Skip to main content

BUENOS DÍAS, por ANTONIO GARRIDO / “No sé si soy una persona triste con vocación de alegre, o viceversa, o al revés. Lo que sí sé es que siempre hay algo de tristeza en mis momentos más felices, al igual que siempre hay un poco de alegría en mis peores días” (Mario Benedetti). Siempre me gusta volver a Benedetti, esta vez porque habla de la tristeza que es una emoción necesaria y muchas veces compañera. No es algo tal como yo lo entiendo al servicio de la queja, ni vive del victimismo, es tan solo, y ya es bastante, un estado temporal del alma. Nos podemos sentir tristes, simplemente eso. Decía el poeta italiano Dante Alighieri: “Quien sabe de dolor, todo lo sabe”. Tampoco todos lloramos de la misma manera, es bastante conocida la expresión de que hay sonrisas que esconden miles de lágrimas y también llantos exagerados que olvidan que el mayor dolor es siempre silencioso. ¿Qué pretendo? Ahogar las tristezas, abrir una ventana al optimismo. Y lo hago con esta cita de Shakespeare: “Es mejor encender una vela que maldecir la oscuridad”…Una expresión de Miguel Delibes: “La máquina ha venido a calentar el estómago del hombre, pero ha enfriado el corazón”. La cita corresponde al novelista, miembro de la Real Academia Española y uno de los escritores más premiados de nuestro país durante su larga trayectoria. Le recordamos con estas otras frases: “Para el que no tiene nada, la política es una tentación comprensible, porque es una manera de vivir con bastante facilidad” y “No existe la felicidad. A lo largo de la vida hay briznas de dicha que se deshacen como pompas de jabón”…Tal día como hoy de 1893, nacía en Barcelona el gran pintor Joan Miró, uno de los máximos representantes del surrealismo. Contenido en las formas y en las manifestaciones públicas, es a través del hecho plástico donde Miró muestra su rebeldía y una gran sensibilidad por los acontecimientos políticos y sociales que lo rodean, y le llevan a crear un lenguaje único y personalísimo que lo sitúa como uno de los artistas más influyentes del siglo XX. Dos frases para entenderlo mejor: “Sin concordia no puede existir ni un estado bien gobernado ni una casa bien administrada” y “Trata de aplicar colores como palabras que forman poemas, como notas que forman música»…El 20 de abril de 1492 está registrado el nacimiento de Pietro Aretino, poeta, escritor y dramaturgo italiano, conocido principalmente por sus escritos licenciosos, aunque también firmó obras moralizantes que le congraciaron con el ambiente cardenalicio que frecuentó. Conocido como el azote de los príncipes, fue temido por los que querían evitar que les ridiculizase y halagado por los que deseaban ganarse sus favores. Dos testimonios: “La ambición es el estiércol de la gloria” y “Yo solo quisiera para mí tanto cuando me bastase para que nadie me aborreciese, pero no tampoco que moviese a otros a tenerme compasión”…Otro personaje nacido un 20 de abril, esta vez de 1808, es Carlos Luis Napoleón Bonaparte, único presidente de la Segunda República Francesa en 1848 y luego emperador de los franceses entre 1852 y 1870, bajo el nombre de Napoleón III, siendo el último monarca que reinó sobre este país. En las biografías de este mandatario, sobrino del Gran Corso, se alude a su modelo de política personalista y autoritaria. Dos mensajes de Napoleón III: “En política hay que sanar los males, jamás vengarlos” y “Si marchas a la cabeza de las ideas de tu siglo, estas ideas te seguirán y te sostendrán. Si marchas detrás de ellas, te arrastrarán consigo. Si marchas contra ellas, te derrocarán”…Finalmente en este mismo día falleció el novelista y escritor irlandés Bram Stoker (1912), mundialmente conocido por su novela Drácula, obra clásica de las más influyentes dentro de la literatura de terror. Con ella construyó a través de diarios y cartas el retrato de uno de los personajes más famosos del ideario decadencista de la época, el vampiro de Transilvania. Esta expresión es de Stoker: “He aprendido a no desdeñar lo que creen los demás, por raro que parezca. Procuro mantener un criterio abierto, y no son las cosas ordinarias de la vida las que podrían cerrármelo, sino las cosas extrañas, las cosas extraordinarias, las que le hacen dudar a uno si estará loco o en su sano juicio”…Un recuerdo al poeta español Manuel Molina, del que recogemos estos dos preciosos textos: “Quedan cosas en el mundo que el dinero no puede comprar, por ejemplo una caricia, que acaricie de verdad” y “Mira si yo a ti te quiero, que juro no verte más, y rezo por verte luego”…Otro poeta, el leonés Leopoldo Panero, brilló por su talento, experimentando con el verso libre, el dadaísmo y el surrealismo. Un homenaje a su memoria con este fragmento: “…Movido levemente por el aire,/es como tu sonrisa que se acaba/dejando su hermosura entre los árboles».

Dejar un comentario