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El proyecto de peatonalización del centro de la ciudad está generando debate. Bienvenido sea. Lo que pasa es que, sobre todo por lo que se percibe especialmente en las redes sociales, puede llegar tardío, cuando ya se están adoptando las primeras medidas y el concejal de Seguridad Ciudadana, Tráfico y Transportes, Juan  Carlos Ruiz, ha dejado claro que durante semanas ha tenido numerosas reuniones para informar y consensuar sobre el plan de actuación que se pretende seguir. A pesar de todo falta información, que los ciudadanos sepan exactamente lo que se va a hacer y en qué les va a afectar en su vida diaria.

Como digo se están vertiendo cantidad de opiniones y esto es bueno porque indica que, aunque a veces sea tarde, existe debate y se pueden clarificar las ideas. Lo que sin duda no es posible es una hacer una peatonalización a la carta,  cada jienense la suya, hay que apostar por la que se entienda es mejor para el interés general de la ciudad.

Ya saludamos con satisfacción que el equipo de gobierno municipal del PP se hubiera dado cuenta, al fin, de que la peatonalización del centro era una asignatura pendiente. De hecho me ha gustado que el propio concejal, Juan Carlos Ruiz, haya recordado que hace tiempo se acometió, con éxito, en ciudades como Granada, o las más cercanas a nosotros, Úbeda y Baeza, en parte impuesto por tratarse de Ciudades Patrimonio de la Humanidad. Por tanto está bien que aunque con tanto retraso el gobierno local haya decidido implicarse en esa aventura y los mismos que estuvieron en contra hace un tiempo ahora aparezcan como impulsores. Fernández de Moya fue el enemigo número uno de esta iniciativa en favor de la modernidad y lo que pudo haberse hecho hace diez años se ha hecho esperar, pero tiene que ser algo completamente irreversible. Una ciudad moderna, con un casco histórico digno de ser disfrutado por los jienenses y conocido y admirado por los visitantes, necesita irremediablemente un modelo donde se dé prioridad al peatón, a la persona, para gozar de las calles más emblemáticas, con lo que también el comercio saldrá ganando.

Precisamente porque la prioridad han de ser las personas, lo primero que corresponde asegurar a las autoridades municipales es que ningún barrio va a quedar aislado, hundido, o va a padecer las consecuencias de estas nuevas normas. Tampoco este puede ser el pretexto que se ponga sobre la mesa para abandonar el proyecto, que insistimos es el momento de ejecutar con valentía y decisión, sopesando los pros y los contras, porque se trata de hacer una ciudad más habitable, mejor para todos, donde nadie se sienta discriminado o perjudicado. Esto puede acarrear dificultades, pero para eso están los políticos y los técnicos, para hacer conciliables todos los derechos, y que al final nos quede una peatonalización ordenada en la que ganará muchos enteros la imagen de esta capital de provincia que por unas cosas o por otras siempre ha estado tan abandonada, aunque a los responsables no les guste que se diga así tan claramente.

Por supuesto que entre los asuntos que se están aportando para el debate, hay bastantes aspectos que nos parece muy razonable que se tengan en cuenta, solamente se trata de utilizar el sentido común, no hace falta leer las posiciones de los grandes urbanistas, hay que aplicar criterios de calidad ciudadana. En estos días muchos jienenses se están quejando de una cierta persecución con las motos, cuando hay que favorecer este medio de transporte, lo que hay que evitar es que el coche se haga dueño del centro, porque en muchas ocasiones lo hemos convertido en un apéndice innecesario en una población donde no hay distancias. Es verdad que para una adecuada peatonalización tiene que funcionar como un reloj el transporte público, en especial los autobuses urbanos, que como bien sabemos es un servicio que admite mucho margen de mejora. Y por supuesto no podemos echar a los vehículos y permitir, como en algunos casos daña la vista, la existencia de terrazas de establecimientos de hostelería en donde cualquiera se da cuenta de que los espacios se han sobredimensionado y cada vez hay más y cada vez dejan menos sitio para pasear tranquilamente por las calles más concurridas.

No sé si la generosidad municipal esconde un tema de ingresos económicos, tan necesarios por la situación de ruina, pero al menos en mi opinión este asunto se ha ido de las manos y lo peor es que cada día nos sorprende una nueva zona para veladores. Por cierto es muy agradable sentarse un rato en cualquiera de los que hay en la capital y que han proliferado como hongos, pero cada uno que asuma su responsabilidad, el Ayuntamiento ordenando y los ciudadanos decidiendo dónde tomarse una cerveza si les apetece.

En fin, un sí rotundo a la peatonalización, es un verdadero placer, insisto, pasear por Granada, pero también por Úbeda y por Baeza. En el caso de nuestro Jaén sería una condición indispensable para apoyar la candidatura de la Catedral a Patrimonio de la Humanidad. A los que nos gusta Jaén y vemos en cada rincón un motivo para la admiración de la ciudad, pensamos que no podemos condenarla a la mediocridad, tenemos que ser ambiciosos y pensar en futuro, ahora mismo no nos gusta conforme está y tenemos la oportunidad, ahora que la política municipal se ha puesto las pilas y el alcalde, que conoce mundo, es un convencido de ello, para darle un cambiazo en positivo. Se trata de aspirar a una ciudad más amable, más cómoda. Y, aunque a algunos parezca que le molesta, una capital para enseñarla, para que nos dé imagen y proyección.

 

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