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Por ANTONIO GARRIDO / El Ayuntamiento de Jaén ha entregado, en solemne acto que ha tenido lugar en el Teatro Infanta Leonor, sus Premios Jaeneras, un expresivo guiño para reconocer tantas y tan brillantes hojas de servicio de mujeres de nuestra ciudad que merecen el reconocimiento público y que la labor por la que se les distingue sea conocida por el resto de la población.

Es buena esta iniciativa del Ayuntamiento, que está plenamente consolidada, porque hasta hace poco ser mujer y desarrollar determinadas actividades era casi una heroicidad, una situación que por fortuna va cambiando y por eso hoy el mundo de las mujeres es diferente, aunque por regla general el nivel de exigencia para ellas es superior al que se tiene con los hombres y porque el papel de la mujer es vital en la sociedad en general y en Jaén en particular. Es obvio que son todas las que están en la lista de las elegidas, y es tarea municipal y social ir descubriendo biografías de mujeres que en el futuro pueden seguir honrando estos premios.

Felicitamos a Carmen Rísquez Cuenca (en la categoría de Universidad e Investigación), Desirée Amaro Vega (Cultura), Club Deportivo La Circunstancia Femenino (Deporte); Lola y Teresa Ocaña Ortega, “Hermanas Ocaña” (Laboral); María Dolores Contreras Izquierdo (Social), Carmen Molina Mercado (Educación), Montserrat Morán Criado (Salud), y la mención especial de la Alcaldía, que ha sido para Naima Belfakir El-Yajizi. Representan ejemplos de mujeres con nombres y apellidos que nos hacen sentirnos orgullosos de pertenecer a esta ciudad.

A propósito del merecido protagonismo de estas mujeres hay una asignatura pendiente que en estos últimos días se ha asomado de nuevo a la actualidad, que es la escasa presencia de nombres de mujer en el callejero de nuestra capital. No hace muchos años fue el PSOE, aunque cuando estaba en la oposición, el que ofreció el dato de que de las 1.620 calles que existen en la ciudad poco menos de medio centenar están dedicadas a mujeres, en torno al 2%, me refiero a mujeres reconocidas por tradición o por su labor profesional, exceptuando el número de vías que tienen nombre de virgen o de alguna santa. Encima, se abundaba en la crítica de que normalmente las calles dedicadas a mujeres son recónditas, angostas o no tienen salida. O como en el caso de María de Molina, apodada “las tres veces reina”, en recuerdo de una de las mujeres más poderosas e inteligentes de la España medieval, que conecta dos calles importantes de la capital, Bernabé Soriano y Hurtado, pero en sí misma esta pequeñísima calle no está en la mejor de las condiciones.

Me parece oportuno que aparezca de vez en cuando esta queja que nos debería interpelar a toda la sociedad jienense, pero en especial al Ayuntamiento, a los equipos de gobierno que han pasado por él, sobre todo en el largo periodo de la democracia, porque ha habido tiempo suficiente para homenajear en el callejero a decenas de mujeres como ha habido en la historia reciente de la ciudad que merecían este tipo de reconocimiento, sin olvidar a mujeres actuales que han destacado en diversos campos. Uno de los últimos reconocimientos fue para la recordada Pilar Palazón, pero se planteó una solución muy rápida y en mi opinión merecía algo más y mejor. Que en la ciudad haya solo medio centenar escaso de calles con nombre de mujer es un síntoma, un mal síntoma, de que no nos hemos tomado en serio la asignatura de la igualdad, por el contrario nos hemos instalado, no sé si por pura inercia o por convencimiento, en una ciudad que se ha olvidado de referentes y que obviamente no ha puesto el foco en la mujer, parece que incluso la ha ignorado, salvo casos muy concretos, a pesar de tantos ejemplos que se deberían homenajear. El Ayuntamiento, que sí nombra cada año a las “Jaeneras”, a las que con anterioridad hacemos referencia, ha tenido la oportunidad de elevar a bastantes de ellas a esta distinción a la que nos referimos, y a otras tantas mujeres que merecen estar en ese lugar privilegiado de dar nombre a nuestras calles.

No entendemos muy bien cómo se ha ido dando continuidad al callejero jienense en las últimas décadas, sobre todo en el tiempo más cercano, pero a poco que lo permitan las circunstancias, porque es evidente por otra parte que las calles son las que son, se tiene que solventar esta desproporción tan manifiesta que nos presenta a un Jaén anticuado, insensible y desigual. Si observamos el actual callejero, al menos la parte que la mayoría nos sabemos, hay bastantes calles cuyos nombres nos plantean dudas, y a pesar de los cambios que se han ido operando, por ejemplo cuando se suprimieron los referentes del franquismo, aún existen vías públicas que permitirían cambios para hacer honor a tantas mujeres como se lo merecen.. La política que se ha seguido hasta ahora, por lo menos en algunos casos, ha permitido que de la noche a la mañana, se hayan otorgado calles con suma facilidad y no siempre se han entendido bien por los ciudadanos, o una buena parte de ellos.

En fin, no se trata de quitarle la calle a nadie en este momento y además hacerlo por las bravas, pero creo que es importante plantear dos cuestiones: por un lado, analizar bien el callejero, las personas que lo conforman y ver si es posible encontrar huecos en nombres que no digan nada y con un cambio se puedan mejorar; además hay que formular una lista de mujeres representativas en todos los órdenes de la sociedad de Jaén para, una vez establecidas las prioridades, ir dando cabida a sus nombres para engrandecer en lo posible el callejero. Por fortuna hay muchas mujeres dignas de este reconocimiento, y han de contar para el Ayuntamiento, es una manera de reconocer la igualdad, de desterrar el acentuado machismo y de hacer justicia a más de la mitad holgada de la población de esta ciudad.

Imagen: Foto de familia tras el acto de entrega de los premios “Jaeneras”.

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