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Por ANTONIO GARRIDO / Que no convergemos, ni con Andalucía, ni con España. Este es el enorme problema, también andaluz, que con los datos del PIB per cápita en la mano no despega como debiera, a pesar de que los políticos en el poder, siempre tan exultantes, insisten en que llevamos velocidad de crucero. Hay datos que no tienen contestación posible, y no hay que abundar en mayor comentario, porque la realidad es la que es y no la que nos quieren trasladar en los mensajes oficiales, pero no estos, todos los que mandan se impregnan de una euforia que les hace percibir una visión paralela de las situaciones. A los ciudadanos de a pie nos cuesta a veces extraer conclusiones entre quienes no hacen ninguna concesión a la autocrítica y todo parece que lo hacen a la perfección y los que, a la recíproca, todo es pesimismo, no son capaces de reconocer aunque sea algunos signos de mejora, cuando la hay. Este es el pan nuestro de cada día, a todos los niveles, y la provincia y la propia ciudad de Jaén, no se salvan.

¿Que si me ha sorprendido que comparezcan los cinco chef Estrellas Michelín con la Asociación de Empresarios de Hostelería y Turismo de la Provincia, Hostur-Jaén? Sí, pero en este caso agradablemente. Claro que como otros muchos colectivos se acuerdan de Santa Bárbara cuanto truena. Ahora no truena, es verdad, pero se dan unas circunstancias, oportunidades le llaman los políticos y han inoculado esta expresión en muchos ámbitos de la sociedad, pero en este preciso momento el sector de la hostelería y el turismo se encuentra en una coyuntura positiva para crecer y seguir aportando más valor añadido a la economía de la provincia, por muchas razones, pero una de ellas, aprovechar la singularidad de contar en la provincia con cinco estrellas Michelín, cuatro de ellas en la capital y una en la ciudad de Baeza. Creo que la pregunta que se han formulado en el sector es que si no ponemos las luces largas, aprovechamos los recursos que se han puesto en nuestras manos, y se crea todo lo necesario para que la gastronomía arrastre al turismo y se le dé vida a esos establecimientos tan acreditados, podemos morir de éxito y poco más. Por esto me agrada la reacción rápida, y que se dirijan, todos a una, a las administraciones para pedirles que además de tener frases bonitas de felicitación, hagan algo provechoso para que los buenos resultados de hoy siembren un camino de futuro. Pero sin buenas comunicaciones y también sin la suficiente oferta hotelera, nos estamos viendo seriamente perjudicados, nos pueden seguir dando estrellas y podemos terminar estrellados por la inacción. También solicitan el embellecimiento del centro histórico y del centro urbano, lógico para que el turismo perciba un destino atractivo. Igual hacen con el tranvía, por pedir que no quede. Un tranvía llamado deseo.

En la comparecencia a la que me refiero han tomado parte, además de representantes de Hostur, los cinco cocineros que en este momento están situados en el olimpo de la buena cocina jienense: Pedro Sánchez (Bagá), Juan Aceituno (DamaJuana), Javier Jurado (Malak), Juanjo Mesa (Radis) y Juan Carlos García (Vandelvira, de Baeza). ¿Qué le pasa a Jaén que frustra a gente que hace bien las cosas? Que llegar a Jaén es un suplicio, que desplazarse expresamente desde cualquier punto para hacer turismo gastronómico, cada vez más extendido, es una aventura. Lo que están demandando desde el sector es lo mismo por lo que se lleva clamando décadas, es decir, si los gobiernos nos hubieran escuchado, tanto en Madrid como en Andalucía, hoy estaríamos en una situación favorable para crecer y dar el impulso. Hubiera bastado con conectarnos bien por ferrocarril, y mientras llegaba el AVE, con el que nos vienen engatusando desde hace años, al menos servicios dignos y propios del siglo XXI, máximo de tres horas entre Madrid y Jaén, y lo mismo cabe decir de las conexiones con Sevilla, y las que deberían de funcionar ya con Granada. Si no hubiera existido tanta dejación en los gobiernos nuestro porvenir sería hoy distinto, por eso algunos discursos políticos nos suenan a música celestial, estamos saciados de palabrería e inacción. Hemos perdido tantas posibilidades de avanzar como trenes, hasta el punto de que las comunicaciones son penosas, y el tren es el emblema, pero no tenemos la autovía a Córdoba por El Carpio y en cuanto a la A32, llevamos décadas viendo cómo discurren las obras con lentitud exasperante, ahora dicen que nos estamos acercando al final. En todo este tiempo se podría haber construido El Escorial. O nos activamos todos o no podremos sacar provecho ni a las Estrellas Michelín, ni a tantos recursos como tiene nuestra maravillosa provincia, que esperan que algún día las administraciones, siempre tan mezquinas, decidan dar un golpe de timón. Pero ser paraíso gastronómico obliga, y mucho.

Y luego está el otro planteamiento que han hecho los reunidos en la hora de la reivindicación, y es que en la capital nos hemos quedado cortos en capacidad hotelera. Con alguna frecuencia, sobre todo coincidiendo con fechas señaladas del calendario, los hoteles consiguen casi poner el cartel de no hay plazas, y este es un obstáculo, otra asignatura pendiente a la que no se le ha dado respuesta. No han surgido iniciativas visibles de proyectos hoteleros, ni interés de cadenas por instalarse en Jaén, pero es que tampoco se ha avanzado en dar vida al Rey Fernando, al que nunca me explicaré la causa de provocar su cierre con toda urgencia, fue en tiempos del Partido Popular en el Consistorio, y desde entonces han pasado bastantes años con una plaza donde en la última campaña electoral para las municipales los dos partidos mayoritarios decían tener previsiones y hasta ahora al menos públicamente no se ha movido ficha. La propiedad del Hotel Condestable estaba interesada en quedarse con el edificio para abrir un hotel de tres estrellas, mientras que el actual regidor apostaba por uno de cuatro estrellas. Si pensamos en el turismo gastronómico, creo que su correspondencia sería un cuatro estrellas, pero no es desdeñable un tres estrellas moderno y confortable para esa zona del centro que lo pide a voces. No es muy ejemplar que se diga la cantidad de años que el establecimiento lleva cerrado, cada vez que paso por la puerta siento vergüenza como jienense de que ocurran estas cosas. Dicen los representantes de la hostelería y el turismo, y qué razón les asiste, que llevamos más de veinte años, algunos más, perdonen que les rectifique, oyendo promesas incumplidas sistemáticamente. Supongo, como militante escéptico, que vamos a seguir igual, pero es obligación de la sociedad civil, en este caso de un sector muy representativo, y con mucho que ver en la economía de la provincia, alzar su voz y denunciar carencias. Y deberíamos acostumbrarnos todos a hacerlo en lugar de conformarnos y resignarnos como si el futuro de nuestra tierra no fuera con nosotros. Los políticos son los que nos representan, así que no tengamos mala conciencia por hacerlos trabajar, y tienen tarea.  

En el apartado político, el que de vez en cuando nos da argumentos es el presidente provincial del Partido Popular, Erik Domínguez, optimista por naturaleza, en realidad en la llamada clase política, sobre todo cuando se toca poder, suele ser frecuente. Domínguez ha presidido la reunión de su junta directiva, en la ciudad de Linares, y lo primero que se le ha ocurrido decir es que la alcaldesa, Auxi del Olmo, “va a ser la mejor alcaldesa de toda la historia de Linares”, y ya a partir de ahí se vino arriba, Núñez Feijóo va a ser el próximo presidente de España, etc. También ha sido positivo su balance del año, y la verdad es que no le falta razón, y le permite arengar a la familia popular, darle ánimos, porque han tenido buenos resultados en los comicios celebrados, pero el presidente tiene el convencimiento de que si hoy fueran las elecciones municipales aumentarían su presencia y alcaldías, no 44 gobiernos como tienen ahora, sino más. Y con lo que está obsesionado es con la Diputación, me temo que cuando toque querrá volver a ir en la lista de Jaén, porque no va a renunciar al objetivo, su ambición política pasa por el Palacio de la Plaza de San Francisco, de hecho afirma rotundo que “en tres años y medio la bandera azul libertad ondeará en el Palacio Provincial. Lo que no hemos logrado en un solo paso, lo lograremos en dos”.

Por lo demás, Erik Domínguez es una persona empática, está fuera de toda duda, a pesar de su talante entusiasta, y hay algo que ha hecho bastante bien y es volver a unir a la familia del Partido Popular después de una prolongada crisis. Él y su equipo, con gente como Elena González, etc., han conseguido rearmar al partido, y la prueba del nueve han sido los resultados en las urnas. En torno a la Diputación cualquiera sabe lo que va a pasar dentro de tres años y medio, hoy Francisco Reyes está fuerte, ya lo comenté hace unos días, pero la política es imprevisible. Él, por si acaso, se pone a la cola. Y confronta con Reyes, a propósito del debate que se ha suscitado con la próxima presencia en Fitur. Dice Erik Domínguez que “a Paco Reyes lo que le molesta es que Jaén capital cuente con una zona específica de exposición dada la relevancia que está alcanzando la ciudad desde que Agustín González la lidera”. Ven, se embala y pierde la mesura. No creo que Reyes pretenda minusvalorar a Jaén. Mi criterio, porque llevo viendo muchas ferias de Fitur, es que Jaén capital debe ser la que lidere la presencia de la provincia, ser su buque insignia. ¿No queremos ser capitalidad? Seamos, con toda la provincia detrás. En fin, como decimos en Jaén, chominá que briegues.

Foto: Los cocineros Estrella Michelín se suman a la reivindicación de mejores comunicaciones y de más capacidad hotelera.

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