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Cuando llegan estas fechas la solidaridad de Jaén se desborda, hay que proclamarlo así porque es una de las fortalezas de esta tierra, y ello a pesar de las duras condiciones que ha impuesto la crisis que lleva ya más de siete años presente y que se ha cebado con nosotros y permite que lo estén pasando tan mal un gran número de familias con la desesperante espada de Damocles de un desempleo dramático, de hecho somos la primera provincia española en este indeseable ranking, aunque parece que hay quienes prefieren no quedarse en esa foto fija porque es molesta, incómoda e inquisitiva.

Pero a lo que íbamos, en estos tiempos la capacidad de respuesta es arrolladora, da igual que se trate del Banco de Alimentos, que estamos seguros va a superar en su Gran Recogida la excelente marca del año pasado porque vimos la respuesta del fin de semana en los centros comerciales, como si se trata de la captación de voluntarios, porque hay muchos jienenses actuando como tales, entre ellos los ángeles de la guarda de las gélidas noches de Jaén repartiendo alimentos, calor y humanidad, y otros más dispuestos a brindar su apoyo y su tiempo a las mejores causas; sin olvidar la respuesta que ya reciben instituciones humanitarias como Cáritas o Cruz Roja, que están volcadas en paliar el angustioso estado de necesidad y de hecho llegan donde no suelen hacerlo los poderes públicos y con mayor diligencia; o instrumentos como las asociaciones vecinales, como las cofradías de la ciudad que hacen visible su entusiasta colaboración. Y mucha gente más, por fortuna.

Y no nos olvidamos del comedor social de San Roque, que se ha ido adaptando a la realidad social y han estado dando estos últimos días centenares de cenas, para muchos jienenses que las reciben en sus propias casas para no verse en la vergonzante situación de ponerse a una cola, y para la riada de inmigrantes que ya están entre nosotros a la búsqueda de un empleo en la aceituna, que si lo consiguen y con salario justo, será casi un milagro.

Gracias a la población de Jaén, especialmente a todos esos que dan lo que no les sobra, gracias a esa legión de paisanos, conocidos o anónimos, que permiten afirmar desde la esperanza que Jaén, en el peor momento, aún resiste gracias a su matrícula de honor en generosidad. 

 

Foto: Uno de los grupos de voluntarios del comedor social de San Roque.

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