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¿Estaría usted de acuerdo con la creación de un fichero de datos que a nivel general recogiera su historial relativo específicamente a su nivel de cumplimiento de  sus obligaciones contraídas con las entidades financieras cuando le fue concedida alguna facilidad crediticia?. Este ha sido el tema a tratar en la jornada organizada por el Consejo General de Economistas de España, bajo el título “EL CRÉDITO RESPONSABLE”, celebrado recientemente.

El objetivo de esta iniciativa pretende crear un fichero completo de solvencia de cada cliente bancario, donde puedan ser consultados lo datos positivos y negativos de los solicitantes de préstamos o créditos a las entidades financieras en relación con la evolución y resultado de la financiación obtenida. Esta herramienta, que ya se está utilizando en los países anglosajones, permitiría, además de otros interesantes beneficios, agilizar al máximo la concesión de futuras financiaciones en virtud de la calidad de su historial en operaciones anteriores.

Las ventajas, además de la ya enunciada, contribuiría, según AFI, Analistas Financieros, a incrementar el raudal del crédito en un 20%, reduciría la tasa de morosidad un 10%, serviría de freno para el excesivo endeudamiento individual y/o  una combinación de ambas ya que permitiría conocer de antemano si el solicitante ha satisfecho puntualmente las obligaciones contraídas en los contratos anteriores, lo que le conferiría la vitola de excelente candidato a la utilización de otras financiaciones posteriores, siempre y cuando su situación de solvencia y capacidad de pago no hayan sufrido una variación considerable. En definitiva, sería el primer paso para ser considerado como un “préstamo preconcedido”.

Por otra lado, en realidad esta mecánica no anda muy distanciada de la empleada actualmente por algunas plataformas financieras, que en base a bancos de datos generales elaboran sus listados de personas, en este caso sólo particulares, que son adecuadas para hacerle acreedor de un “préstamo preconcedido”. Sin embargo la diferencia más destacada estriba en que, además de que el fichero completo de solvencia incorpora también los relativos a las pymes, a las que también afectarían estas facilidades, el costo de la operación por intereses sería mucho más bajo, ya que dependería en última instancia de una serie de variables que no son contempladas en el caso de los “preconcedidos”.

No cabe duda que, esta primera iniciativa, deja un amplio espacio para generar  todo tipo de dudas y reticencias. Por un lado, sobrepasa los límites marcados por la Ley de Protección de Datos, aspecto que podría subsanarse si existe una conformidad previa y voluntaria individual. Asimismo habría que asegurar la garantía de que los datos que se suministran son de total fiabilidad y de acceso restringido a determinados agentes, lo que exige que el administrador de la plataforma de datos deba ser una entidad pública o privada de absoluta credibilidad.

Sin embargo, estamos en una época en que la tecnología está revolucionando los medios de pago y el tratamiento y utilización de las facilidades financieras. Así la  acción que proveerá la próxima aplicación de la directiva PSD2 sobre medios de pago, supondrá para las entidades la posibilidad de utilizar plataformas seguras para testar la viabilidad financiera de sus clientes, mediante herramientas de analítica avanzada, inteligencia artificial y “machine learning”,  asegurando sus diagnósticos  de “Credit Scoring”.  Por tanto, es fácil suponer que este fichero de solvencia  personal puede complementar, transformar y agilizar el tratamiento futuro de nuestras solicitudes de financiación. 

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