sublevarse ante tanta injusticia, diciendo alto y claro “hasta aquí hemos llegado”. La plataforma ciudadana “Jaén Merece Más”, que tiene detrás a varias decenas de colectivos, algunos muy comprometidos con la causa, no solo organizaba esta multitudinaria cita, a la que por cierto también quisieron restarle notoriedad, pero no pudieron porque no se engaña fácilmente a todo un pueblo, el caso es que había quien pensaba que esta iba a ser una experiencia más como tantas Mesas por Jaén creadas en distintos momentos para amortiguar reveses serios, pero que quedaron en aguas de borrajas por la indolencia tradicional de esta tierra.

Jaén Merece Más vino para quedarse y quién sabe si para convertirse en la auténtica y genuina voz de Jaén en los parlamentos, esto va a depender de la voluntad de los partidos y de la decisión de los jienenses. Bien es cierto que hace un año, como ocurriera también con la gran manifestación olivarera, en algún momento teníamos la impresión de estar reivindicando al aire, al sol mañanero de Jaén, porque aquí tenemos la singularidad de que fácilmente se unen a las marchas hasta los que han sido y son cómplices necesarios de nuestras desdichas. Es muy curiosa esta situación tan sui géneris. Y por cierto, me acabo de acordar, ¿qué se sabe de los sindicatos, que están ausentes de esta lucha pro Jaén? Un día hay que hablar alto y claro de presencias y ausencias.

Hay quienes se incomodan porque al hacer una valoración del fracaso de la política con Jaén en toda la era democrática, de épocas anteriores y de los insomnios históricos mejor no hablar, no se haga una distinción tan precisa de las responsabilidades de los dos gobiernos que ha habido en España, PSOE y PP, porque la Unión de Centro Democrático tuvo un periodo efímero. Creo que cada palo debe aguantar su vela, aunque es verdad que en este momento procesal la base de la protesta y de la indignación general fue el proceder del Gobierno de España al conceder, desde la sinrazón, porque no se pusieron sobre la mesa argumentos sólidos para silenciarnos, la base logística del Ejército de Tierra a la hermana ciudad de Córdoba, después de que el Ayuntamiento de Jaén trabajara el proyecto y recibiera el respaldo del Ministerio de Defensa, con lo que nos dejaron con la miel en los labios.

La respuesta que dieron tanto Pedro Sánchez como Carmen Calvo, fue la callada, hablaron, eso sí, a través del partido, y si no que le pregunten al exministro y exdirigente socialista Ábalos, pero para poner firmes a los que en un primer momento, Reyes y  Millán, se unieron al coro general de indignados y ambos hicieron unas declaraciones explosivas señalando al dedo de la vicepresidenta, y el alcalde escribió una carta contundente, cuya respuesta, si la hubo, no conocemos, aunque sospecho que la altanería es incompatible con la educación y el respeto a una ciudad. Tan es así que los dirigentes socialistas fueron modulando su discurso, estar con Jaén, pero…Y a la hora de repartir responsabilidades curiosamente empezaron por la Junta en vez de hacerlo como todo el mundo por las dos personas que se merecieron la reprobación popular, aunque a la postre el gobierno andaluz se convirtió en cómplice necesario y tampoco estuvo a la altura de las circunstancias y a la altura sobre todo de la dignidad de Jaén.

Lo tuvo más complicado el alcalde, Julio Millán, Jaén entero elogió su gesto honorable, las cosas como son, al escribir esa famosa carta, pero pasó de inmediato a nadar entre dos aguas, tratando de conciliar y hay veces en las que esto no es posible, por eso él sí se la ha jugado ante la atenta mirada de la ciudad, que ahora está mentalizada y muy despierta, a excepción de los forofos de los partidos, que esos normalmente hacen seguidismo, se suman al argumentario.  La posición de Reyes, al que el PP llama “el otro alcalde”, es algo más confortable. Aunque no negamos su complejidad, la Diputación es un fortín, se trata de una institución que, en términos generales, da más que quita y ahí tiene Reyes un buen parapeto.

En el PSOE organización es distinto, que lidera el propio Reyes, hay muchos socialistas, aunque ninguno de los instalados en el aparato, faltaría más, que se expresaron en las redes sociales en contra de la actitud caciquil de la entonces vicepresidenta, en esta historia de Córdoba que en meses ha pasado a convertirse en un asunto en el que ya se percibe una mezcla de intereses, en especial políticos y empresariales. Ese es el pan nuestro de cada día. Lo curioso es contemplar la rápida metamorfosis que lograron los cargos socialistas para tratar de hacer lo blanco negro, dirigiendo sus acciones a sembrar dudas sobre la Junta, ojo que no la defiendo para nada, que cada cual asuma su responsabilidad y aguante su vela, pero tengo que reconocer que en estrategia en el PSOE hay verdaderos catedráticos, aunque en este caso les valga para poco porque la ciudadanía está alertada y ya no todo vale. ¿Cambiará este hito histórico el comportamiento electoral de la provincia?  Esto es lo que clama Jaén, la defensa de sus intereses ante la justicia, y las redes sociales lo aplaudieron y la sociedad civil se ha mostrado dispuesta a embarcarse, ya que la política de siempre no es capaz de hacerlo. Se puede perder, pero ¿y si se gana?

Dicho lo cual si hay que destacar una frase elocuente de los días posteriores a la macromanifestación, es lo dicho en Jaén por la entonces bien mandada delegada del Gobierno en Andalucía, Sandra García. Palabras textuales: “El Gobierno toma nota de la manifestación en Jaén e informará con total transparencia sobre el Colce”. Compromiso incumplido a día de hoy, un año después. Y otra vez se equivocan porque en Jaén no existe ninguna voluntad de confrontar con la capital hermana, con la que existen excelentes relaciones, lo único que debe pretender Jaén es preservar sus intereses, defenderse de una decisión de dudosa legalidad, y políticos como Calvo sí es verdad que con su actitud provoca un grave problema, porque Jaén le importa un bledo, y a los hechos me remito, mientras que en esta operación ha buscado el aplauso de sus paisanos, se dice en mentideros, que con el fin de ganarse crédito por si decide bajar a su tierra a seguir su carrera política, que ya tiene unos cuantos trienios, y lo que te rondaré.   

A propósito de la humillación histórica a Jaén, he encontrado un recorte de prensa, del periódico Ideal en concreto, del año 1987, es una crónica firmada por mí, el 27 de julio de ese año, en la sección La Crónica de la Semana, que mantuve durante mucho tiempo, titulada “El ferrocarril que se nos va y el ministro que no viene”. Se trataba de un clamor periodístico al comprobar que Jaén se quedaba fuera del itinerario decidido para el AVE Madrid-Sevilla. Y ¿saben los únicos que alzaron la voz reclamando el sentimiento de marginación que suponía para la provincia el revés de que el AVE no tocara territorio de Jaén? Fueron los empresarios, la Confederación Empresarial Jienense, solo ellos, nadie desde la política movió un dedo para defender a Jaén de lo que pudo ser y no fue. Pues de aquellos polvos estos lodos. 

También fue un gobierno socialista, con Felipe González a la cabeza, y nos quedamos con las ganas de que viniera a dar la cara, algo parecido a lo que ahora sucede, el por entonces ministro de Transportes, Abel Caballero. Pues de esto han pasado ya la friolera de casi 35 años y ello supuso que la Expo del 92 en Sevilla también nos pasara sin pena ni gloria, ni un roce. Maldita hemeroteca. Claro que entonces la sociedad civil estaba fuera de combate, resignada, porque de haber existido tal vez estaríamos ahora hablando de otras cosas. A cuántos políticos deberíamos haber designado personas non gratas en Jaén en las últimas décadas, cuánto hemos aguantado, qué resignación tan grande la nuestra…

Por eso cuando ahora nuestros políticos repiten como papagayos que “para crecer se necesitan herramientas” como tienen otros territorios, es decir, infraestructuras, por ejemplo Córdoba, nos están dando la razón, porque esas herramientas son las mismas que no reivindicaron con firmeza los que estaban obligados a hacerlo para responder a una provincia entregada a su causa elección tras elección, en el semillero de votos, que es tanto como decir que los responsables públicos abdicaron de sus obligaciones, la primera luchar por el progreso de su ciudad y provincia. Para según qué cosas, ya es demasiado tarde. Y ya a propósito de frustraciones, hay que añadir el anuncio que hace dos años y pico hizo en Úbeda el presidente de la Junta, Juanma Moreno, al anunciar un plan, esta vez sin nombre, pero del que ya no queda absolutamente nada de lo dicho, salvo una cifra mastodóntica, 1.700 millones de euros de inversión en Jaén para toda la legislatura, que nadie ha sido capaz de explicarnos euro a euro, por lo que lamento decir que mi impresión es que se trata de otro brindis al sol.

 

Imagen: Un recorte periodístico donde denunciábamos, hace ahora casi 35 años, que el AVE Madrid-Sevilla dejaba de lado a Jaén y solo hubo una airada protesta, la de la Confederación Empresarial Jienense (CEJ). 

 

 

 

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