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Por ANTONIO GARRIDO / Como les comentaba ayer, se ha iniciado el cortejo nupcial, los aspirantes, ahora sí, valoran el papel que los votos han otorgado a Jaén Merece Más, los recelos y el desdoro han pasado a convertirse en halagos, en reconocimiento a su neutralidad y a entender, al fin, que tiene sentido colocar a Jaén en el objetivo único e irrenunciable, a partir de ahí ya se puede dialogar. Comulgo con la discreción, no hay que estar retransmitiendo minuto y resultado porque hay bastante en juego y se debe dejar a los actores representar esta función cívico-política que de algún modo tiene que derivar en un gobierno. Al común de los jienenses, con respeto a las ideologías y a los partidos que las encarnan, lo que de verdad nos importa es que cualquiera que sea la fórmula elegida, gane Jaén. Me da igual quién negocie, que lo haga el actual alcalde, Julio Millán, o que venga el presidente de la Junta en persona, desde luego cuanto más alta sea la autoridad más poder decisorio tendrá para no firmar en barbecho, y no por falta de legitimidad de Agustín González, pero esto no va de aventurar, esto creo que va de cronograma, de apuestas y de fechas. No me sorprende la subasta de ofertas, el cielo mismo si lo quieren y ahora resulta, además que los programas son idénticos, la desesperación lleva al límite. No he podido evitar el recuerdo a Groucho Marx: a quien se le atribuye una frase genial: “Estos son mis principios, y si no le gustan, tengo otros”.  

Después del pronunciamiento de PSOE y PP era muy esperada la reacción de Jaén Merece Más, y a fe que han cumplido con su misión de dejar las cosas meridianamente claras, observo en redes sociales que sus votantes quedan satisfechos y seguramente no tanto los palmeros a ambos lados del espectro político que le apremian para que se decida. He visionado esa rueda de prensa de Manuel Vallejo, acompañado por Juan Manuel Camacho y Javier Marín y no han dejado lugar para la duda. Argumentos contundentes como que “Jaén clama por otra forma de hacer política”, que han pedido a los candidatos de PSOE y PP que “limpien su cabeza de ideología”, entiendo que en el buen sentido, no que se den de baja en sus partidos, pero que se abran a las exigencias y a la ambición de toda una ciudad; pero sobre todo, han dejado claro que no están ahí para sumar migajas, sino que su contribución se corresponde con “grandes proyectos transformadores” con implicación de las diferentes administraciones, a satisfacer todas a una la deuda histórica pendiente. Aunque lo que me llama la atención especialmente son dos mensajes: uno, alto y claro, nada de chantajes ni de presiones, vengan de donde vengan; el otro, petición de confianza a sus votantes y jienenses en general. Ya digo que por la reacción en las redes sociales, en absoluto me refiero a los militantes convencidos de los otros partidos, hay un reconocimiento expreso al papel de dignidad que está representando Jaén Merece Más y con el que debe llegar hasta sus últimas consecuencias.

Por otra parte les recuerdo lo que ocurrió hace cuatro años, cuando el pacto llegó a estar casi sellado entre Ciudadanos y PP, sólo que los populares con Javier Márquez a la cabeza, no aceptaron determinadas condiciones y entonces surgió la opción B, que por cierto terminó como el rosario de la aurora a causa del Colce, aunque esa ya es otra historia. Quiero pensar que una mayoría de jienenses lo único que esperan es que estos próximos cuatro años esta capital y también la provincia, den el estirón, modernidad, progreso y proyectos, sólo así habrá servido la confianza depositada en Jaén Merece Más y podremos valorar el éxito o el fracaso.

En cuanto a los siguientes comicios del 23 de julio, los partidos nacionales ya tratan de marcarnos la hoja de ruta. Se ha reducido el debate a una elección entre Sánchez y Feijóo, el primero pide nada menos que seis debates, pero ¿quién puede aguantar algo así?, ni siquiera los mayores forofos. Pero aunque esa ola nos afecte, tenemos el deber y la responsabilidad de barrer para casa, provincializar los discursos porque unas elecciones generales deberían servir para que los partidos y sus candidatos presenten propuestas para mejorar el territorio. Parecen olvidarse los políticos que elegimos que están en las cámaras representando a circunscripciones, en nuestro caso a la de Jaén, y que nos tienen que rendir cuentas.

Felicito a Javier Márquez, senador del PP, que en redes sociales y supongo que lo habrá hecho también en otros ámbitos, ha presentado su balance que me parece impecable, las veces que ha intervenido, las iniciativas sobre diversas cuestiones, a través de esa información se valora el cumplimiento de sus funciones. Si de mí dependiera ha hecho méritos para enviarlo al Congreso, donde todo hace indicar que será número uno el que todavía parece intocable porque nadie le mueve la silla, me refiero a Juan Bravo, aunque he leído en el diario El Mundo que el presidente Feijóo, que lo mantiene como vicesecretario de Economía, no lo ha ungido como “cerebro económico” y, es más, parece que está buscando en otros caladeros. También se tiene que despejar la incógnita sobre el presidente del PP provincial, Erik Dominguez, ya que no va a ser presidente de la Diputación, ¿qué va a ser? Por lo pronto lo han nombrado presidente de la Comisión de Presidencia del Parlamento andaluz, que lo han vendido como una canonjía, pero en fin, es lo que es. Si se queda en el Parlamento es obvio que no puede estar en Madrid, y también que carece de sentido que tome posesión en el Ayuntamiento. Porque de este sueño ya se ha despertado.

En el PSOE hoy el comité provincial ha dado el visto bueno a las listas y creo que ha sido prudente apostar por Juan Francisco Serrano, el delfín de Reyes, bien posicionado en Ferraz y dicen que Jaén le debe el Cetedex abordado sin ruido, con paciencia franciscana. De número dos figura Ana Cobo, la exdelegada del Gobierno y se incorporan caras nuevas, Jesús Cózar y Eva Molina. Para el Senado se cae Micaela Navarro, una veteranísima, y mantienen sus puestos José Latorre y Manuel Fernández Palomino, con la incorporación de Josefa Jurado. Desaparece de la escena Felipe Sicilia, y me parece un acierto, porque traicionó a los intereses de la provincia y no en una sino en varias ocasiones, Sánchez lo utilizó de comodín a su servicio, incluso para liderar Andalucía, ¿se acuerdan?, lo hizo portavoz, y cuando pudo lo relegó a un segundo plano, se acabó la estrella. Claro que negar a Sicilia supone hacer un lote con personas vinculadas con él, y pueden pagar justos o justas por pecadores. Lo digo por la que me parecía buena parlamentaria, activista en la causa de la mujer y de la igualdad, la psicóloga Laura Berja Vega, pero es posible que también le haya pasado factura ser la esposa del bueno de Daniel Campos López, la política es así, tiene memoria y la ejerce de forma implacable e inmisericorde. Eso sí, el PSOE parece consciente de la necesidad de hacer renovación, incluir savia nueva, oxigenar y promover cambio generacional. Las agrupaciones, inspiradas por el aparato, es decir, por Reyes, han tenido que optar y hay ya unos cuantos nombres amortizados, hay quienes han hecho de la política más que una actividad, una profesión. Tras el 23J y a la vista de los resultados es posible que estalle la crisis en Andalucía, donde Juan Espadas está seriamente tocado, y tal vez seguir con la pirámide. Los triunfalismos, las huidas hacia adelante, los brindis al sol, suelen ser pan para hoy y hambre para mañana.

Dejemos la política porque otros asuntos reclaman atención. Por ejemplo, el Centro Comercial Jaén Plaza. Media provincia ha venido ya a conocerlo. Con independencia de que le falta terminación y que es urgente regular los accesos, por ejemplo en la rotonda deberían colocar semáforos porque es un peligro que todo el mundo ve menos los responsables, la nueva galería comercial y en conjunto todo lo que ya hay del Jaén Plaza nos reconcilia con la modernidad. Ya sé que para gustos colores y que hay que contar con los negacionistas de todo y por todo, que se haga lo que se haga van a perseverar en la crítica, pero personalmente me agrada que Jaén tenga las mismas infraestructuras que cualquier otra capital, porque no se le pueden poner puertas al campo, y cuando esté finalizado del todo va a ser un complejo de referencia, lo celebro. Lo que sí ocurre es que hemos vestido un santo para desvestir otro, a 32 años de su inauguración el centro comercial La Loma es hoy una caricatura del que fue su esplendor, no ha reaccionado y tal vez dos centros pujantes ya resulte excesivo. Dicho esto, hay que casar esta atractiva y novedosa oferta con actuaciones de todo tipo, precios de los alquileres, impuestos, peatonalización, mejoras de los espacios comerciales, etc., para que el comercio tradicional se sienta atendido, que se le conceda la misma o mayor alfombra roja que se ha puesto a los pies de los grandes y poderosos. Ojalá en lugar de ser un problema sea una oportunidad para el comercio y para Jaén.   

Foto: Juan Bravo (PP) y Juan Francisco Serrano (PSOE). El primero tiene todas las papeletas para encabezar la candidatura del PP. El segundo ya ha sido refrendado para el primer puesto por el comité provincial del PSOE.

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