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Por ANTONIO GARRIDO / Por estas fechas en una provincia que tiene el orgullo de poseer la riqueza de ese mar de 66 millones de olivos, casi toda la actividad mira al campo, a las próximas faenas y a todo lo que se mueve con ellas, aunque la cosecha venga muy diezmada por mor de la dichosa y prolongada sequía. Este pasado fin de semana la ciudad de Linares y su popular Paseo de Linarejos, ha acogido una nueva edición de la Fiesta del Primer Aceite, que se ha convertido en uno de los grandes acontecimientos de referencia. Hay que reconocerle a la Diputación que estas acciones que realiza para promocionar las grandes fortalezas de la provincia, y el aceite es la primera, las hace a lo grande y este acontecimiento anual en torno al oro líquido de la primera prensada se ha hecho con un puesto destacadísimo entre las fiestas que hay que seguir mimando, porque sitúa a Jaén en el escaparate no solo como principal productora del aceite de oliva virgen extra, sino como el emblema de la calidad.

Aunque en las imágenes que han trascendido hayamos visto a muchos políticos, hay que reconocer que sin ellos y las administraciones a las que representan (Junta de Andalucía, Ayuntamiento de Linares, Cámara de Comercio linarense y la Asociación de Comerciantes e Industriales, entre otras), esta Fiesta no sería posible, aunque de la misma manera hay que poner en su justo lugar a las empresas aceiteras del territorio, cada vez más exigentes con el producto, también más numerosas en la participación en esta nueva joya de la corona, y que son las avanzadas en el ranking de la calidad, que es el objetivo prioritario. La respuesta de las instituciones y del público en general, tanto de Linares como de toda la provincia, ha sido extraordinaria y, como reconoció el presidente de la Corporación Provincial, Francisco Reyes, se sigue demostrando por vía de los hechos, que esta celebración vino para quedarse y que sus resultados la avalan. En torno a la Fiesta se han desarrollado numerosas actividades, y, lo más importante, la degustación de ese verdadero manjar verde que son los aceites tempranos, una verdadera delicia, un #CapriceDesDieux (capricho de dioses).

Muy bien igualmente por el pregón a cargo del actor Javier Gutiérrez, así como las demostraciones culinarias ofrecidas por los chefs Juan Pablo Gámez y Álvaro Salazar, que ha sido el embajador en esta edición, vendiendo todos las bondades para el paladar y la salud del aceite de oliva virgen extra. Inolvidable vivir esta fiesta en torno a un oro líquido que es nuestro mayor orgullo. Todo ello enmarcado en un fin de semana redondo, que nos reconcilia con nuestra autoestima, ya sabemos que nos enfrentamos a adversidades, no pocas, pero esto no puede ser óbice para reconocer que en Jaén se están haciendo en el momento presente grandes cosas y hay que valorarlas y proyectarlas.

Hasta ahora disfrutábamos de un diamante en bruto al que Jaén le saca más provecho que el de la política tradicional, tan conservadora y ajena a los cambios, a la innovación, a la aventura y al desafío, puesto que las cooperativas se conformaban con vender el aceite de cada cosecha y hasta el año que viene, si Dios quiere. Por fortuna el panorama ha cambiado en Jaén y esto ha sido posible porque algunas administraciones, sobre todo la Diputación, han señalado el camino, pero gracias a que ha habido empresas y empresarios que desde el principio lo han tenido claro, había que ensalzar la calidad de la primera extracción del oro líquido, con la impresionante sensación para los sentidos del zumo verde de los riquísimos aceites de oliva virgen extra de la primera prensada, que hacen imprescindible, por ser de justicia, felicitar a tantas iniciativas como van surgiendo en la provincia. Queda camino por recorrer, también hay que decirlo, son todos los que están, pero no están todos los que son, aunque se va en la buena dirección y antes o después la acción vencerá este pulso.

Como queda dicho la provincia de Jaén se movilizará en pocas semanas para realizar su campaña de recogida de la aceituna a lo largo de toda la geografía. Los datos del aforo que se han presentado hace poco a las organizaciones agrarias, señalan que la cosecha es más bien escasa, aunque las últimas lluvias la pueden mejorar. Después de la recogida temprana con la que estamos disfrutando de los primeros aceites, esos verdosos manjares que saben a gloria y que algunos aceiteros presentan con la dignidad y excelencia que se merecen, la cosecha se recogerá ya de manera generalizada en las fechas que marca la tradición.

El olivar lo es todo para Jaén, no se puede ni se debe escribir la historia de Jaén sin lo que es su más rico patrimonio tan implicado en la economía y en la cultura de este pueblo que ya piensa en echarse camino de los olivares por los cuatro puntos cardinales de la geografía olivarera, para hacer honor a lo que es también una tradición heredada de nuestros antepasados. Así que bendito olivar y bendito aceite de oliva y bendito zumo verde de la primera prensada.

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