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?Objetivo, salvar la Cámara

La economía jienense está en deuda con una serie de personas que se han atrevido, en una actitud de heroicidad, a salvar la institución Cámara Oficial de Comercio e Industria. Al frente de ellas figura el empresario hostelero de Sierra Mágina, Manuel Barrionuevo Peña, que ya fue vocal en tiempos del recordado Ángel Martínez Villén, uno de los últimos presidentes carismáticos con que ha contado la entidad. La tarea no ha resultado fácil, todo lo contrario, pero hay quienes creen, los más optimistas, que lo peor ha pasado y que ahora vienen tiempos duros pero con mejores expectativas. El pago de las nóminas del personal es uno de los objetivos, ya que no se ha logrado restablecer la normalidad en este sentido, ese y mantener el emblemático edificio de la calle Hurtado, de tan alto valor para la institución. Un nuevo concepto de empresarios con pulso y con ambición.

Los efectos de la crisis económica por un lado y la nefasta gestión por otro, pusieron a la Cámara en una situación extrema, en un pozo en el que resultaba muy difícil salir. Los antiguos responsables fueron incapaces de encontrar una salida airosa para una entidad con casi 130 años de servicio al tejido empresarial y la dejaron en un enorme precipicio después de años de esplendor en los que la entidad cameral fue capaz de renovar su sede y emprender iniciativas como la del Vivero de Empresas, todo ello en peligro a causa de la quiebra. Las personas que han presidido la Cámara jiennense y la dejaron en otra situación más favorable deben sentir una gran pena por la deriva de un ente por el que algunos lucharon tanto para que otros dilapidaran todo ese capital, que esta es la conclusión de lo ocurrido.

Manuel Barrionuevo con sus colaboradores están multiplicando esfuerzos desde el primer día que llegaron, hace más de un año, para recuperar la imagen dañada y seguir prestando el máximo posible de servicios a comerciales e industriales, como es su razón de ser de toda la vida. Han conseguido un préstamo de Caja Rural para cubrir sus primeras obligaciones y han demandado apoyo de las administraciones para salir cuanto antes del abismo y seguir siendo necesaria en el ámbito económico de Jaén. Son tiempos complicados por el bajón de los ingresos a causa, sobre todo, de la supresión de la cuota cameral aprobada en el gobierno del ínclito Zapatero, pero es una apuesta agradecida y rentable.

Junto a una decisión firme de pasar página y no copiar nada de la anterior dirección, que puso a la Cámara contra las cuerdas, Barrionuevo se ha propuesto una actitud reivindicativa frente a las administraciones, algo que no se hacía con tanto ardor desde que se constituyó la Mesa por Jaén de triste recuerdo, porque terminó como el rosario de la aurora por las diferencias, como siempre, entre los partidos políticos de la tierra. El nuevo presidente ha hablado con Rajoy al que le ha entregado una carta titulada “Presidente, no olvides a Jaén”, en un alarde no se sabe bien si iluso o desafiante, en todo caso de buena fe, exigiendo infraestructuras, por el déficit de las ferroviarias y de carreteras. Antes se había dirigido a la ministra de Fomento, con poco éxito. Y es que una de dos, o Manuel Barrionuevo y sus compañeros de la singular singladura de reflotar la Cámara y hacerla viva y útil, llegan con las alforjas llenas de entusiasmo hasta el final en defensa de Jaén y se plantan con coraje y esa nueva rebeldía que por aquí parece hasta osada, o el dócil poder político les devorará como ha hecho por los siglos de los siglos.

 

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