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Se ha celebrado en la sede de la Institución Ferial, con todas las medidas oportunas a causa de la pandemia, la asamblea general reglamentaria de la Caja Rural de Jaén, Barcelona y Madrid, donde han sido sometidos al conocimiento y aprobación de sus miembros el balance de la entidad correspondiente al ejercicio de 2020, que certifican, como es costumbre, su excelente estado de salud. Se mantienen firmes los ratios de solvencia que le vienen caracterizando gracias a su gestión, lo que le convierte en el instrumento financiero de referencia en la capital y en la provincia de Jaén, con oficinas en todos los pueblos, con independencia de su población, y solo ella es la entidad que no ha aplicado la exclusión financiera en los pequeños territorios, y con apoyo a una cantidad ingente de colectivos de diversa naturaleza, tratándose del único instrumento financiero que opera en nuestra geografía que es capaz de hacer un desembolso de estas características.

Pues bien, la cooperativa de crédito Caja Rural, presidida por José Luis García-Lomas, ha dado buenos resultados en el pasado ejercicio, al igual que en los anteriores, como consecuencia de una gestión económica prudente y desafiando las dificultades en un entorno financiero cada vez más complicado a causa de normas legales que son de obligado cumplimiento. El equipo directivo al frente del cual se encuentra su valioso director general, Enrique Acisclo Medina, es el responsable, un año más, de la solvencia que ofrece la Caja, sus buenas cifras a pesar de todas las dificultades del momento y desde luego su clarísima hoja de ruta de independencia y en la que se declara exclusivamente en favor del desarrollo económico y social de la provincia de Jaén.

La entidad cuenta con 163 oficinas, 140 de ellas en la provincia de Jaén, 16 en Madrid, 5 en Córdoba, 1 en Sevilla y 1 en Barcelona, con casi 500 empleados, en tanto que su número de socios asciende a cerca de 48.000. Las cifras de negocio, casi 3.500 millones de activos totales a finales de 2020, y los 13,7 millones de beneficios después de impuestos en el ejercicio, algo menor que el año 2019, a consecuencia de las previsiones y dotaciones para anticiparse a los futuros escenarios asociados a la crisis actual, representan la fortaleza de Caja Rural y su clara vocación por Jaén, destacando el apoyo a su Fundación, a la Universidad, etc. Cantidades grandes y pequeñas pero que llegan a centenares de objetivos, empezando por todo lo que en el nombre o en el apellido lleve la palabra Jaén. Lo que antes hacían las obras sociales de las distintas entidades financieras y que ahora es algo testimonial, lo reparte prácticamente en solitario la Caja Rural. El presidente, García-Lomas, ha agradecido el esfuerzo del Consejo Rector, del director general y de todo el equipo humano de la entidad, y, por supuesto, los clientes que confían en la institución, que han posibilitado, con su buen hacer, la posición privilegiada que ostentan en Jaén.

Las demás entidades, incluidas las que nos prometieron el pan y la sal, incumpliendo la palabra dada y que quedaba reflejado en documentos que han caído en el olvido, se echaron para atrás en la misma medida que la Caja Rural de Jaén se hacía cada vez más presente, logrando casi el milagro de la multiplicación de los panes y los peces. Es por tanto un motivo de felicitación a la entidad que renueve los resultados satisfactorios porque en este caso es una realidad incuestionable que lo que es bueno para Caja Rural es también bueno para Jaén y tantas atenciones útiles, eficaces y rentables como hace posible.

Foto: José Luis García-Lomas, en el centro, flanqueado por el director general, Enrique Acisclo Medina, y el vicepresidente de la Fundación Caja Rural, Patricio Lupiáñez. 

 

 

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