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Por ANTONIO GARRIDO / A PROPÓSITO DEL ACEITE. Hace unos días me sumé al coro de los desairados por la decisión de los organizadores de la reciente cumbre de la OTAN de escoger para la cata de los aceites de oliva los tres caldos últimamente premiados por el Ministerio de Agricultura (Alimentos de España), que en este caso se trata de dos marcas cordobesas y otra de Albacete. Por supuesto mi comentario no iba contra los aceites distinguidos, mi queja, por llamarlo de alguna forma, era la de que por unas razones o por otras a Jaén le tocaba un papel secundario siendo, como es, la PRINCIPAL PROVINCIA PRODUCTORA DE ACEITE DE OLIVA DEL MUNDO. No se trata de echar balones fuera, también hay que entonar el mea culpa.

Me parece normal, no tengo argumentos en contra, que el Gobierno se decidiera en favor de los premiados por el propio Ministerio, pero igualmente se pudo plantear cualquier otra opción, pensar en Jaén, en los Aceites Jaén Selección, en el elegido mejor aceite de oliva del mundo, o en cualquiera de las marcas de oro líquido de nuestra provincia que han sido ampliamente distinguidas en concursos internacionales, todos ellos, incluido el del Ministerio, con sus jurados, todos por tanto sujetos a apreciaciones y valoraciones subjetivas, lo cual no resta mérito alguno a los que finalmente fueron catados por los representantes internacionales, que debieron disfrutar de ellos, porque todos son buenísimos. Ya sabía de antemano que el grupo socialista que gobierna en la Diputación no iba a entrar en esta guerra, tras la declaración institucional presentada por PP y Cs, primero por no entablar un contencioso con otra provincia, y segundo, por no molestar, hasta ahí podíamos llegar.

Por una parte me siento concernido como jienense porque no parezca que nuestros aceites son de segunda categoría, cuando tenemos algunos, por fortuna cada vez más, que son verdaderos manjares, apreciados en los mercados, en los circuitos internacionales, en las promociones de Jaén Selección, etc. Si hay algo de lo que esta provincia se pueda sentir satisfecha es del trabajo realizado en los últimos años en la mejora de la calidad de nuestros aceites, porque antes la obsesión conservadora siempre fue la cantidad y se ha ido abriendo paso el reto de la calidad y son muchas las empresas que se han subido a este tren, de la mano sobre todo de la Diputación Provincial, y creo que esto nadie lo discute, y de sus dos últimos presidentes, Felipe López y Francisco Reyes, y el propio sector se ha visto muy acompañado en esta tarea. Estamos hablando de una provincia, la nuestra, en la que el olivar ocupa casi el 80% de la superficie agraria, genera el 20% de la producción mundial y más del 40% de Andalucía.

Hay en este momento en nuestra geografía olivarera muchas personas que están haciendo una gran apuesta por superar una mentalidad caduca, y cito expresamente, aunque la lista se va alargando, a Manuel Parras Rosa, un experto que hace poco se hizo cargo de la presidencia de la Indicación Geográfica Protegida (IGP) Aceite de Jaén, con el único objetivo de sumar calidad, y en esa labor se está, aunque todavía hay que vencer obstáculos. Pero sí, contamos con buenísimos aceites, tenemos muchos factores a nuestro favor, entre ellos el magnífico escaparate de la Expoliva, pero nada de eso nos debe impedir reconocer que en la vecindad, es decir, en provincias como la hermana Córdoba, también con un enorme potencial olivarero, se hacen las cosas muy bien. Entre lo mucho que estos días he visto, oído y leído al respecto, me ha llamado la atención, por su ecuanimidad y por una crítica muy constructiva, el artículo de Manuel Molina González, en Ideal Jaén, titulado “Lamenta, que poco queda”. Manuel, excelente escritor, al que conozco y valoro desde hace muchos años, tiene su corazón dividido entre Córdoba y Jaén, de ahí que me fíe de sus razonamientos, por ejemplo cuando se refiere así a los aceites cordobeses catados en Madrid: “Detrás del éxito hay mucho trabajo de muchas personas, no solo un político caprichoso como pudiera parecer”. Hay que poner en valor todos los esfuerzos, la calidad hay que trabajarla, y me consta de la manera con que se hace por algunas de las marcas más representativas de Jaén, que cuidan hasta el último de los detalles.

Este hecho de la cata madrileña para los asistentes a la cita de la OTAN, ha motivado que se movilicen algunas fuerzas políticas y colectivos sociales en Jaén, especialmente en las redes sociales. En este asunto, como en otros, hay quienes todo lo que hace o dice el Gobierno en relación a Jaén lo disculpan y defienden a capa y espada, son los fieles, en tanto que otros, desde la oposición o en la intemperie, se mantienen en la idea permanente de que este gobierno, para quienes se deben a los partidos, y en general todos los gobiernos, parece que la tienen tomada con Jaén, y que ahora ha sido el aceite pero si echamos la vista atrás, a las últimas décadas, hay muy poco que agradecerle al poder público, ni siquiera gestos y sensibilidad para con un territorio al que han ido abandonando a su suerte. No quiero pecar de chauvinismo, ni de victimismo, pero tenemos razones de sobra para quejarnos y clamar atención y dignidad para con el territorio. Que los árboles no nos impidan ver el bosque, es posible que esta vez no llevemos razón de manera objetiva, pero cuando observamos alguna disfunción es normal que saltemos. Por cierto, debe ser problema mío, pero no he visto demasiados pronunciamientos del sector olivarero, tal vez no lo han estimado necesario, sin más.

Todo lo anterior quería expresarlo antes de llegar a la reflexión final. Y es que en ocasiones como la presente, con lo que nos acaba de ocurrir con el aceite de oliva, que es nuestro principal referente, además del lamento nos debería obligar a reflexionar y convertir la queja en fortaleza, porque tenemos 66 millones de olivos y por tanto todo un potencial para seguir dando satisfacciones a Jaén, que ya son muchas, pero deberían ser infinitamente más: “no vayas a ser esclava con todos tus olivares”. La frase de Miguel Hernández, escrita hace muchos años, es la llamada más contundente para abandonar una cierta imagen de abdicación, de seguir haciendo despertar a Jaén y, desde luego, cambiar el clamor por la única fuerza capaz de darle a nuestra riqueza olivarera mayor transformación y rentabilidad, ponerse todos a una en algo en lo que ya se trabaja, pero hay que acelerar el ritmo, y es no seguir haciendo que Jaén y su olivar dependan de una sociedad en la que una parte, todavía minoritaria, hace los esfuerzos y es ejemplo en el que mirarse, y otra, posiblemente mayoritaria, que no se da por aludida. Lo ocurrido con los aceites, en resumidas cuentas, además de molestarnos, debería espolearnos.

NUEVO ALCALDE EN LINARES. Por lo que respecta al pleno celebrado esta mañana en Linares para debatir y votar la moción de censura presentada por PSOE, IU y CILU, ha prosperado, lo que quiere decir que ha terminado la etapa de Raúl Caro-Accino al frente del Ayuntamiento linarense en la coalición entre Ciudadanos y el Partido Popular. Hemos visto en las imágenes a un grupo de dirigentes populares que han acudido a animar a su tropa con las esperanzas puestas en mayo del próximo año. En la sesión de hoy no ha habido lugar para la sorpresa, se ha intentado, pero finalmente se ha consumado el propósito y el nuevo alcalde es el socialista Javier Perales Fernández, que llega al cargo a diez meses vista de las próximas elecciones municipales, por tanto tiene poco margen para actuar y en su caso recoger frutos.

El PSOE regional y provincial ha jugado fuerte esta baza de Linares, hemos leído las declaraciones de euforia del propio Juan Espadas, y solo se entiende en una estrategia calculada para tratar de recuperar bastiones, y Linares lo fue en el pasado, aunque creo que son conscientes de la enorme dificultad que entraña, claro que quien no lo intenta difícilmente lo puede conseguir. Este gobierno que deja Caro-Accino ha tenido altibajos, las relaciones de los grupos tampoco han funcionado como un reloj, también se produjo la salida del socio CILU que a la postre ha firmado la moción de censura, de gobierno a oposición radical.

Dicho esto tanto por la iniciativa local como por las ayudas recibidas, sobre todo de la Junta, todo sin exageraciones o porque sus carencias se habían acumulado, Linares empezaba a soñar con un futuro mejor, dentro de que su situación económica y social es complicada, pesa como una losa el desempleo, desaparecieron emblemas comerciales como El Corte Inglés, pero han ido llegando nuevos proyectos, algunas empresas con muy buenas expectativas. Este equipo de gobierno que acaba de ser depuesto merecía llegar hasta el final y rendir cuentas para que los linarenses decidieran. No obstante la moción de censura es un instrumento político que todos los partidos han utilizado a su conveniencia, si bien es cierto que muchas veces se articula pensando más en los intereses propios que en los generales y lo ocurrido hoy no es una excepción. Lo que es difícil entender es la postura de las formaciones políticas, por ejemplo, como dije ayer, que el PSOE en Linares utilice como uno de los principales argumentos para la moción la falta de un presupuesto, y ese mismo PSOE se resista a presentarlo en el Ayuntamiento de Jaén, de hecho estamos sin cuentas desde el año 2017.

Y desde luego no es posible entender, salvo por su debilidad política, que Ciudadanos no haya podido mediar en este proceso, porque la primera teniente de alcalde del Ayuntamiento de Jaén, María Orozco, que yo sepa, pertenece a Ciudadanos, el mismo partido del ya exalcalde de Linares (lo supongo, porque con la desbandada cualquiera sabe dónde están muchos de los actores políticos) y podía haber amagado con retirar su apoyo al alcalde de la capital para evitar el desenlace linarense, pero eso es como pedir peras al olmo. La política tiene razones que la razón no entiende.

En fin, como aprecio mucho a Linares, y desde hace muchos años, espero que esta aventura salga bien, me interesa más el porvenir de Linares y de los linarenses que el de cualquier partido político, aunque reconozco que es legítimo que cada cual luche por la supervivencia, en última instancia el pueblo dictará sentencia el 28 de mayo del año próximo, ya queda menos.

EL EJEMPLO DE LA ECONÓMICA. El último comentario es para felicitar a la Real Sociedad Económica de Amigos del País, a su Junta de Oficiales y a su director, Antonio Martín Mesa, por la política que están llevando a cabo en la prestigiosa institución, porque además de mantener su programa habitual de actividades de todo tipo, un faro cultural con varios siglos a sus espaldas, ahora está alentando, con excelentes resultados, un proyecto consistente en tejer alianzas con entidades públicas y privadas, y hoy se ha sumado la Universidad de Jaén, pero antes lo han hecho varios colegios oficiales o la Diputación, la UNED, el Conservatorio Superior de Música, etc., además de su principal mecenas, la Caja Rural, todo ello con el objetivo de apuntalar más si cabe, con esta suma, el inestimable servicio que el gran referente de La Ilustración viene prestando a la sociedad de Jaén. No hay duda en señalar a La Económica como el principal activo con el que cuenta la cultura en la capital, y lo que se está haciendo desde su órgano de gobierno es reforzar sus sólidas raíces y darle, si cabe, mayor proyección y futuro, hacer que tenga todavía más fortaleza y resulte más útil al panorama cultural de esta ciudad, cuya Medalla de Oro les fue concedida, por sus méritos, en fecha aún reciente. Larga vida a la Real Sociedad Económica de Amigos del País, hoy día en un momento de máximo esplendor.

Foto: Nuevo equipo de gobierno del Ayuntamiento de Linares, con su alcalde, Javier Perales Fernández, al frente. (PSOE).

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