Skip to main content

Por ANTONIO GARRIDO / UN AÑO DIFÍCIL.-El primer aforo de la cosecha de aceituna, que ha presentado hoy en Jaén la consejera de Agricultura de la Junta, Carmen Crespo, constituye una muy mala noticia para Jaén. Se esperaba, la sequía prolongada y las altas temperaturas, el ‘estrés hídrico”, hacían presagiar lo peor, estábamos advertidos, pero el dato facilitado de que podemos perder en la provincia alrededor del 60% con respecto a la producción del pasado año, quiere decir mucho. No ya sólo es un palo para el sector que se mueve en torno al olivar y el aceite de oliva, sino que hay que medir las nefastas consecuencias, sobre todo en términos de empleo. A menos cosecha, más paro, esta es una ecuación que por desgracia nos tenemos bien aprendida en la provincia. El panorama es similar para el conjunto de las provincias olivareras andaluzas, pero en Jaén los perjuicios se presentan más elevados. No hay esperanza posible de revertir esta situación, a lo más que se puede aspirar es a recuperar un porcentaje mínimo en el caso de que nos bendijera la lluvia, pero en este momento parece harto improbable. Así que nos tememos lo peor.

Ahora hay que repetir la historia de todos los años, especialmente los que hay que afrontar en la adversidad, que no son la excepción. Ya se está pensando en pedir los planes especiales de empleo, la reducción de los jornales para tener derecho a prestaciones, en fin, todos los mecanismos a los que hay que agarrarse para que en momento tan complicado esta tierra encuentre algún alivio. Es la consecuencia lógica de una dependencia tan grande del campo, que cuando como en este caso la naturaleza no nos regala la lluvia, el pronóstico es bastante pesimista. Lo veremos en los próximos meses, si no hay quien lo remedie, es decir, si las distintas administraciones no se ponen de acuerdo para echar a Jaén un bote salvavidas, seguiremos encabezando las listas del paro y nos enfrentaremos, una vez más, a un año de dificultad. Al menos deberían hacer el esfuerzo de remar todos en la misma dirección. El sector, empezando por las organizaciones agrarias, han lanzado un SOS ante la que nos espera. Menudo problema.

Otro tema que para muchos desde el poder, o por mejor decir, los poderes, deberíamos olvidar por siempre jamás, es el del Colce, pero no podemos dejar de sentir esa sana envidia al leer en los medios de la vecina Córdoba que Defensa, Junta y Ayuntamiento han culminado las negociaciones de la base logística del Ejército y que falta el último trámite, la firma de los convenios económicos, para que entren las máquinas en el Polígono de La Rinconada. Ahí está la Junta con protagonismo destacado y poniendo un buen puñado de millones. Nos sentimos engañados por los gobiernos, el de Madrid no tiene nombre lo que nos hizo, pero la Junta hizo de colaboradora necesaria. El caso es que una vez más la que salió perdiendo fue Jaén. A nosotros nos decían que lo del Colce era para largo, que tardaría años en llegar, pues ya ven, Córdoba mete la directa. Nosotros viviendo de sueños y fantasías y que se nos ocurra criticar, porque nos convierten de la noche a la mañana en enemigos de Jaén. Los benefactores son ellos, aunque hayan llegado hace un cuarto de hora o tal vez lleven décadas viviendo de lo público. Otra oportunidad de oro para el despegue de esta capital se había cifrado en el Puerto Seco, de hecho hay firmado con convenio con la Autoridad Portuaria de Motril, pero no se ha visto que se haya movido un músculo, y ese acuerdo está a punto de expirar y tendría que renovarse. Ya vemos por dónde va la alta política.

Por último ha sido muy comentado en las últimas horas el insólito suceso que tuvo lugar en la noche del domingo, cuando procesionaba por la calle Llana, la imagen de la Virgen del Rosario, que tras varios años ausente de las calles por la pandemia, era acompañada por centenares de devotos, tras su salida del convento de la Purísima Concepción. Es inconcebible que pueda haber personas sin escrúpulos, sin respeto, que decidan arrojar lejía sobre la imagen y las personas que estaban más próximas. La intolerancia está llegando a límites insospechados. Por fortuna los daños fueron menores, pero pudo ser un drama. Al final solo se trata de no querer para los demás lo que no se desea para uno mismo; respeta y serás respetado. Pero hay gente tan intransigente cuyo único fin es hacer daño. Digo yo, qué mal le habrá hecho a esa persona una Virgen desfilando por las calles de Jaén…

Foto: La noticia del día es el anuncio de que tendremos una pésima cosecha de aceituna.

Dejar un comentario