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BUENOS DÍAS. Por ANTONIO GARRIDO / “Se puede confiar en las malas personas…no cambian jamás” (William Faulkner). No creo que necesite mayor comentario, todos sabemos que es así, que hay quienes disfrutan haciendo el mal, o son irremediablemente tóxicas, pero no puede tratarse de personas felices y en lo posible hay que separarse de ellas e ignorarlas. Creo que el mundo no se divide entre vencedores y perdedores, sino entre buenas y malas personas. Pues bien, el escritor estadounidense nos dejó una gran herencia literaria, destacó por la profundidad y riqueza de su prosa hasta el punto de ser conocido como el “narrador de narradores”. Obtuvo el Premio Nobel de Literatura y dos Premios Pulitzer. Su obra El ruido y la furia marcaría un antes y un después en su prolífica obra. Destacamos algunas de sus frases más conocidas: “No me interesan las ideas, solo los hombres”, “Debemos ser libres no porque reclamamos la libertad sino porque la practicamos” y “Entre el dolor y la nada, prefiero el dolor”…Una sentencia de Ralph Waldo Emerson: “El carácter es como el acróstico o la estrofa alejandrina: puede leerse desde el principio, desde el final o en cruz: siempre dice lo mismo”. Esta frase del filósofo, escritor y poeta estadounidense, defensor del Nuevo Pensamiento, nos viene a decir que el carácter refleja fielmente lo que somos y nuestra conducta habitual. Da igual desde el punto de vista con que se mire, al final, como en el orden de los factores, no se altera la fotografía del modo de ser que haya perfilado nuestra personalidad. Cada persona tiene el suyo, con rasgos singulares, es como una marca, un sello. “Tu carácter es lo que realmente eres”, escribió Dale Carnegie, escritor de libros de autoayuda, y, si es malo, se puede moldear, no es algo con lo que se nace, como las huellas digitales. Y, no cabe duda, que un buen carácter sirve para alegrarle la vida a los que nos rodean, incluso a nosotros mismos…Hoy también se cumplen 45 años de las primeras elecciones de la democracia, celebradas el 15 de junio de 1977. Algo ha llovido desde entonces y últimamente hay una coincidencia bastante generalizada de que la política ha cambiado y precisamente para peor, me refiero a la capacidad de liderazgo, a la altura de miras y a la consideración de políticos como estadistas. Lo estamos viendo reflejado incluso en sesiones de las Cámaras donde se sientan los legítimos representantes del pueblo español y donde con frecuencia nos ofrecen espectáculos indignos de una democracia seria y vigorosa. Hay una cita a propósito del escritor francés Alejandro Dumas, que me parece acertada: “En política, querido mío, y vos lo sabéis tan bien como yo, no hay hombres, sino ideas; no sentimientos, sino intereses; en política no se mata a un hombre, sino se allana un obstáculo”…También se merece un recuerdo especial el escritor español de éxito, barcelonés por más señas, Carlos Ruiz Zafón,  que nos dejó hace dos años, autor de la magnífica novela La sombra del viento” y también de El prisionero del cielo y El laberinto de los espíritus, entre otras obras. Les dejo algunos de sus textos: “Hay épocas y lugares en los que no ser nadie es más honorable que ser alguien”; “La gente con alma pequeña siempre trata de empequeñecer a los demás” y “El destino no hace visita a domicilio, hay que ir a por él”… Un recuerdo para el escritor y filósofo Eugenio d’Ors, que destacó como ensayista y creador de un particular género de ensayo: la glosa. Suyas son estas dos expresiones: “Todo lo que no es tradición es plagio” y “Nunca es tiempo perdido el que se emplea en escuchar con humildad cosas que no se entienden”…También les dejo este bonito mensaje contenido en El Principito: “Es una locura odiar a todas las rosas porque una te pinchó. Renunciar a todos los sueños, porque uno de ellos no se realizó”…Una cita final, de la que es autor el diplomático y escritor griego Rodis Roufos: “Hazme el favor de no estar triste. Todo pasa”.

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