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Por ANTONIO GARRIDO / Entre los encuentros que el alcalde y los concejales están teniendo desde que tomó posesión el nuevo Ayuntamiento, ayer mismo tuvo lugar una reunión del alcalde y los concejales a los que les afecta, Maribel López y Antonio Losa, con la federación vecinal más importante de la ciudad por representar a un mayor número de asociaciones, me refiero a OCO. No es un secreto para nadie que en los últimos años el movimiento vecinal está sufriendo una aguda crisis, tanto económica como de identidad, de hecho han desaparecido colectivos y de las tres federaciones con las que la capital contaba años atrás no se tiene conocimiento, por presencia pública y actividad más que del protagonismo de OCO y su presidenta, Pepi Alcántara, que aunque ha atravesado por momentos de desilusión y en circunstancias de tirar la toalla ha seguido por su sentido de la responsabilidad, aunque amaga con marcharse, decepcionada, sobre todo por la excesiva politización, hay asociaciones lideradas por militantes activos de partidos políticos y ella considera, y le asiste la razón, que las asociaciones tienen que ser libres e independientes, con legitimidad para dialogar y reivindicar, ya que el panorama al que se ha llegado crea desavenencias y falta de unión, así se lo indicó al propio alcalde. Es una pena que se haya dilapidado un capital como el de un movimiento vecinal potente, al servicio de los intereses de la ciudad, como lo que representa la propia Pepi Alcántara y lo han sido otros responsables vecinales, como la María Cantos en su momento o el también recordado presidente de Arco del Consuelo, Antonio Lozano, o Pepe Bautista, entre otros muchos ejemplos.

También ha habido, todo hay que decirlo, olvido político, llegó un momento con el fantasma permanente de la crisis y la ruina municipal que dio la impresión de que el movimiento vecinal no era una de las prioridades y en este momento no señalo a nadie en concreto, pero sí es cierto que los tiempos gloriosos de las asociaciones vecinales, cuando cada día estaban en los medios de comunicación con sus propuestas y debates no ha sido el escenario habitual en el periodo más reciente. La propia Pepi Alcántara, en una intervención de hace varios meses en el Foro Jaén de Opinión y Debate, efectuó una clara denuncia respondiendo a la temática general de “la ciudad que tenemos y la ciudad que queremos”.

En ese acto de referencia, en febrero pasado, no ha transcurrido tanto tiempo, la presidenta de la federación vecinal “Objetivos Comunes”, Pepi Alcántara, relató que en Jaén hay barrios de primera, de segunda y de tercera, porque en su opinión ha habido distinto trato por parte del Ayuntamiento. Afirmó con rotundidad que el Ayuntamiento no consideraba a las asociaciones vecinales y que Jaén se está convirtiendo en un gueto. Lamentó que las calles de San Juan y La Magdalena no le hagan honor a estos barrios, haciendo referencia a algunos de los proyectos contemplados para el casco histórico que duermen el sueño de los justos. Volviendo a los políticos, criticó que solo se acuerdan de los vecinos cuando llegan las elecciones, pero para prometer y “hacerse la foto”, y lamentó que haya muchos problemas estancados, entre ellos el de las Viviendas Protegidas, “otro gueto”, dijo, razón por la cual, y al no darse soluciones, las familias van abandonando el barrio.

Pepi Alcántara confesó llevar quince años en el movimiento vecinal e hizo el comentario de que en su día la entonces alcaldesa llevó a los representantes de las asociaciones a un tour por la ciudad para visitar lugares como el que iba a ser parque acuático, el que estaba llamado a constituir la sede en Santa Isabel del centro de participación activa para mayores, o el aparcamiento del Hípico, además de las instalaciones del tranvía en Vaciacostales, para dejar constancia de que a día de hoy no se ha avanzado, y lamentar con dolor que unos equipos de gobierno suceden a otros y no se hacen responsables de las actuaciones anteriores, con lo que se produce un gran daño desde el punto de vista económico y de prestación de los servicios, poniendo el ejemplo más hiriente, el del parque acuático, permitiéndose que en cuatro días quedara desmantelado, criticando la falta de responsabilidad política, para llegar a la conclusión de que “tenemos lo que nos merecemos”, aludiendo al fracaso del Plan Colce y la retirada de la denuncia, con el silencio de la ciudadanía, y se preguntó: ¿cómo vamos a conseguir que Jaén avance?

Presentó el peor panorama del movimiento vecinal al que pertenece: “Ya no existe, lo que hay son sucursales de los partidos políticos”, mostrando su preocupación porque no se pueda llegar a conseguir el comprometido Puerto Seco, porque su destino eran precisamente los terrenos cedidos para el Cetedex. Volvió a comentar que “el Ayuntamiento no escucha al movimiento vecinal” y se van cerrado asociaciones porque no obtienen ayuda ni se pueden mantener, y da la impresión de que solo interesan las fiestas, no que “la ciudad se viene abajo”. Para terminar lamentó que no haya alicientes para los jóvenes, que optan por marcharse e insistió en su denuncia de desigualdad entre los barrios de la capital. Este fue el panorama descrito, que como se puede deducir no es una acusación contra nadie en concreto, sino un comentario a viva voz de un estado, una situación, un lamento.

En la reunión de ayer con el alcalde y los concejales Maribel López y Antonio Losa, se habló de distintos asuntos y quedó subrayado el compromiso de visitar todos los barrios de la ciudad, aunque los responsables municipales pidieron tiempo para dar respuestas. Se pasó revista, entre otras cuestiones, a la regularización de las situaciones conocidas en los puentes, de la finalización del proyecto en San Miguel, las expectativas para el Palacio de los Uribe, la futura Escuela de Danza, las obras de la Caja de Música de la calle Elvín, el estado de varias calles, la deuda municipal a las asociaciones…y OCO y sus representantes fueron informados de que Jaén va a perder 13 millones de euros de los fondos EDUSI, así, sin anestesia. La presidenta de OCO no hace mayor comentario, se sorprende como cualquiera y lamenta que los políticos se culpen los unos a los otros de los problemas de gestión, que al fin y al cabo repercuten negativamente en la ciudad.  

Pero las situaciones no siempre tienen que ser irreversibles, es por eso que se debe hacer un gran esfuerzo para dar vida al movimiento vecinal, animar a las asociaciones, crearlas donde no existan o desaparecieran por agotamiento, incapacidad y medios. Ahora se ha visto con motivo de las fiestas populares en los barrios de la ciudad y de su periferia que el asociacionismo puede seguir estando en horas bajas, pero existe y con él la posibilidad de tratar de levantar al vuelo. Una ciudad con un movimiento vecinal fuerte que sea crítico, pero también constructivo, es un soporte muy importante para hacer ciudad, Jaén lo necesita y lo demanda. Los ayuntamientos, por regla general, han pretendido el control de este tipo de asociaciones, pero siempre he pensado que su fuerza radica precisamente en su independencia, no en ser correa de transmisión. Hay precedentes de liderazgos sociales desde el movimiento vecinal y se trata de recuperar este escenario. Por eso en este momento la pelota está también en el tejado del Ayuntamiento, que anuncia voluntad política para contar en el día a día de la ciudad con un movimiento vecinal organizado, potente y con firmes convicciones sobre la necesaria hoja de ruta. Aunque no nos confundamos, la verdadera responsabilidad está en los barrios y en su capacidad de organizarse y buscar líderes solventes para representarlos.

En las últimas semanas, además de las felicitaciones, las puertas de los munícipes se han abierto para recibir a los colectivos que buscan respuestas a ¿qué hay de lo mío?. Precisamente uno de los primeros en felicitar al Ayuntamiento y a su alcalde fue OCO, que aprovechó para ponerle deberes al nuevo equipo de gobierno, y no uno, bastantes, al mismo tiempo que ha reconocido la gestión del anterior Ayuntamiento presidido por Julio Millán en relación con los barrios. Es de justicia destacar por ejemplo las actuaciones realizadas en el casco antiguo, siempre el gran olvidado, y uno de los referentes indiscutibles es el interés demostrado en torno a la vieja iglesia de San Miguel, todo un descubrimiento en donde hay que resaltar el trabajo de los arqueólogos porque se ha puesto en el escaparate que esta ciudad guarda bajo tierra una impresionante riqueza histórica. Parece que el actual Ayuntamiento quiere seguir en la misma dirección, aunque está por ver si hay proyecto para continuar, de todas maneras con respecto al refugio de la cuesta de San Miguel es un descubrimiento muy relativo en lo referente a su sorpresa, porque los lugareños saben muy bien de su existencia y así lo están expresando en las redes sociales. Hay que seguir mimando el casco histórico, ese con el que desde siempre a todos los gobiernos locales y los políticos responsables se les ha llenado la boca, pero a la hora de la verdad no han existido compromisos y sobre todo inversiones, con planes que precisarán del apoyo de la Junta de Andalucía y de otros más, lo que no se puede ya es demorar por más tiempo la atención preferencial hacia esa zona para impedir que se nos muera con el valor tan enorme que posee.

Hace falta que se despeje la incógnita de Santo Domingo, el antiguo compromiso de Junta y Diputación que unos por otros se va retrasando y es uno de los edificios emblemáticos de la zona. Por supuesto que existen otras asignaturas pendientes en la ciudad, empezando por el Museo Íbero, sobre el que últimamente hay un manto de silencio, y qué decir de Marroquíes Bajos, para la que se anunció hace más de dos décadas que se convertiría en un gran Parque Arqueológico y no se ha movido ni un solo dedo en ese empeño. Hay mucho por hacer, pero si hay que establecer prioridades no me cabe duda de que el casco antiguo ha de ser el objetivo y no parar de actuar hasta que se deje en condiciones óptimas para servir al turismo, pero sobre todo para la dignidad que merecen sus vecinos, he aquí el reto. Siempre defendí que pasará a la historia el alcalde que ponga todo su empeño en sacar la máxima rentabilidad patrimonial y social al casco histórico. Merece la pena seguir intentándolo.  

Foto: El alcalde, Agustín González, y los concejales Maribel López y Antonio Losa, reunidos con representantes de la federación vecinal OCO, encabezados por su presidenta, Pepi Alcántara.

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