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Mañana, miércoles, la federación vecinal OCO y las asociaciones a las que representa, inician una interesante campaña reivindicativa que entiendo tiene como principal objetivo la defensa de la ciudad y, especialmente, exigir a los poderes públicos, empezando por el Ayuntamiento que es la administración más cercana al vecino, que se adopten medidas para salir de la parálisis actual. Esto se puede ver haciendo un recorrido de norte a sur y de este a oeste, simplemente abriendo los ojos. La ciudad se va degradando y es curioso observar cómo la crisis financiera que tiene desnortado al Ayuntamiento ha derivado en nefastas consecuencias sobre la ciudad del día a día, tanto lo que afecta a los proyectos más ambiciosos que se encuentran parados, como la micropolítica, que fue un compromiso en su momento y ahora es otra frustración.

Ya sabemos que los políticos, los que hay, los que hubo y los que vendrán, no aceptan muy bien la crítica y todos los gobiernos locales prefieren colectivos vecinales y de cualquier otro tipo, complacientes y benévolos, por decirlo suavemente. Pero las asociaciones y las federaciones tienen el sagrado de deber de poner por encima de todo los intereses de los barrios en particular y de la ciudad en general, aunque para ello tengan que resultar incómodas y tengan que ser acusadas de representar a oscuros intereses, porque es muy antiguo que cuando no hay defensa posible lo más sencillo es atacar, aunque no haya razones para argumentar o sean extremadamente endebles.

Pues bien, felicito a la Federación OCO, a su presidenta, María Cantos, a su equipo directivo y a las asociaciones que le van a acompañar en esta campaña reivindicativa, cuya misión principal va a consistir en la denuncia de lugares cerrados que no deberían estarlo, bajo el lema de “No puedo verlo”, o los que se encuentran en estado de abandono, en los cuales el lema escogido va a ser el de “No quiero verlo”, en alusión a la situación que presentan en este momento. Además esta acción se realiza acompañada de un espectáculo de perfomance, con antifaces negros incluidos, para escenificar mejor los sentimientos de malestar y decepción por una ciudad que en muchos aspectos anda muy dejada de la mano de quienes son sus primeros responsables.

Entiendo que esta campaña es oportuna y forma parte de las responsabilidades que atañen a una federación vecinal del nivel de representatividad que tiene OCO. Oportuna porque es un toque de atención, sobre todo el Ayuntamiento para que se ponga los pilas y coja el toro por los cuernos resolviendo, una a una, las carencias de la capital. Y la federación Objetivos Comunes, con su gente, con esa militancia ciudadana bien demostrada, que precisamente toma legitimidad cuando es vista desde el poder con no demasiadas simpatías, hace lo que le corresponde, que no es postureo, fotos y celebraciones varias, que igualmente deben tener lugar, pero no se puede renunciar a lo que es más importante de todo, defender, si hace falta con uñas y dientes, a la ciudad toda, porque no hay otro objetivo al que se deba aspirar por parte de cualquier ciudadano de bien, empezando por los activistas del movimiento vecinal, jienenses voluntarios que dan mucho a cambio de nada, y en casos de muchos disgustos, que a ver que la ciudad progresa, aunque sea lentamente. Por desgracia hoy la sensación en muchos aspectos no es esta, más bien todo lo contrario. Y hay que reaccionar, deben hacerlo las administraciones, los políticos que elegimos y otros muchos agentes sociales y ciudadanos. Pero me parece muy bien que quien señale el camino sea OCO, por su trayectoria, por su compromiso y por su independencia a la hora de poner a cada cual en su sitio.

La campaña no va en contra de este Ayuntamiento. Va en contra de lo que no se ha hecho, por los de antes y los de ahora, da igual que hablemos del bochornoso proyecto fallido del parque acuático a la situación actual del casco antiguo, se trata de denunciar el motivo, ahora no es política lo que se hace, entendida en sentido estricto y partidista, es denuncia ciudadana pura y dura.

Se va a empezar mañana por la tarde, a las siete, en el Raudal de la Magdalena, un lugar emblemático, en pleno casco histórico, donde lo que iba a ser un recurso turístico más, y para eso se invirtió un dinero, lleva años abandonado, con promesas que no se cumplen. Ya es conocido cómo está el Ayuntamiento, pero esto no puede ser excusa para dejar que se mueran elementos para promocionarnos, mientras paradójicamente se intenta crear otros.

En fin, que me parece bien la campaña de OCO y que espero que toque conciencias, aunque de entrada soy bastante escéptico. En nuestra ciudad parece que se ha instalado una manera de ser en la que ni se siente ni se padece. Da la impresión de que todo resbala, no por maldad, no, sino por ese conformismo tan instalado en nuestros genes. Ea.

 

Foto:

Vista del Castillo de Santa Catalina desde el Raudal de La Magdalena

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