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Por ANTONIO GARRIDO / No me han sorprendido las declaraciones del secretario general provincial del PSOE, Francisco Reyes, a propósito del maltrato a Jaén, más pronunciado que nunca, que ya es decir, en los Presupuestos Generales del Estado (PGE), pero en su defensa de lo indefendible no me parece bien que se vaya de rositas porque se ha pasado por lo menos 97 pueblos, eso por lo menos, para enfatizar el interés por Jaén del Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que solo ve él y los que como él se deben a la obediencia debida, aunque ello signifique decir que algo es blanco, aunque sea negro.

Pues bien, estos días, sacando pecho, ante dos testigos ojipláticos, como el secretario de Organización federal, Santos Cerdá, un mandado del aparato, y Juan Espadas, que es más de lo mismo, lo cual lamento porque hace tiempo, cuando llegó a renovar el partido, esperaba mucho más de mi casi paisano, culpó en exclusiva a los gobiernos del PP de que el actual ejecutivo no tenga margen de maniobra para invertir más en Jaén, lo cual no se sostiene desde ninguno de los puntos de vista, y cualquiera lo puede entender por simple sentido común.

Le compro a Francisco Reyes que sea verdad que en la etapa de gobierno del PP, con Mariano Rajoy al frente, alguien no hiciera sus deberes y que algunos proyectos de la famosa, polémica y eterna A-32 no se hicieran. Pero el presente y el futuro de la provincia no empieza y termina con esa infraestructura de carreteras, donde por cierto el PSOE ha estado también gobernando, por ejemplo en la etapa Zapatero, y al menos debería ser responsable en su cuota parte de la inacción. En la provincia contamos con proyectos como el de esa autovía, aún no terminada, y lo que te rondaré, que lleva 30 años ejecutándose, algo de lo que sentimos vergüenza los jienenses y deberían sentirla los políticos que nos han estado representando. Pretender desvincularse de esta afrenta, de este ninguneo y de esta espera eterna de cualquier proyecto en Jaén no se lo podemos perdonar ni al PSOE ni al lucero del alba. Es responsable en su cuota parte y los populares en la suya, que cada palo aguante su vela, para mí ninguno tiene perdón de Dios.

Ahora bien, que el secretario provincial del PSOE, que es a su vez presidente de la Diputación, donde tiene una Oficina del Plan Estratégico, que es un magnífico laboratorio de ideas y de planificación de proyectos necesarios para Jaén, y el Consejo Económico y Social de la Provincia (CES Provincial), que es otra locomotora de iniciativas, y que ha elaborado informes muy precisos de necesidades para Jaén, por ejemplo el famoso dossier sobre urgencias ferroviarias elaborado hace cinco años, cinco, 2017, nos diga ahora que el Gobierno no tiene en qué gastar en Jaén, me parece como mínimo de Juzgado de Guardia, un insulto en toda regla. Es decir, que con tantos mecanismos, conociendo al dedillo el diagnóstico de las carencias del territorio, ahora resulta que el presidente del Gobierno y sus ministros no tienen donde invertir en la provincia. Ni para trenes, con la falta que nos hace mejorar la situación tercermundista; ni para la fracasada e ignorada ITI en la que no han hecho nada más que política de imagen y la creación de una oficina que no sé muy bien para qué sirve, porque no se ha puesto el dinero prometido, más de 220 millones encima de la mesa, y la única que medio está cumpliendo, digo bien, medio, es la Junta de Andalucía.

¿Y del Plan Activa, culpamos a Rajoy también (que ciertamente no quiso saber nada de él, esto hay que reconocerlo) o directamente a Franco?, ¿nos olvidamos de que hay unas declaraciones expresas del señor Pedro Sánchez afirmando que cuando llegara a La Moncloa la primera medida para Jaén sería el Plan Activa? ¿Qué ha hecho el PSOE de Jaén, sus dirigentes y sus parlamentarios, que no han peleado para hacerlo visible, en lugar de justificar la miseria con la que nos maltratan y para purgar la conciencia arremeter sola y exclusivamente con el gobierno de la Junta? Les falta legitimidad para exigir sola y exclusivamente a Juanma Moreno Bonilla, porque deberían ser capaces de predicar con el ejemplo, quitarse el miedo de encima y demandar antes que a nadie al Gobierno de Madrid. Y, por cierto, no lo dejen todo para el 2031. Está bien que haya una estrategia de futuro, hay que trabajar en corto, medio y largo plazo, cierto, pero a veces da la impresión de que estos horizontes que se inventan lo que tratan de justificar es la inacción, siempre en espera permanente, mientras no se ve color a la gestión y los proyectos, cuando los hay, se eternizan. Lo mismo le diría a los populares, lo he hecho decenas de veces, que no miren tanto a Madrid y que hagan sus deberes reivindicando para su tierra, Jaén, que tienen tajo de sobra.

En el caso de Reyes se ve clara y rotunda su hoja de ruta, está por continuar, da la impresión de que desaparecieron los nubarrones que cuando se inició el proceso renovador en el PSOE andaluz estuvieron a punto de prescindir de él, pero su manifiesta buena sintonía con Espadas y su docilidad (lealtad la llamó el ínclito Ábalos) a la dirección federal, le han propiciado una posición estable y sosegada, no hay quien le tosa, sigue siendo incontestable, al menos públicamente, de hecho en el congreso provincial si recuerdan se vio obligado a colocar como número 2 a Manuel Lozano, de Marmolejo, que por arte de birlibirloque abandonó la posición, sin que hayan trascendido las razones, el caso es que Reyes, por la evidencia de los hechos, refuerza su liderazgo. Lleva la tira de años en política, amagó hace algún tiempo con su retirada, pero en fecha reciente dijo estar a la disposición del partido, que es la manera más reconocible de decir “yo sigo”. Se presenta interesante el duelo Reyes-Domínguez, esto animará la campaña de las municipales.

Pero a lo que iba, sinceramente no es de recibo que, aunque después hayan pretendido maquillarlo (tarea que asumió la subdelegada del Gobierno, Catalina Madueño, tan bien mandada) con una cantidad ridícula para que no hiciera tanto daño a los ojos la visión del reparto por provincias, donde estamos en el último lugar, lo mismo que en la inversión por habitante, ahora la explicación es que no hay proyectos y, más todavía, echando balones fuera, como si la acción política en esta tierra nuestra dependiera en exclusiva del legado de Rajoy. ¿Para qué están los responsables de las administraciones?, ¿quién tiene que encargarse de hacer proyectos, qué deberes se han hecho en estos últimos años desde que está Sánchez en La Moncloa? ¿Qué pasa, por ejemplo, con aquella estación intermodal que se demandaba en Jaén capital y que iban a firmar de la noche a la mañana el ministro Blanco y la alcaldesa Peñalver, y de la que nunca más se supo y para este Ayuntamiento actual parece que ni está ni se le espera? No sé que es peor, si que la cantidad destinada a Jaén sea ridícula a más no poder o que no emerjan proyectos para desarrollar, con lo cual en los próximos años estamos condenados a seguir en igual o quién sabe si peor posición. Me cuesta entenderlo y permitan que les diga que me indigna que unos por otros hayan acabado con las expectativas de Jaén, a pesar de que ellos nos siguen haciendo ver con todo descaro la vida en rosa, como si todo fuera maravilloso. Pues nada, como estamos en feria, que llenen…

Foto: Francisco Reyes, en el centro, defendiendo los PGE para Jaén, ante la atenta mirada de Santos Cerdán y Juan Espadas.

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