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JAEN, 6 DE OCTUBRE DE 2017

El Ayuntamiento de Jaén, hace varias semanas, fue seguramente el único de España que acordó en pleno, a propuesta de la concejal no adscrita, militante de Vox, Salud Anguita, la petición al gobierno para que aplicara sin más dilación el artículo 155 de la Constitución. En su día llamó mucho la atención, pero lo cierto es que la edil, guste o no, se adelantó a lo que hoy demanda parte al menos de la sociedad española, entre otros el partido en el que militó anteriormente la señora Anguita, Ciudadanos. Lo que ha cambiado desde el día que tuvo lugar la sesión plenaria hasta la fecha, es que en aquel momento no había clamor con los sucesos de Cataluña, y ahora a nadie le son indiferentes, sea cual sea la opinión que les puedan merecer.

Hago esta introducción para hacer referencia al bando que hoy mismo ha dictado el alcalde de la capital, Javier Márquez, invitando a los ciudadanos jienenses a que el próximo día 12 de octubre, con motivo de la fiesta nacional, luzcan en los balcones de las calles de la capital las banderas de nuestra nación. Me parece bien la iniciativa, la idea me gusta mucho más que cualquier manifestación callejera en la que se suelen mezclar personas de todas las condiciones y a veces pueden provocarse incidentes, aunque hasta ahora en Jaén, por fortuna, no se ha dado esta circunstancia. Pero la colocación de la enseña nacional es un gesto elocuente que puede parecer que no dice nada y en realidad lo dice todo. Si muchos ciudadanos respondieran a la iniciativa que ha tenido el alcalde, lo que querrá decir es que Jaén está con la legalidad, con la Constitución y con el sistema democrático que nos hemos dado todos los españoles, y que no se esconde para exhibir su bandera, por el contrario se siente muy orgulloso de ella y lo proclama a los cuatro vientos. Ya está bien de complejos.

Y no hay que tener ningún temor. La bandera es de todos, y si hay quienes en algún momento han tratado de apropiarse de ella, y bien lamentable que resulta, es porque otros han hecho dejación, y han utilizado este símbolo nacional de acuerdo a sus conveniencias. Tendríamos que copiar de otros países con mucho peso democrático, en donde casi todo es discutible menos su bandera, su himno, su identidad, su patria. No debemos dejar todo el entusiasmo hacia los colores que nos representan tan solo para cuando juega la Selección Española de Fútbol. El patriotismo no es ninguna idea trasnochada, todo lo contrario, me puedo remontar a Séneca: “Nadie ama a su patria porque ella sea grande, sino porque es suya” (Nemo patriam quia magna est amat). Pero podemos recurrir al propio Vargas Llosa, que es medio español: “El amor al país en que uno nació no puede ser obligatorio, sino, al igual que cualquier otro amor, un movimiento espontáneo del corazón”. Recojo una frase muy elocuente del escritor Arturo Pérez Reverte: “Palabras contaminadas por el franquismo, como España, se dejan en manos de la derecha y a partir de ahí, todo lo que tiene que ver con patria, con bandera, con historia, con tradición en su sentido más noble, nos suena a derecha, y claro, es malo y sospechoso”. Pues me niego a que esto sea así.

A pesar de todo sé que la invitación del alcalde tendrá sus detractores, hay que contar con ello, habrá incluso quienes hagan de este gesto otro enfrentamiento político o pretendan quitarle legitimidad diciendo que con la bandera no comemos o que las banderas representan trincheras. Respeto todas las opiniones que pueda suscitar, faltaría más, pero afirmo rotundamente que no solo no me molesta que haya miles de colgaduras el próximo día 12 en los balcones de todo Jaén, sino que si esto ocurre, lo entenderé como una especie de plebiscito hacia nuestra sensibilidad de españoles convencidos, que en momentos trascendentales saben dar una respuesta en favor de la unidad de España, contra la que algunos políticos mediocres e indignos tratan de atentar.

Me considero un ciudadano normal, tan alejado de la derecha más cerril y de la izquierda radical. Creo en la moderación, en el orden, en el respeto que todos nos debemos. Y me declaro jienense, andaluz y español. Me encantan todas las regiones de España, incluida Cataluña, por supuesto, una tierra donde tengo familia y amigos, y que ha tenido la desgracia de ser gobernada por impresentables con sueños imposibles y que van camino de llevar a esa población a un callejón sin salida.

Me parece acertado el bando del alcalde. Jaén, cuyo peso en la historia no hace falta recordar, tiene toda la legitimidad para celebrar el día 12 próximo, haciendo una afirmación categórica de lo que es, un pueblo que sabe dar valor a los sentimientos que verdaderamente importan, más aún en una encrucijada como la actual, con un peligro secesionista en el que no podemos ser meros espectadores, porque este país nos pertenece, es de todos, y a todos nos corresponde apostar por su defensa.

 

     

 

 

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