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A falta de su inauguración oficial, el Museo Íbero es una realidad a ojos de los jiennenses que ya podemos ver prácticamente por fuera cómo será uno de los nuevos alicientes de la ciudad.

Con la culminación de su obra, concluye también la metamorfosis de toda una zona de Jaén que realmente ha cambiado muchísimo en apenas una década: la Avenida Virgen de la Cabeza,  parte del Gran Eje y Paseo de la Estación.

Queda para la nostalgia el recuerdo de la antigua Escuela Politécnica, el viejo estadio de La Victoria y la prisión.

No olvido Magisterio, que también ha sabido transformarse en un edificio vanguardista en pleno centro de la ciudad, de la mano de la Universidad de Jaén.

Quizás no nos hayamos dado cuenta, pero toda esa zona se ha transformado en apenas unos años. Desde “El Corte Inglés” hasta desembocar frente al nuevo Museo, se nota el dinamismo de este nuevo Jaén que sin duda ha dado una mayor vida a la ciudad reinventado en apenas la extensión que ocupa la Avenida Virgen de la Cabeza.

Me gusta que ahora Jaén cuente con un nuevo espacio verde, amplio y polivalente en lo que antaño fuera La Victoria, permitiéndome ver cada vez que frecuento la Plaza Diego Torres las aulas de Maristas más allá del muro que marcaba el límite del que fue mi colegio.

Tengo esperanzas en que Magisterio recobre esa vida cultural y activa que yo conocí cuando me matriculé en la UJA y ese edificio dotaba de vida universitaria a la ciudad por el uso de su biblioteca y especialmente la proliferación de actividades en la sala “Pascual Rivas” que por suerte se conserva.

Y aunque soy de la opinión que los terrenos de la vieja prisión era donde Jaén debía tener su gran teatro, veo con optimismo la llegada ¡por fín! del Museo íbero después de haber visto su construcción casi a pellizcos. Y es que sinceramente, resulta cuanto menos sorprendente la parsimonia con el que el Museo ha conseguido ver la luz frente al ritmo vertiginoso con que todo lo demás ha ido apareciendo y Jaén se ha ido transformando.

Faltaría sólo ver circular por allí al tranvía para terminar de tener la verdadera sensación de un Jaén cambiado, nuevo, moderno, vanguardista, deportivo, cultural, universitario y si me lo permiten, más capital de provincia del S.XXI.

 

 

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