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Por ANTONIO GARRIDO / Siempre he defendido que en la provincia hay tres instituciones que, al menos a día de hoy, son intocables, por los efectos beneficiosos que ejercen sobre el territorio, y se trata de la Universidad de Jaén, la Diputación Provincial y la Caja Rural. La UJA es el motor para el progreso y el desarrollo de la provincia y no debemos permitir que se le niegue la financiación que necesita para posibilitar su crecimientos, porque la Universidad representa futuro y con él no se puede jugar; la Diputación es la administración más comprometida y cercana, actuando como ayuntamiento de ayuntamientos, pero en todos los grandes retos de la provincia, también en los pequeños, cuando los demás no están ahí se encuentra siempre a la institución provincial y no creo tener que enumerar sus competencias específicas y de qué forma las ha ido ampliando para cumplir con esta geografía gracias a sus cuentas saneadas y a pesar de que sus recursos también son limitados, pero los sabe administrar y debería cundir el ejemplo. Por lo que respecta a la Caja Rural se ha merecido una posición de privilegio porque es la entidad financiera de referencia en el territorio, la que abre las puertas a todo el mundo, la que creó una Fundación para demostrar en diversos ámbitos, sociales, culturales, deportivos, etc., que el dinero de Jaén revierte en su gente.

Hoy he escuchado con atención la conferencia que ha pronunciado en los Desayunos del diario digital Jaén Hoy, del Grupo Joly, el presidente de la Diputación, Francisco Reyes, que ha sido presentado por el director del medio, el periodista José Manuel Serrano, encargado también de formularle las preguntas que han trasladado los asistentes. A un paso de finalizar un año que ha sido complicado, con procesos electorales, con muchas novedades en torno a la provincia, y en una situación política general tan convulsa, he visto a Reyes cargado de energía, como si hubiera empezado hoy su carrera política y como si no tuviera la intención de retirarse nunca. Bien es verdad que fundamentalmente jugaba en casa, en el sentido de que había muchos socialistas, sobre todo de cargos representativos, pero no es menos cierto que asistía una notable representación de la sociedad civil, representantes de diferentes colegios profesionales, empresarios, sindicatos, etc. Cuando al término del acto he comentado al propio Reyes que está que se sale, por todo lo que ha dicho, pero más aún por cómo lo ha dicho, su respuesta ha sido que el secreto está en creer firmemente en lo que se hace. Ha sido un discurso coherente, en su línea, aunque como todos los políticos, Reyes no es una excepción, hay momentos en los que o se ha excedido en calificar más severamente al adversario, especialmente la Junta, o lo ha hecho justificando actuaciones propias, quiero decir del gobierno socialista, que a mi modo de ver no tienen demasiada consistencia. Creo que ni el Gobierno socialista es tan bueno ni el de Juanma Moreno en Andalucía es tan malo. Pero es evidente que los dos tienen deudas que pagar a Jaén.

Lo primero de todo ha sido una declaración de intenciones, a modo de confesión general. El presidente de la Diputación Provincial y secretario general del PSOE ha dibujado el panorama de tiempos frenéticos, complejos y globalizaciones, y Jaén no es una isla, pero esta tierra, como no se harta de reiterar “es una tierra de oportunidades” sobre la que ahora se abre un abanico amplio porque tenemos muchos recursos y capacidades que merecen “hacer políticas con mayúsculas”. Reyes se ha abierto al auditorio para reconocer que últimamente, a la vista de las circunstancias que se dan y por las que se siente concernido, se ha preguntado si vale la pena el esfuerzo que se realiza y soportar las adversidades de la política, son momentos de debilidad, aunque ha dicho que le duran poco porque le vienen a la memoria Jaén y su gente, y esto le hace reaccionar. Ha recordado especialmente a alcaldes y concejales, pero de todos los partidos políticos, que en bastantes casos forman parte del voluntariado de la política y dan un gran ejemplo de servicio a sus pueblos. En su opinión se está haciendo un mal uso de la política, y los perjudicados son los ciudadanos, cuando el objetivo último tiene que ser “servir al pueblo con utilidad y máxima eficacia”. Ha rechazado el discurso del odio “que no conduce a nada”.

Después ha pasado a temas más concretos de la gestión, y su primera declaración ha sido remitirse a hace cinco meses, al tomar posesión de nuevo como presidente de la Diputación: “Hicimos una hoja de ruta y no tenemos excusa para no cumplirla”, aunque hay que adaptarse a las circunstancias cambiantes de cada momento, y fundamentalmente “la Diputación vela y velará por el desarrollo de la provincia”, para lo cual ha anunciado que va a ser más reivindicativo que nunca con el Gobierno de España, con la Junta de Andalucía, y, si es necesario, con la propia Unión Europea. Ha apostado por una política de luces largas, de ahí que exista un consenso para iniciar los trabajos de cara a la puesta en marcha del III Plan Estratégico. Después ha ido apuntando más cuestiones pendientes, por ejemplo dar respuesta al cambio climático, que en la provincia afecta severamente porque, entre otras cosas, llevamos ya tres cosechas de aceituna afectadas por la sequía. Ha criticado a la Junta por la que considera nula implicación en materia de empleo, a pesar de ser la administración competente, en tanto que la Diputación dedica 20 millones de su presupuesto, que no es ilimitado. Se ha referido a la mejora de los abastecimientos de aguas y a la necesidad de preservar servicios fundamentales como sanidad, educación y servicios sociales, pero no solo en las grandes ciudades, más todavía en los pequeños pueblos que pueden estar más desasistidos. Ha lamentado que en este momento la Junta reconozca en la provincia 113.000 pacientes en lista de espera para consulta de especialistas o intervención quirúrgica.

Sin embargo la más dura crítica la ha guardado para las infraestructuras. Reyes ha dicho que “en Jaén estamos malísimamente comunicados por ferrocarril”, señalando que esta es la gran asignatura pendiente, para agregar que “no es de recibo que tardemos cuatro horas en viajar de Jaén a Madrid”. Y el comentario, esto ya se lo hemos oído en los últimos años varias veces, desde el famoso informe del CES de 2017, sin embargo ahora anuncia una próxima visita del presidente de Adif en la que espera se pongan soluciones encima de la mesa. Ha aludido a los avances de la A92, una autovía, y es verdad, pero, y esto no lo ha dicho Reyes, lleva décadas esperando y con todos los gobiernos de todos los colores, y ha añadido su crítica a que la Junta haya desistido de programar la autovía de Torredonjimeno a Córdoba por El Carpio o de Jaén a Andújar por Fuerte del Rey, cuando, según él, hay actuaciones que tienen que realizarse “gobierne quien gobierne”. Mención aparte ha merecido el Cetedex, en el que se ha implicado la Diputación, y para Francisco Reyes lleva velocidad de crucero, más que el Colce, aunque ha aprovechado para lamentar lo ocurrido en su día, de todas maneras ha puesto sobre la mesa la aportación de la Junta a la Base Logística de Córdoba, según él 100 millones, y al Cetedex no se le ha ofrecido nada, pero añade: “Si no da dinero, que no dé, pero que no den problemas y que ayude a la Universidad de Jaén a aprovechar esta oportunidad”.  “Ya nadie duda del Cetedex”, ha dicho, para invitar a “ser conscientes de lo que puede suponer para Jaén en materia de drones, vehículos inteligentes e Inteligencia Artificial ligada a la defensa y al papel fundamental que va a jugar nuestra provincia como proyecto generador de empleo y de valor, un centro de referencia y excelencia a nivel OTAN”. Ha saludado, asimismo, el peso del sector industrial de la provincia, como evidencia de que Jaén no es solo olivos como se puede entender por los tópicos. Se ha referido igualmente a Centro Atlas de Villacarrillo y a la implantación de taxis aéreos, una actividad de futuro, entre otras múltiples actividades empresariales, muchas desconocidas.

Tras aludir a la conquista por Jaén de fondos de la Next Generation, hasta el momento 173,5 millones, aunque las pretensiones eran muchísimo más optimistas, ha valorado que en materia turística Jaén dejó de ser territorio de paso para convertirse en territorio de destino y se lamenta de los nuevos criterios para la presencia en Fitur, comparte la alegría de las estrellas Michelín, sobre todo cuatro en la capital en un radio de 150 metros, no hay nada parecido, y en relación con el tranvía y sus retrasos, ha retado a que se lo den a la Diputación “y verán cómo antes del verano está funcionando por las calles de Jaén”. Para finalizar ha puesto el foco en el aceite de Jaén, agradeciendo el esfuerzo de productores para la mejora de la calidad, y se ha preguntado por la despoblación y este es un asunto que no recibe con agrado porque de momento ha dicho tajante que “un problema es que estamos instalados en el lamento” y que cada vez hay más gente que se queda, le gusta menos decir que hay gente que se va, y no siempre por voluntad propia. Eso sí, y es fácil estar de acuerdo, acto seguido ha declarado que “queremos que venga la gente, y como en el tren es más complicado, tenemos las autovías”. Tras destacar el éxito de Degusta Jaén se ha referido a un tema muy importante porque se le ha preguntado por las relaciones con el actual Ayuntamiento y si la Diputación colabora con el Festival de Otoño. En este sentido su respuesta ha sido que con Julio Millán existió una colaboración de lealtad, porque es imprescindible la lealtad institucional, para seguir comentando que con posterioridad la Diputación está apoyando obras y el Ayuntamiento ni le llama cuando van a visitarlas. “La Diputación trata a todos de la misma manera, menos a los que dedican el Ayuntamiento para hacer carrera política y confrontar”. Ha dado a entender que el alcalde de Jaén no se ha reunido con él para pedirle colaboración expresa en las iniciativas que pudieran corresponder. Al final le han preguntado por el tema de la amnistía y la situación política. Aparte de defender que “la amnistía es lo más importante que le ha pasado a este país en los últimos años”, ha criticado a “una derecha que no saber hacer política sin ETA o el tema catalán. Con independencia de las coincidencias y las discrepancias, porque el discurso de los políticos da para mucho, repito lo del principio, parece que tenemos a Reyes para más fuerte que nunca, es el principal mensaje que he creído entender de su intervención y del tono utilizado. Tenemos líder y virrey para rato.   

En clave municipal hoy ha sido otro día importante para la ruina financiera del Ayuntamiento, porque el equipo de gobierno se ha visto obligado, como ya lo hizo el anterior, acuciado por los compromisos económicos, de llevar a pleno extraordinario la refinanciación de la deuda, que antes estaba en 490 millones de euros y que ahora se aumenta en 24 hasta un total de 514 millones. Con unas condiciones, porque de lo contrario sería inviable, lo que obliga a tomar medidas con las que en principio no se contaba y eran negadas sistemáticamente en campaña electoral, lo que quiere decir que hay que contener el gasto y subir impuestos, en concreto se trata del Impuesto de Actividades Económicas (IAE) y el de construcciones, instalaciones y obras (ICIO). Han votado a favor los dos partidos del equipo de gobierno, Partido Popular y Jaén Merece Más, y se ha sumado el PSOE, aduciendo lealtad a pesar de no haber sido consensuado con su grupo la medida adoptada. Han aplicado la sencilla fórmula de la coherencia. La deuda se sigue engordando, pero por lo que parece el horizonte para la amortización no varía, estaremos pagando hasta el año 2050, es decir, hasta dentro de 27 años, salvo error u omisión. Arreglar este desaguisado económico es harto complicado. El alcalde, Agustín González, y su equipo, han hecho lo que buenamente han podido por el momento, reunir toda la deuda y refinanciarla. Y que sea lo que Dios quiera.

Y por último, hoy la Diputación Provincial de Jaén ha vuelto a elegir, esta vez en Úbeda y por el procedimiento más transparente, un jurado muy profesional y de probada competencia, los ocho aceites que serán protagonistas el próximo año 2024 de “Jaén Selección”, que representan cada anualidad lo mejor del oro líquido representativo de nuestra provincia para todos los actos promocionales, y no son pocos, a desarrollar en ferias y eventos tanto en el territorio nacional como en el extranjero. Esta elección de los “ocho magníficos”, o como le gusta llamar al presidente de la Diputación, Francisco Reyes, “los Óscar del aceite de este país”, se está convirtiendo cada año en todo un acontecimiento por las expectativas que despierta, porque no puede olvidarse que los aceites que gozan de este privilegio tienen durante los doce meses una muy considerable promoción y a quien primero beneficia es a la marca. Es obvio que son todos los que están, pero no están todos los que son, pero es la dificultad que tiene escoger a solo ocho aceites, y es el jurado el que lo tiene más complicado porque, como sus propios miembros han reconocido, hay que elegir el mejor entre los mejores, y en concreto en estos años la calidad está a gran altura, hasta el punto de que cuentan que hay que repetir las catas para hacer justicia.

Las marcas que contarán con este marchamo de calidad en 2024 son Oro Bailén, de Aceites Oro Bailén Galgón 99, de Villanueva de la Reina; Olibaeza, de la SCA El Alcázar, de Baeza; Puerta de las Villas, de la cooperativa San Vicente, de Mogón (Villacarrillo); Esencial Olive, de Oleícola San Francisco, de Baeza; la cooperativa Aceites Puerta del Parque de Cazorla; Tierras de Canena, de la SCA San Marcos de Canena; Jabalcuz Premium, de la SCA Sierra de la Pandera, de Los Villares; y el ecológico Melgarejo, de Aceites Campoliva, de Pegalajar.

Con independencia del mérito indudable de los aceites que han sido distinguidos para “Jaén Selección” 2024, es fácil observar que de un año para otro se producen entradas y salidas entre el selecto club de los escogidos, de la misma manera que lo habitual es que concurran en torno a medio centenar o algo más, concretamente en esta ocasión han sido 50 marcas de aceites de 32 localidades de la provincia, que suelen coincidir con las iniciativas empresariales emprendedoras y que una mayor apuesta están haciendo por la calidad y la competencia, más si cabe teniendo en cuenta los tiempos en que estamos, con merma de cosechas y con algunas dificultades para afrontar este reto. ¿Son suficientes cincuenta firmas para participar en un concurso anual de estas características y que en esta ocasión hayan tendido a la baja? Seguramente podrían ser más, pero sí, lo cierto es que las mismas buenas marcas de excelentes aoves se repiten constantemente, y, premiadas o no, bien sabemos de algunos de los olivareros que están haciendo bien las cosas, lo demás vendrá por añadidura y si no logran este reconocimiento de “Jaén Selección” son acreedoras a otros premios y distinciones que hacen que no pase desapercibida la labor que vienen haciendo en la defensa de los mejores aceites.

Es digna de elogio la labor promocional que con el aceite de oliva virgen extra realiza la Diputación Provincial desde hace casi veinte años, con lo que ha conseguido al menos dos objetivos: poner al aceite de excelencia en el lugar que le corresponde como producto gastronómico y saludable, y al mismo tiempo, estimular a las empresas olivareras a realizar todos los esfuerzos necesarios para seguir apostando por la calidad de los aceites, condición indispensable para seguir ganando mercados y cocinas en todo el mundo, aprovechando que cada vez se difunden más las cualidades del aceite de oliva virgen extra, de cuya riqueza podemos presumir.

Foto: Tres aceites repiten con respecto al pasado año. Son Puerta de las Villas, Esencial Olive y Oro Bailén.

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