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Por ANTONIO GARRIDO / Todo el mundo dice que es muy listo el consejero de Universidades de la Junta, José Carlos Gómez Villamandos, y parece que es cierto, porque, contrariamente a la actitud que adoptaba su antecesor, el ínclito Velasco, que tanto paz lleve como deja, me da la impresión de que está por apagar los fuegos cuando se producen y sabe perfectamente que en los últimos días ha existido mucha inquietud en la propia Universidad, pero también en sectores de la sociedad comprometidos y desde luego en la Plataforma Ciudadana en Defensa de la UJA, a propósito del baile de cifras que se han publicado en documentos oficiales sobre la financiación de la Universidad de Jaén para lo que resta de ejercicio, para cubrir todos sus compromisos y disponer por tanto de suficiencia financiera.

Pues eso, aprovechando que hay unas obras muy avanzadas del Centro de Investigación y Transferencia Empresarial en el Campus de Las Lagunillas y que después tenía un compromiso en el centro de vuelos experimentales Atlas de Villacarrillo, el consejero Villamandos programó parada en Jaén, se hizo acompañar por su amigo Juan Gómez y comprometió el dinero suficiente para finalizar el curso. Esto es lo que ha dicho, ahora hay que animar al rector para que las palabras del consejero se cumplan a rajatabla. Permitan que les diga que de los políticos me fío lo justo, y a las numerosísimas pruebas me remito. De este consejero, igual, porque es muy hábil y tiene capacidad para ganar simpatías, ahí lo dejo.

Por cierto, el rector, Juan Gómez, aunque se ha mostrado satisfecho con las palabras tranquilizadoras que en principio ha traído a Jaén el consejero, dentro de su elegancia en el trato al ahora responsable público y antes compañero, ha sido prudente: “la verdad es que es una buena noticia la que nos traslada”, ha dicho, y acto seguido ha recordado la dura etapa de estos meses, sobre todo cuando se encontró en marzo pasado con un mal pronóstico financiero para la UJA, dos dobles cero por ciento, porque las cuentas que se pusieron encima de la mesa suponían un 0% de incremento para la UJA, para este año y para los próximos. El rector magnífico ha agradecido el apoyo social, sin referirse a la Plataforma, que paró en seco los malos augurios, todo lo cual derivó en la reunión de los rectores en abril donde se acordó garantizar la suficiencia financiera y diseñar un nuevo modelo, “porque el que había sembraba una gran preocupación”.

También Gómez Ortega anunciaba el pistoletazo de salida para el nuevo modelo “que va a derogar el existente”, pero tampoco pudo concretar si se retira literalmente del BOJA. Ahora se parte para este 2022 de un 2,8% más el incremento del 1,5% para el incremento de personal, que hace un 4,3% “y el compromiso de dar respuesta a los planteamientos de las universidades”, aunque da la impresión de que no será una tarea fácil, las bien financiadas querrán mantener sus privilegios y las demás, incluida Jaén, esperan no estar entre las últimas de la fila. El rector ha valorado el esfuerzo del consejero en el poco tiempo que lleva en el cargo y también ha reconocido, como nosotros, que el nuevo modelo va a representar complejidad, pero que debe terminar de la manera más satisfactoria. Que así sea.

Por supuesto, también le acompañaban, para tomar nota, los cargos de la Junta en Jaén, con el delegado del Gobierno, Jesús Estrella, al frente. Todos repiten a coro que la UJA va a recibir la mayor financiación de su historia, argumento que casa mal con una realidad evidente: es la universidad andaluza peor financiada con los números en la mano. Pero aquí todo es ‘histórico’, y más que eso no caben adjetivos, ahora a los propios le dan motivos para echarlos a pelear con quienes llevan tiempo luchando porque a la UJA no le falta ni un euro. Ahora es posible que los que en la teoría pudieran parecer los buenos de la película se convierten en malos como consecuencia del relato. Política y Jaén, dan ganas de salir corriendo, pero al momento surge la reacción, hay que sobreponerse, hacer caso omiso a las euforias y tratar al menos de no pecar de omisión, allá cada cual con su conciencia.

De todas maneras, si les digo la verdad, más que esperar que cuadre el presupuesto para este año, que también, lo que me preocupa especialmente es el nuevo modelo que el consejero ha anunciado para el periodo 2023-2027, cuyos trabajos se van a empezar a realizar. Villamandos ha dicho que se iniciará el proceso con una página en blanco, sin embargo se ha hablado que esto sería así, de facto, pero el mismo consejero, en unas declaraciones realizadas ayer al diario “El Mundo” señalaba que compartía los criterios del anterior, conocido como “modelo Velasco”, pero que han surgido algunos problemas, por lo que hay que tratar de encontrar el consenso. Es decir, en ningún momento se ha utilizado la palabra “derogación” de ese modelo que fue publicado en el BOJA y que por tanto sigue vigente, de hecho la financiación complementaria para 2022 se hace en base a él. Cuidado con esta estrategia porque los términos deben aclararse, el modelo debe desaparecer y empezar de cero, sin más. Cuidado con las simpatías y tal vez la complicidad en un pasado aún reciente.

Ese tiene que ser el objetivo y ahí es donde la sociedad y la Plataforma, entiendo que también la propia Universidad, todos, hemos de estar vigilantes, porque aspiramos a estar como las demás universidades, en la Champions, no queremos universidades de primera o de segunda, según las variables, a veces arbitrarias, que se puedan utilizar, sobre todo porque tenemos motivos más que suficientes para sacar pecho de nuestras conquistas en los principales rankings que miden la solvencia en el ámbito universitario. Aquí es donde realmente hay que dar la batalla, y es donde se verá si se tienen en cuenta las fortalezas de cada una de las universidades para hacer frente a su competitividad.

Foto: Consejero y rector, Gómez Villamandos y Gómez Ortega, con el delegado del Gobierno, Jesús Estrella.

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