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Por ANTONIO GARRIDO / En Jaén acabamos de darnos un chute de orgullo con la Feria de los Pueblos y el Día de la Provincia, con más de 25.000 visitantes, que se dice pronto. Soy un auténtico fan de este acontecimiento anual, de que exaltemos todas nuestras fortalezas, porque las hay y más de lo que pensamos. Historia, patrimonio, motivos para elegir Jaén, empresas que son ejemplares, una riqueza humana que es nuestro principal capital, la gente, sobre todo el talento, los emprendedores. Cuando a veces se comenta de modo simplista que en Jaén no hay nada se comete una terrible injusticia, posiblemente por desconocimiento.

Tenemos casi todo lo que necesitamos para vivir en el paraíso. Dicho esto, también es bueno descender a la realidad, no podemos permitirnos el lujo de tener a todas horas el botafumeiro bien perfumado, porque es un modo de resignación que nos hace mucho mal. Totalmente de acuerdo en que somos una tierra de oportunidades, como pocas, y que en los últimos treinta años ha habido importantes conquistas, no podemos cerrar los ojos a las evidencias, ni siquiera deben hacerlo los más críticos, pero de la misma forma tampoco creo que nos beneficie el excesivo discurso de la complacencia. Oigo mucho últimamente y por distintos interlocutores que Jaén no es un páramo, yo tampoco lo creo, pero si existiera ese riesgo de la única manera que se puede luchar contra él es combatiéndolo.  

En este Día de la Provincia, como cada 19 de marzo, nos sentimos porque somos Andaluces de Jaén, y bien que lo plasmó Miguel Hernández en su poema “Aceituneros” al que hemos hecho himno de la provincia para que lo tengamos muy presente, sobre todo su significado, y seamos capaces de levantarnos cuantas veces sea necesario, para exigir el puesto que merecemos en el concierto español y andaluz.

Por lo que respecta a la crisis municipal ya se ha dado por cerrada, sobre todo una vez que el PSOE jienense ha pasado página, eso sí, agradeciendo a “una parte de Jaén Merece Más” su empeño por el cambio. Los socialistas, en especial Julio Millán y José Latorre, han dado cuenta con detalle del contenido de las distintas citas con los representantes de JM+ y en diferentes escenarios. Y se lamentan de que finalmente el partido provincialista no haya sido capaz de dar el paso y que “han cambiado siete grandes proyectos socialistas por el ‘project manager’, porque parece ser -sigue diciendo el PSOE- que 14 concejales, asesores y técnicos, consejeros y delegados de la Junta de Andalucía, más un ‘coach’ no son suficientes para trabajar por Jaén y cumplir las 101 medidas de su Acuerdo de Gobierno”.

El PSOE local concreta las propuestas que ha puesto sobre la mesa en las reuniones: el saneamiento de la deuda municipal, inversiones en carreteras y ferrocarril, desarrollo de la Estación Intermodal en Jaén, obras de abastecimiento frente a la sequía, refuerzo de las infraestructuras eléctricas, y plan de industrialización en el eje de la N-IV. Algunas, en realidad todas, son prioridades, sobre todo el saneamiento de la deuda por medio de medidas que vengan a paliar la ruina actual, pero no menos importante es el abandono en materia de comunicaciones, con la angustiosa afrenta del ferrocarril que ahora el PSOE ha puesto sobre la mesa, y no digamos la Estación Intermodal, que la última vez que oímos hablar de ella en serio hace ya nada menos que 14 años.

En cuanto a la N-IV y su plan de reindustrialización es volver a décadas atrás, con los mismos argumentos e incumplimientos. Esgrimiendo estos asuntos es como se ve que hemos avanzado muy poco. Nos podemos sentir retratados en el conocido refrán “Dime de lo que presumes y te diré de lo que careces”. Por lo que respecta al Acuerdo por Jaén entre PP y Jaén Merece Más, es de suponer que se trata de su propia hoja de ruta, pero teniendo en cuenta que no es posible programar todo lo que está en lista de espera, un compromiso decidido tiene que pasar necesariamente por las Ciudades Sanitaria y de la Justicia, además de dotar de verdad con todos sus fondos al Museo Íbero. De cumplirse, ya se podría dar por válida esta legislatura, porque los últimos cinco años han sido de muchas promesas y pocas realidades. Está claro que es más fácil predicar que dar trigo.

Me permito un comentario respecto a algunas opiniones manifestadas en mi crónica de ayer sobre la visión que tengo de la crisis del Ayuntamiento, y que entiendo perfectamente que no haya gustado a algunos y no creo necesario dar más explicaciones. No es mi costumbre debatir en redes con políticos, pero no por falta de razones sino porque no sirve de nada, los políticos, sobre todo si tienen responsabilidades institucionales, se defienden a capa y espada, todo eso me parece normal y humano. Ahora bien, sí me gustaría aclarar, y se puede consultar en las hemerotecas, que antes de que existiera Jaén Merece Más y todas las experiencias anteriores en forma de mesas, plataformas, etc., un servidor de ustedes ya llevaba toda una vida comprometido con esta tierra que también es la mía, cantándole las verdades al lucero del alba, me ha dado igual que fueran de izquierdas, de derechas, de centro, de arriba o de abajo. No creo haber pecado de omisión ni tengo problemas de conciencia, y aunque lo expreso desde la humildad y como una opción profesional voluntaria, también les pido a la nueva política un poco de mesura y no se sientan incitados a arrogarse la redención salvadora de todos los males de la provincia. Sí, pero en su cuota parte, aquí cada uno suma lo que puede.

En lo que sí se parece la política tradicional y la nueva es que a ambos les gusta más el halago que la crítica. Lo mío es una opinión, sentida, pero mía, en tanto que la política responde al color del cristal con que se mira. La asignatura pendiente de esta provincia es que todos pongamos el hombro, el día que cada cual asuma su responsabilidad, empezando por administraciones, agentes sociales, colectivos, etc., con una actitud exigente, reivindicativa, entonces empezará el verdadero despegue de Jaén. Ahora sentémonos a la puerta para ver cómo discurren los acontecimientos y si las crisis sirven realmente para algo.  

Foto: La Feria de los Pueblos ha sido, un año más, un chute de orgullo.

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