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El destierro voluntario

Tenía capacidad y carácter para seguir haciendo carrera política, era valiosa y estaba muy claramente por encima de la media la número 2 del PP jiennense, pero tuvo el atrevimiento de discrepar de las decisiones del jefe y la hizo caer en desgracia, primero fue apartada de la secretaría provincial del PP por pérdida de confianza en una reunión del comité ejecutivo provincial, con la unanimidad de 65 miembros asistentes de los 90 que formaban este órgano. Fue el principio del fin de una trayectoria total de doce años en los que se hizo notar Inmaculada Solar Beltrán como una buena imagen del centro derecha en la ciudad y por extensión en la provincia.

Las diferencias con la cabeza contribuyeron a la división del partido aunque las críticas públicas eran escasas y casi siempre ha funcionado una férrea disciplina. Solar mantenía su escañó en el Ayuntamiento con un grupo igualmente partido en dos mitades, donde contaba con Lola Aguilar y Fernando Zaldúa como principales aliados, pero fue ninguneada hasta el punto de enterarse de los plenos por la prensa, en una estrategia para hacerla saltar como así hizo en plena precampaña a las elecciones locales de 2011. La mezquindad de la política dejaba marchar a una de las mejores concejales que el PP ha tenido en el Ayuntamiento de Jaén, con un discurso firme y brillante, sobre todo cuando sus intervenciones eran de tono centrista, y algo menos cuando alguna vez le salía una vena más reaccionaria, por fortuna menos visible. Era un gusto echarla a pelear con otros dos buenos espadas dialécticos como lo fueron Manuel López, por el PSOE, y José Luis Cano, por IU, que por cierto la despidieron con todo cariño para que saliera por la puerta grande.

Esta abogada con experiencia que ejerció como profesora en la Universidad de Jaén se vio frustrada. Su trayectoria pública no ha sido un camino de rosas, el “Caso Bariloche” resultó doloroso para ella por el costo familiar que representaba, dicen quienes la conocen que derramó por ello más de una lágrima. Tras su salida del Ayuntamiento, que fue una decisión meditada, pero seguramente un minuto antes de que prescindieran de ella, como ya la sustituyeron como portavoz, fue reclamada por otras fuerzas políticas, pero desoyó invitaciones y prefirió mantenerse fiel a sus ideas, por encima de la discrepancia profunda con determinadas personas. A la primera oportunidad aceptó un destierro voluntario de Jaén cuando se marchó a Málaga como integrante de un prestigioso bufete de abogados, donde se le ve contenta y realizada profesionalmente.

Feliz en la capital de la Costa del Sol, vinculada a aquella Universidad, con el bagaje de su presencia hasta hace poco en el Consejo de Administración de Unicaja, no ha dejado de pensar ni de soñar con Jaén, con quien está unida, entre otros medios, a través de las redes sociales en donde se manifiesta de manera activa y militante a diario. Ella dijo un día que había vida más allá de la política, pero la política no debería entenderse por los que detentan el poder de manera tan corta. Creo honestamente que Inma Solar, a sus 40 años, no está curada del todo de ese venenillo que lleva dentro, pero tal vez le haya servido para serenar su ánimo el regalo que recibió en su despedida, firmado por Jaenciana, nada menos que una sentencia de Salomón: “Donde hay soberbia, allí habrá ignorancia; mas donde hay humildad, habrá sabiduría”.

 

 

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