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Tras el caudal de información sobre la ruina económica del Ayuntamiento y la evolución de la deuda, tanto a entidades bancarias como en general, donde aparece el Consistorio jienense en cualquier ranking que se precie como uno de los más endeudados de España, de los que más tarde pagan, la realidad es que a los populares se les ha acabado, a cinco años de llegar al equipo de gobierno, el argumento de la “herencia recibida”, porque los números han demostrado que han contribuido en su cuota parte a la situación tan desastrosa de las arcas municipales que, según los datos conocidos, presentan un agujero de varios cientos de millones, y con cifras que se van engordando porque las operaciones económicas no han conocido el fin.

Está claro que ninguno de los que han gobernado la ciudad en los últimos diez o quince años pueden pedir que se les saque de la foto del desaguisado, de la mala gestión y administración de los recursos. Unos y otros a través de sus palmeros defienden gestión y postulados en las redes sociales, pero la ciudad sabe que hay una responsabilidad compartida y en cierto modo lo que llama la atención es que durante los últimos años ha habido una actitud en el gobierno local un tanto paradójica y es que mientras se ponía verde a “socialistas y comunistas” por el demoledor balance de las cuentas, y éstos asistían un tanto abochornados a los plenos, los nuevos regidores iban, sin prisa pero sin pausa, engordando los números rojos, sin ningún rubor o muchas veces también, ante la falta de otros argumentos de peso, haciendo ver lo blanco negro.

Ahora la “herencia recibida” es de todos y está bien que se conozcan los datos con pelos y señales, para que los jienenses los conozcamos y le pidamos responsabilidades a quienes corresponda, por una sencilla razón y es que la mala política y la deficiente gestión económica ha lastrado el progreso de la ciudad y lamentablemente no la van a pagar quienes propiciaron este panorama sino que el elevado costo de una política errática ya lo estamos asumiendo con creces los ciudadanos. Por lo menos que se nos conceda el beneficio de quejarnos amargamente de esta sinrazón que ha cercenado, tanto como todos dicen quererla, el futuro de Jaén.

 

Foto:

Corporación Municipal elegida en las elecciones de 2015. Han desaparecido algunas caras, entre ellas las de Fernández de Moya, que fue elegido alcalde.

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