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Por Antonio Garrido Gámez, expresidente del Foro Jaén de Opinión y Debate

 

Se celebra en la tarde de mañana, lunes, día 12 de diciembre, en el Foro Jaén de Opinión y Debate, la entrega, en esta ocasión a la Institución Teresiana, del Premio que lleva el nombre del entrañable Hermenegildo Terrados del Cerro, el fundador de esta iniciativa, y es bueno recordarlo, porque es de bien nacidos ser agradecidos.  

En este curso se cumplen veinticinco años que de la mano de Hermenegildo Terrados, liderando a un grupo de jienenses militantes de esta ciudad, fueran o no nacidos aquí, desde luego jienenses de corazón y de acción, emprendieron la aventura de este Foro, un instrumento al servicio de las ideas, del contraste de opiniones, de la reflexión serena, aunque siempre apasionada, sobre las coordenadas del desarrollo jienense en todos los ámbitos.

Y se va a poder celebrar, con sencillez pero con satisfacción y entusiasmo, lo cual ya es algo inaudito en una provincia con fama, a veces merecida, de pasar, de renunciar, de inhibirse, y con una capacidad para el lamento superior al esfuerzo para la supervivencia, el progreso y la lucha permanente por la conquista de nuevos horizontes y dar el salto que de una vez sitúe a Jaén donde en justicia le corresponde.

Hemos dicho más de una vez en el Foro que las sociedades dinámicas no lo pueden esperar todo de los manás, de los paternalismos o del mayor o menor compromiso de las administraciones. Cada cual ha de saber el sitio y la responsabilidad a asumir, y si en Jaén está instalado en la consideración popular que hay una deuda pendiente de los gobiernos, como dijo el propio Rey Juan Carlos, reconociendo que es aún una deuda pendiente de la democracia hacia esta provincia, y en esa expectativa estamos de manera permanente de tal modo que ya va siendo hora de percibir los resultados o de exigir responsabilidades a quien corresponda, no por ello dejamos de reconocer que la sociedad provincial, sus agentes sociales, su Universidad, el mundo de la economía, de la cultura, los intelectuales, los colectivos más dinámicos, tienen la ineludible obligación de liderar el cambio de Jaén desde una militancia cívica comprometida, en la convicción de que en el reparto de las responsabilidades no cabe abdicación.

Pues bien, esto es lo que hace veinticinco años entendió y planteó Hermenegildo Terrados, palentino de nacimiento y jienense de adopción, que nos dio ejemplo, con su carácter de luchador infatigable, desde muchos colectivos, que puso su corazón y su entusiasmo, sus ideas preñadas de nobleza al servicio de esta tierra, con un sentido amplio de la generosidad, muy lejos de los sectarismos tan negativos y de las ideas tan encorsetadas que acaban por constituir un freno a las ansias de progreso y libertad.

Hermenegildo Terrados, con un grupo de colaboradores que sentían lo mismo y precisaban un líder con la suficiente autoridad moral, demostrada en tantas inquietudes, descubrió uno de los déficits de Jaén y desde la tolerancia y el respeto como principios, creó este Foro que al paso del tiempo nos sigue pareciendo un instrumento útil, aunque haya quienes lo quieran ignorar porque no siempre nos gusta que nos recuerden que hay que avanzar en los ritmos, y porque a veces cuesta trabajo enfrentarse con la pluralidad democrática en cuyo marco es posible y deseable casar todos los debates y propuestas que una sociedad próspera, como la que deseamos para nuestro Jaén, necesita y merece.

En el acta fundacional, el 23 de abril de 1991, junto a la firma del propio Hermenegildo Terrados, suscribieron el documento Pedro Ruiz Ortiz, María de los Ángeles Peinado Herreros, José Antonio Miranda Aranda, Vicente Herrera del Real, José Calabrús Lara, María José Muñoz Torres, Francisco Javier Carazo Carazo, Alfonso Luis Sánchez Fernández, José Gutiérrez Caro, María del Carmen Rodríguez Pardo, Lorenzo López Guijosa, José Luis Moreno Codina, José Ramiro Ramón, Antonio Partal Ureña, Francisco Mateos López y Carlos Vázquez Aller. Hermenegildo Terrados asumió la presidencia hasta su muerte a finales de 1996, hace ahora veinte años, y lo recuerdo con emoción porque su último acto público fue mi propia boda, en Úbeda… Le sustituyó brevemente, en funciones, uno de los grandes entusiastas de la idea, el economista José Antonio Miranda,  y posteriormente en una larga etapa tuve el orgullo de suceder a Hermenegildo y de pasar después el testigo a otro gran jienense como es el arquitecto Pablo Carazo Martínez de Anguita, presidente del Foro en la actualidad.

Baste decir que durante estos veinticinco años se ha hablado y discutido sobre muchas y variadas temáticas. Por ejemplo tuvimos la primicia del Plan Estratégico para la provincia, que se anunció aquí y podemos enorgullecernos de que la cultura, desde lo más sencillo hasta lo más sonado, la hemos abordado en este Foro donde nos hemos posicionado del lado de Jaén como Patrimonio de la Humanidad, o a favor de un gran Museo Internacional de Arte Íbero, o de ese gran Festival de Otoño del que ya gozamos…en fin, no hemos querido, porque esa era nuestra razón de ser, que nuestro futuro dependiera sólo de la providencia y de los aciertos o desaciertos políticos.

El Premio Hermenegildo Terrados nació para premiar los hechos sobresalientes que ofrece Jaén al exterior, la proyección de esta tierra que nos alegra especialmente porque es el producto de nuestra ambición. El primer premio se le concedió a Expoliva, en ese momento la joya de la corona, y parece que no hay nada más que añadir porque todo el mundo lo entiende en esta tierra de olivar; si acaso que aún es posible dar a la capital jienense un plus, el de convertirla en la capital mundial del aceite de oliva pero con una apuesta que la ciudad toda tiene que saber ganarse y merecerse. La pregunta es ¿cuándo?, si bien en los últimos días parece que se ha señalado el camino con una más que aceptable feria del aceite, por la que felicitamos a sus promotores.

Pues bien, los sucesivos galardones se concedieron al Premio Jaén de Piano, el Festival de Otoño de Jaén, el Torneo Internacional de Ajedrez de Linares, el Instituto de Estudios Jienenses, la Universidad de Jaén, las ciudades Patrimonio de la Humanidad de Úbeda y Baeza, la Real Sociedad Económica de Amigos del País, el Festival Internacional de Música y Danza Ciudad de Úbeda, la Catedral de Jaén, la ONG Quesada Solidaria y este año la Institución Teresiana.

Estos premios que se han concedido cada año, nos han reconciliado con una cierta capacidad de ambición, con ejemplos de instituciones y personas que trabajan con entusiasmo, con buenos exponentes de autoestima, con un papel institucional que en algunos casos se ha prestado muy generosamente, con unas nuevas expectativas culturales. Todos los premios que se han dado y otros muchos que tendrán que llegar en próximos años, dibujan sin duda el mejor Jaén, el que más nos gusta. Y además nos permite soñar, ¿qué será el día en que nuestra Catedral sea Patrimonio de la Humanidad, que tenemos que conseguir con el esfuerzo colectivo, con el apoyo de las administraciones y con el mimo hacia el monumento y su entorno? Con la suma de ese ansiado y esperamos que emblemático Museo de Arte Ibero,  el Festival de Otoño…y habrá que seguir sumando porque quedan cosas por hacer, por ejemplo remediar la injusticia que esta ciudad ha cometido con su pintor Manuel Ángeles Ortiz.

¿Han pensado alguna vez qué sería si esta ciudad hubiera explotado, dicho en la mejor de las acepciones, lo que supone contar con la reliquia del Santo Rostro? Nos la podemos imaginar en otra ciudad, o quizá en otra región. Incluso pienso en cuestiones de otra naturaleza, ayer me acordaba al hilo de la tradición que Jaén ha tenido siempre por la hípica lo mucho que se podría haber realizado en torno a la utilización de este singular deporte a favor de la promoción de nuestra tierra. Y les aseguro que sólo son unos ejemplos entre muchos que podríamos apuntar. Se trata en gran medida de arrojo y de imaginación, porque Jaén tiene muchas más potencialidades de lo que pueda aparecer a simple vista.

Estos días indagando sobre la Catedral de Jaén, que es un tema que personalmente me cautiva y me ha apasionado siempre, he tropezado con la impresión que causó el majestuoso monumento a Antonio Ponz, el viajero ilustrado que escribió a finales del siglo XVIII un titulado Viage de España, que es una especie de memorándum en el cual le va confiando a Carlos III y Carlos IV el estado de la nación, principalmente en lo referente a arte. Estamos en el Siglo de las Luces y Ponz es una especie de militante de la Diosa Razón; es él como se autodefine de los que aman la luz, y quedó subyugado por Úbeda y Baeza y por nuestra Catedral de Jaén, hasta el punto de haber dejado escrito: “Quién sabe cuántos curiosos que van a Córdoba, Sevilla o Cádiz darían la vuelta que yo he dado por aquí para ver este precioso territorio, acaso el mejor de Andalucía”.

 Nos asiste la convicción de que tiene nuestro Jaén muchas cosas que enseñar y que una manera muy buena para hacerlo es hacerse valer de los instrumentos de nuestra propia cultura. Nos lo dijo hace muchos años un escritor, un ubetense que estaba enamorado de Jaén. Era Juan Pasquau, que ya descubrió que el valor de esta ciudad está por encima de su precio, y que siempre abogó por un Jaén del escaparate y no de la eterna trastienda.

La historia de esta ciudad desde los primeros tiempos nos ha dejado nombres ejemplares a los que no ha reconocido en muchos casos de una manera generosa y justa, aunque ahora se ha empezado el despertar. Entre una larga relación de esos nombres, que constituye otro patrimonio de Jaén, aparece con luz propia Hasday Ibn Shaprut, al que se empieza a conocer hoy como Ben Saprut, una figura del siglo X al que algunos apuntan como el más ilustre jienense de todos los tiempos, una personalidad señera del Califato de Córdoba y por lo que dicen los historiadores un genio de la diplomacia, la medicina y las letras, que por fortuna ya es hijo predilecto de Jaén y medalla de oro, aunque hayan tenido que pasar para ello muchos siglos.

Necesitamos muchos ejemplos para recuperar el orgullo y la pasión ciudadana, que es en cierto modo la razón de existir y de la permanencia en el tiempo de este Foro Jaén. Estoy convencido de que estos premios seguirán siendo un referente porque no hay cosa mejor que honrar a las personas que se lo merecieron y premiar con los signos de la gratitud todo aquello que estimule nuestra identidad.

 

Foto: Hermenegildo Terrados, un enorme jienense de adopción que hizo tantas cosas en la ciudad, entre ellas promover el Foro Jaén de Opinión y Debate.

 

 

 

 

 

 

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