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ANDALUCÍA DESDE JAÉN.-Durante los últimos días hemos asistido a distintos actos para conmemorar el Día de Andalucía, y de manera especial donde resulta especialmente visible, y nos agrada que esto sea así, es en los centros escolares, donde los más pequeños aprenden a entonar nuestro himno y a reconocer las señas de nuestra cultura. Todavía seguimos echando de menos algunas actividades para hacer participar en ellas a la gente de a pie, que sería la mejor forma de implicarse, algo así como lo que el Ayuntamiento de Jaén hizo en su día en el paraje de Jabalcuz y que mereció nuestro aplauso, o como hacen otras localidades de la geografía provincial, para hacer protagonistas a los vecinos, como tiene que ser.

También ha tenido lugar hoy, viernes, al acto promovido por la Junta para la entrega de las banderas a otras tantas trayectorias jienenses y aprovecho para felicitarlos a todos, merecedores de la distinción. Se trata de la Unidad de Oncología del Hospital de Jaén, el Centro Asociado de la UNED, la Caja Rural, los municipios jienenses de las Nuevas Poblaciones, la Federación de Asociaciones de Mujeres “Creciendo Unidas” de Alcalá la Real, la almazara oleícola San Francisco de Begíjar, la Asociación de Personas con Discapacidad “Abriendo Camino” de Mengíbar, el triatleta Juan Manuel Gutiérrez, el molino-museo Santa Ana de Valdepeñas de Jaén y el Festival Blues Cazorla. Ya el día 28 asistiremos, aunque por la televisión, a los actos institucionales de la Junta en que se distinguirá como medalla andaluza a dos jienenses, el científico galduriense Francisco Herrera y el periodista marteño Antonio Caño.

Por lo demás de cara este día de Andalucía cada año los jienenses tenemos una sensación extraña de nuestra doble identidad de jienenses y andaluces, porque entendemos que queremos a nuestra tierra como los que más, pero la autonomía, que en sí es un buen instrumento para el autogobierno, como puede desilusionar es creando agravios comparativos, desigualdades y desequilibrios, ocurra o no de manera consciente.  Y esta capital y su provincia que se sumaron con entusiasmo al fervor por el 28-F siguen esperando una respuesta de su gobierno andaluz a una deuda que desde antiguo la autonomía tiene que pagarnos para que percibamos que en la práctica esta forma de hacer política nos llega y no sintamos la frustración de haber cambiado Madrid por Sevilla, como tantas veces nos ocurre.

No vamos a hacer una relación pormenorizada de nuestros reproches, pero cualquiera sabe que la lista de agravios es considerable y que Jaén espera mucho más de su autonomía que lo que ha alcanzado en este momento. Esta no es una afirmación vana, está basada en hechos objetivos. Nunca hemos querido que Jaén sea más que nadie, pero tampoco soportamos que sea menos y que se vaya quedando atrás en tantos aspectos. Y lo peor es que no nos ponemos de acuerdo ni en la percepción ni en el lenguaje. La sociedad reclama lo que es justo y los políticos que sirven a la institución autonómica creen que se han hecho todos los esfuerzos que Jaén reclama. Es evidente que una parte tiene desenfocada por completo la realidad y debería hacérselo mirar.

Más no es momento para profundizar en los desencuentros, por desgracia no faltarán oportunidades. Por eso prefiero señalar que estamos muy orgullosos de ser andaluces, nos vemos identificados en ese himno que es de todos, y donde con tanta contundencia se habla de Andalucía, España y la Humanidad, sólo que nos gustaría poder ilusionarnos aún más y tener fe en nuestro papel en esa Andalucía de todos. Ese es el escenario que añoramos hoy ante el  28-F en el que quisiéramos tener muchos argumentos para responder a la letra de aquella canción que decía «hay quien dice de Jaén que no es mi tierra andaluza». Somos y nos sentimos andaluces y necesitamos demostrarlo, pero al tiempo que nos lo demuestren las instituciones que están obligadas a dar ejemplo de solidaridad y de equilibrio en todo el territorio. Esperemos que los políticos hayan tomado nota de que ha llegado a todos los efectos la hora de Jaén en nuestra autonomía, no es posible abundar en tanta acumulada indiferencia. Pero vayan por delante los sentimientos, sin los cuales seríamos un pueblo sin alma: “Viva Andalucía”.

Foto: De familia tras la entrega en Jaén de las Banderas de Andalucía. (Europa Press). 

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