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Estos días primeros de la Navidad he sentido una gran impotencia al no poder escribir y por eso aprovecho esta primera ocasión para expresar la indignación que como ciudadano y como periodista me ha producido la muerte en El Mármol, la pedanía de Rus, de los tres inmigrantes africanos que participaban en las tareas de recolección de la aceituna y que vivían en una cochera, parece ser que habilitada, aunque estamos esperando toda la información precisa sobre los hechos. La causa parece que fue un brasero, el caso es que vivían en una cochera y que perdieron la vida. Esta y no otra es la noticia.

Lo cierto es que una vez más nos hemos asomado a los hogares de España, a través de todos los medios, especialmente la televisión, por un hecho desgraciado. Y he sentido mucha vergüenza, porque no será porque no hay organismos ni instituciones que durante el año hacen publicidad de todo lo que dicen promover para mejorar las condiciones del trabajo en la recogida de la aceituna y en gestionar adecuadamente la campaña. Al final me da la impresión de que se pone el foco en determinados asuntos y se pierde de vista lo trascendental, la dignidad de las personas, el derecho a un salario digno, el que está estipulado, y a una estancia en condiciones como se merece cualquier ser humano.

Muchos pensábamos que se habían erradicado los lugares de acogida para los temporeros en condiciones no deseables, por decirlo de manera suave, pero ya vemos que cuesta años, y sangre, sudor y lágrimas. Ya vemos que sigue habiendo empresarios y no me refiero en exclusiva a este caso, que siguen sin tener escrúpulos para conseguir mano de obra…   

En fin, quiero esperar a que haya una conclusión definitiva de las investigaciones que están en marcha, pero soy consciente de que las cosas siguen sin funcionar y de que ante toda España hemos sido descalificados por la política que se hace con los inmigrantes, estamos marcados y no es por cierto la primera vez, nos hallamos de pleno derecho en el mapa del maltrato a la inmigración. Sí, ya sé que hay aspectos que están bien, o muy bien, por ejemplo me hubiera gustado ver en alguna televisión la cara y la cruz de los alojamientos de los inmigrantes, es decir, presentar la cara del magnífico albergue para temporeros de la capital, que es el mejor de Andalucía, y que dejó de estar en la geografía del escándalo, o de cómo se les acoge en el comedor social de San Roque.

Me apena sobre todo que tengamos un Foro Provincial de la Inmigración, unas administraciones que cada una de ellas tiene sus responsabilidades, unas Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, unas organizaciones políticas, unos colectivos empresariales (por cierto, ¿han dicho algo los empresarios?) y sindicales, y nadie, absolutamente nadie se haya percatado de lo que ahora veo que en algunos casos denuncian con tanto ardor, que una cochera no es un lugar apropiado para que vivan tres trabajadores que se ganan la vida recogiendo la aceituna. Inmigrantes que parece ser que repetían cada año, por las circunstancias especiales que ellos deberán saber y claro está, su empleador. Ahora veo las imágenes de los minutos de silencio y de las concentraciones para lamentar el drama. Bien, pero demasiado tarde.

Es vergonzoso y a muchos creo que nos ha dado las fiestas, se trata de la muerte de tres personas, no es algo menor, y tres personas que han venido a buscarse la vida. Y la conclusión que sacamos es que las cosas no son tan del color de rosa como a veces nos las pintan los políticos con responsabilidades, especialmente desde la Junta de Andalucía que todos los años saca pecho por la estrategia de la campaña, solamente porque tienen muchas reuniones y da la impresión de que todo está atado y bien atado. Pues no, por eso me gustaría conocer, y creo que a muchos jienenses también, el resultado de una exhaustiva investigación para que, sobre él se pidan responsabilidades, porque cuando ocurren estas tragedias hay que dar la cara y reconocer dónde ha estado el fallo.

Por mi parte me adelanto a pensar que está repartido, que pasan los años y que muchos problemas y situaciones ancestrales indignas se siguen produciendo por una inexplicable inercia que a mí hoy en concreto me produce bochorno e indignación. Esto no es lo que yo quiero para Jaén. El vergonzoso drama de tres muertes y un sonoro fracaso.

 

Foto: Cochera de El Mármol donde murieron los tres inmigrantes temporeros de origen africano. (Efe).

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